La tinaja y el tinajero

La tinaja panameña posee una herencia muy interesante. Por un lado, está relacionada con las tradiciones alfareras de Europa y de Medio Oriente, lugares en los que existen desde hace milenios vasijas de barro destinadas a almacenar líquidos. Tal es el caso de las ánforas egipcias, griegas y romanas. Sin embargo, nuestra tinaja es más parecida en su forma a las vasijas de barro hechas por los grupos indígenas precolombinos como la cultura Gran Coclé.

En las residencias campesinas, la tinaja era utilizada para almacenar y mantener fresca el agua destinada a calmar la sed de los residentes y visitantes de una casa. Aunque ha sido reemplazada por el refrigerador, aún hay quienes siguen utilizándola porque prefieren el sabor y la temperatura del agua de la tinaja.

Al ser la tinaja una vasija frágil, requiere de un mueble que la sostenga. Por ello surgió el tinajero, que es un mueble de madera que en su parte inferior posee cuatro patas y una plataforma para colocar la tinaja y mantenerla alejada del piso. En su parte superior, tiene generalmente una o dos tablillas o repisas que sirven para almacenar vasos, tazas y totumas que se utilizan para extraer el agua de la tinaja y beberla. El conjunto de tinaja y tinajero, una vez entró a formar parte de las casas, adquirió además un carácter decorativo, por lo que los artesanos encargados de su confección incorporaron elementos artísticos al proceso de construcción

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