En el caso presentado, el estado de comodidad se puede comparar con un hábito ordinario, seguido por el temor de separarse con él, como con algo ya convertido por naturaleza.
Con esta definición, el sonido mismo de la palabra “cambios” puede parecer terrible y no cómodo para la mayoría, acostumbrada a la comodidad. La conclusión es que es el miedo que no permite a la gente cambiar algo en sí mismos y sus vidas. Por lo tanto, y en última instancia, les impide salir de la zona de confort. Aquellos que están acostumbrados a esta zona tienen tanto miedo de cualquier cambio. Incluso temen aquellos cambios que podrían llevarles a mejores resultados y les permitirían realizar su potencial de manera más productiva.
Simplemente rechazan gran facilidad las nuevas oportunidades que la vida podría estar ofreciéndoles. Por lo general toman todo lo que ocurre como algo que debe suceder, con toda su humildad inherente y sumisión. Lamentablemente viven sin darse cuenta que ni siquiera están utilizando la mitad de todo su potencial. En teoría entienden que se puede lograr más, pero para lograrlo es necesario superar lo que ya se ha logrado, de lo que no todos son capaces. Como resultado, la mayoría simplemente viven, no sólo porque están contentos con todo, sino también porque simplemente no saben cómo continuar su desarrollo sin tener que abandonar su actual estado.
La zona de confort es una zona de espacio habitable que da una sensación de comodidad y seguridad. Por regla general, la zona de confort está determinada por patrones habituales de comportamiento, a los que uno está acostumbrado. Un mundo establecido donde todo es familiar, estable y predecible siempre será difícil de abandonar.
Pero, si deseas continuar con tu desarrollo, es importante que te muevas. Por ejemplo, trata de hacer algo mal, como lo haces en tus días ordinarios. No hay necesidad de llevar a cabo inmediatamente reformas globales, dejando a un lado a todo el mundo. Para empezar, puedes incluso realizar un cambio mínimo en tu rutina diaria o entorno. Todo puede empezar como un pequeño cambio en el interior de tu oficina o empezar a conocer nuevas personas. El primer paso es el más difícil, pero siempre es necesario.
A continuación, habla sobre lo que sabes y lo que puedes hacer. Sobre la base de tu razonamiento, decidir lo que necesitas hacer para la auto-mejora. Es posible tomar cursos en línea o entrenar tu crecimiento personal, leer literatura profesional moderna o elegir tu mejor opción. Invertir en ti mismo, esta es la mejor inversión, incrementa tus conocimientos y siempre serás exitoso. Y tal vez, después de estas acciones, incluso puedas cambiar de trabajo, tratando de hallar una nueva dirección, más rentable. Lo principal, siempre pensar en por qué estás haciendo todo esto, estos pensamientos te auto-motivarán, por lo tanto, seguirás adelante.
La realidad de nuestra vida no está absolutamente interconectada con la zona de confort. Por el contrario, la zona de confort es sólo parte de nuestra imaginación. Debes entender que más allá de esta aparente comodidad es posible mirar la vida de manera muy diferente. Lo más importante a recordar es que eres único, busca tu camino y sólo avanzas hasta alcanzar el máximo resultado posible.