Monumentos Históricos de Panamá Viejo
1. Puente del Matadero
Construido sobre el río Algarrobo, el Puente del Matadero era el punto de entrada a la ciudad y un paso obligado para dirigirse al Camino de Cruces y al río Chagres, así como a la zona agrícola del interior (Natá). Fue edificado a causa de las dificultades planteadas por las mareas -que suben dos veces al día- y los caimanes, que hacían imposible el paso, como indican algunos documentos históricos que datan de 1567. Probablemente el puente se construyó inicialmente con madera y no fue hasta 1607 que se sustituyó por uno de piedra. Su nombre se debe a la existencia de un matadero en esa parte de la ciudad. El puente se utilizó hasta 1953 como paso de vehículos y fue intervenido en varias ocasiones a lo largo del siglo XX. Es posible que el diseño original fuera similar al del puente del Rey, basándose en un sencillo arco de medio punto.
2. Fortín de la Natividad
Al pasar el Puente del Matadero se encuentra el Fortín de la Natividad, un pequeño reducto construido en el siglo XVII (probablemente después de 1616), que podía albergar únicamente 12 soldados y cuatro piezas de artillería. Era la principal defensa de la ciudad por el oeste y una de las pocas edificaciones con esta función. Durante las décadas de 1950 y 1960 Ornato Municipal acometió diversos trabajos de reconstrucción sobre este elemento sin documentar las intervenciones. Probablemente su muro sur es el de mayor antigüedad.
Es muy posible que Henry Morgan y sus piratas hayan entrado a la ciudad cruzando el puente del Matadero y atacando el pequeño Fortín de la Natividad.
3. Conjunto Conventual de La Merced
Los frailes mercedarios llegaron al Istmo en el año de 1522 y obtuvieron un espacioso solar ubicado en el extremo oeste de la ciudad. Un siglo más tarde erigieron una gran iglesia, que no resultó afectada por el incendio de 1671. A la iglesia de la Merced pertenecían cuatro cofradías, y probablemente cada una poseería su propio retablo: Nuestra Señora de la Soledad, Nuestra Señora de la Candelaria, Nuestra Señora de Santa Catalina y Nuestra Señora de Aguas Santas. Al parecer, la Iglesia de la Merced fue la menos afectada durante el ataque de Morgan. Algunos historiadores explican que ello es debido a que se encontraba a las afueras de la ciudad; sin embargo, otros lo presentan como reducto de los piratas. Después de la destrucción de la ciudad, el edificio fue utilizado como cantera para construir la nueva iglesia. Cuando la ciudad se trasladó a su nueva ubicación coincidente con el actual Casco Viejo, el frontis de la iglesia se desmontó y reedificó en el nuevo templo, donde aún se halla en pie; el resto de sus muros se utilizaron para construir las murallas de la ciudad.
El convento tiene hoy en día aproximadamente unos 1.500 m2. En el siglo XX los restos de la iglesia fueron dañados durante la construcción de la antigua Avenida Cincuentenario, cuyo trazado dividió al conjunto monumental y a la iglesia directamente por la mitad. Aunque hoy en día el proyecto de relocalización de la Vía Cincuentenario ha permitido una mejor interpretación de la iglesia, también implicó un serio impacto, ya que algunos de sus muros, pisos y hasta un contrafuerte fueron removidos de su sitio.
4. Conjunto Conventual de San Francisco
La orden franciscana fue la primera en llegar a América y su presencia está documentada en Panamá en la década de 1520. La comunidad de frailes, sumida en la pobreza característica de su orden y ejerciendo funciones caritativas, recibía a miembros de otras órdenes o a cualquier transeúnte que se hallara de camino a Perú. La orden debió alojarse en algún edificio provisional hasta 1573, cuando comenzó a ocupar un terreno privilegiado con frente hacia la Calle de la Carrera y probablemente con vistas al mar. Entre 1589 y 1601, y gracias a las aportaciones de los vecinos, se construye un dormitorio de grandes dimensiones para alojar aproximadamente a 60 monjes. A partir de esta fecha el espacio del convento se duplicó en área y llegó a ocupar dos manzanas, creciendo desde el Sur -es decir, desde la Calle de la Carrera- en dirección Norte.
Se empezó a construir en 1603 después de muchos años de tentativas. El convento fue uno de los más grandes de la ciudad de Panamá, ya que ocupaba dos manzanas y aproximadamente 5000 m2, del cual en la actualidad quedan aún 3000 m2. Contaba con las siguientes estructuras, probablemente construidas en este orden: el dormitorio; la iglesia; un claustro con su patio, rodeado de un muro sin ventanas. La iglesia tenía una capilla dedicada a San Antonio con una talla de San Francisco, un retablo de San Cosme y San Damián, y un altar dedicado a San Eloy. Contaba con estas cofradías: Nuestra Señora de la Concepción, La Veracruz de San Diego, Nuestra Señora de los Remedios y San Juan de Buenaventura.
5. Hospital San Juan de Dios
El Hospital San Sebastián, nombre con el que fue fundado este conjunto, se crea dos años después de la fundación de la propia ciudad. Desde sus inicios el hospital dispuso de escasos medios económicos y solo pudo cubrir las urgencias y necesidades mínimas. En 1540 operaba aún en una rústica construcción modesta y pequeña, hecha de tablas. Con ayuda de las limosnas del vecindario se construyó una casa de madera que ofrecía mejores condiciones y que además servía de vivienda a los trabajadores del hospital. A pesar de ello, sus instalaciones se encontraban continuamente desbordadas de pacientes, incluso hubo de cerrarse durante un tiempo por falta de fondos.
En 1575, sin embargo, el hospital San Sebastián funcionaba ordenadamente, servido por mujeres y esclavos, y administrado por un mayordomo nombrado por la Audiencia o por el Obispo y bajo estricta vigilancia. El mayordomo solía ser un vecino de la ciudad, encargado de la supervisión de las limosnas y rentas del hospital, así como del cuidado y reparación de las casas propiedad de la institución.
En 1585, gracias a donaciones, se logran comprar cuatro casas para renta y el hospital se traslada a un lugar amplio y acomodado en la calle de la Carrera, abierto al mar. Al parecer, en 1610 el hospital contaba aproximadamente con diez casas destinadas al alquiler. Todavía con pocos medios y muchas dificultades, el hospital se encontraba en un crítico estado de abandono, con una atención médica muy deficiente, y eran más los pacientes que morían que los que sanaban entre sus muros.
A partir de 1620, el vecindario y las autoridades de la ciudad decidieron llamar a la orden de San Juan de Dios para hacerse cargo del hospital, lo que explica su nombre actual. Ese año llegaron cuatro religiosos de la orden desde Lima para hacerse cargo de la administración y para 1629 los monjes pudieron demostrar que desde que habían asumido la dirección del hospital la mortalidad había descendido.
El edificio era una casa grande de calicanto, que incluía iglesia, claustro, salas, dependencias y patios, además de lo cual funcionaba también allí el hospital militar. En 1638 el edificio incluía "cuatro lienzos que miran a la calle" y, además el hospital militar ocupaba una manzana entera. El convento presentaba un área de 2500 m2, hoy en día reducida a 1500 m2. Los sanjuaninos llegaron a tener aproximadamente unas 20 casas para renta que sufragaban gastos del hospital. El número de enfermos que atendía el hospital era proporcional al volumen de los pasajeros que transitaban por el Istmo, probablemente entre 30 y 150 enfermos, además contaba con alrededor de 20 frailes que atendían a los pacientes: los pobres, las mujeres humildes y los soldados, ya que los vecinos pudientes preferían curarse en su propio lecho atendidos por médicos graduados.
6. Conjunto Conventual de La Concepción
El conjunto arquitectónico formado por la Iglesia y el Convento de la Concepción, sede de la única congregación religiosa femenina que fue implantada en Panamá durante la colonia, es uno de los más grandes del Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo. Las monjas de Nuestra Señora de la Concepción fundaron su comunidad en 1598, cuando llegaron procedentes de Lima las primeras cuatro religiosas. Su congregación fue en aumento y para 1604 las monjas ya tenían una iglesia y un claustro, que resultaron muy dañados por el terremoto de 1621. Hacia 1640 se empezó una nueva iglesia de calicanto, la cual estaba inconclusa cuando sobrevino el desastre de 1671.
En los predios del convento, que llegó a ocupar dos manzanas de la ciudad, o un área aproximada de 6800 m2, también pueden verse hoy las ruinas de un gran aljibe, único en su tipo dentro de Panamá Viejo. Construido a mediados del siglo XVII, posee unas dimensiones considerables, pudiendo acumular en su amplio interior más de 124000 litros de agua. Se halla rodeado de un muro de mampostería y cuenta con cuatro bóvedas sostenidas por arcos y columnas de piedra.
El convento fue sometido a un proceso de conservación e intervención que ha facilitado su transformación en uno de los principales espacios de recepción de visitantes y actividades.
7. Conjunto Conventual de la Compañía de Jesús
El Conjunto Conventual de la Compañía de Jesús, fundado más tardíamente que el resto de los conventos de Panamá Viejo, se hallaba ubicado cerca de la Plaza Mayor, entre la Calle de la Empedrada y la Calle del Obispo. Esta zona estaba ocupada por los edificios de mayor importancia. Fue fundado en 1578 por el padre jesuita Miguel de Fuentes. En 1582, la orden funcionaba con aproximadamente cinco religiosos en una casa del vecindario. Por mucho tiempo de madera, no fue hasta principios del siglo XVII que el convento empezó a rehacerse lentamente con piedra y estructuras de fábrica. La obra se hizo de acuerdo a los planos del padre Andrés Alonso de Valladolid, arquitecto que se encontraba en Panamá en 1610, y en su construcción participaron todos los miembros de la orden, utilizando para ello únicamente el dinero de las limosnas.
Recientemente se ha descubierto que se utilizó barro en vez de cal como argamasa para unir las piedras en la construcción de muros. La iglesia era de gran altura y tenía tres naves. El claustro principal contaba con una galería de madera, de la cual sólo sobreviven las bases de las columnas y de los cimientos. El templo tuvo dos accesos: uno lateral sobre la Calle de la Empedrada, y la entrada principal, que daba hacia una calle transversal, al Este. Una tercera puerta comunicaba con el claustro. El refectorio y las otras dependencias se encontraban en la planta baja. Se presume que las celdas, por su parte, se encontraban en la planta alta. Es probable que las estructuras hacia el Oeste estuvieran conformadas por los patios y las dependencias de servicios, posiblemente de un sólo nivel, entre las cuales se encontraban la huerta y los pozos. El monasterio llegó a tener alrededor de 5000 m2.
Las ruinas de calicanto que hoy pueden verse, correspondientes a la iglesia y al claustro principal, datan del período posterior al terremoto de 1621. La orden jesuítica se dedicó principalmente a la catequización de los indígenas y a la enseñanza pública. Después de la catedral, la Iglesia de la Compañía debió ser el templo conventual prestigioso de Panamá en el siglo XVII ya que repetidas veces ejerció como Catedral cuando esta se encontraba en ruinas o en obras. Este convento ha sido intervenido para crear espacios destinados a la enseñanza de la historia colonial de Panamá a los niños y los jóvenes.
8. Casas Oeste
Llamadas así por hallarse ubicadas en el extremo Oeste de la Plaza Mayor, entre las calles de la Carrera y la Empedrada, consistían en un bloque de residencias probablemente de apariencia sencilla y de 2 pisos. Las casas se hallaban separadas por un pasillo y seguramente tenían las paredes perimetrales de madera sobre bases de piedra; hacia la plaza se abrían portales con pilastras de madera sobre bases de piedra. Por su ubicación, podemos suponer que debieron pertenecer a personas acaudaladas de la antigua ciudad de Panamá.
Hoy en día solamente se encuentran los restos de las bases de sus columnas originales. Este es uno de los pocos edificios de difícil interpretación; su conservación sin afectar los restos arqueológicos aún está pendiente.
9. Casa Terrín
Fueron construidas hacia 1600 por Francisco Terrín, uno de los vecinos más poderosos de la ciudad. Ocupaban una manzana entera y la fachada que daba hacia la plaza contaba con una larga arcada.
10. Plaza Mayor
La Plaza Mayor fue el centro de diversas actividades sociales, religiosas, económicas, políticas y culturales. De forma ligeramente irregular, su planta no era ni cuadrada ni rectangular, y medía unos 69 x 57 metros. Para una ciudad del rango de Panamá la Plaza Mayor era relativamente pequeña (tengamos en cuenta, además, que el espacio que contemplamos hoy en día es más grande que el original). Hacia 1600 el costado norte se amplió, con lo que se ganaron unos 500 metros cuadrados en esa dirección. Aún se puede observar en el costado oriental de la plaza la catedral y el cabildo, en los otros tres había casas con portales.
11. Catedral
En 1535, con la llegada del Obispo Fray Tomás de Berlanga, se da inicio a la construcción del edificio catedralicio. Inicialmente fue de madera y de modestas dimensiones. Fue destruido por el fuego en 1540. Posteriormente se intentó reconstruir la Catedral a base de mampostería, pero la empresa no fue factible y probablemente la nueva iglesia terminó siendo una construcción convencional de madera y tejas. Para 1587 se hallaba nuevamente en mal estado y se intentó reconstruir de nuevo. Tampoco en esta ocasión pudo hacerse de mampostería, por lo que terminó siendo construida simplemente con madera. Para 1610 su estado de conservación era deplorable.
La actual catedral se construyó de 1619 a 1626 por iniciativa del obispo Francisco de Cámara. El cantero Cristóbal de Armiñán fue contratado para hacer de piedra la nueva construcción. Los vestigios del edificio coinciden con la descripción que nos dejó Juan Requejo y Salcedo (1640): “es de cantería y mampostería toda, enladrillada, con tres anchas naves de bastante longitud, de diez lumbres (unos 40 metros), con estantería de un palo fortísimo que produce la tierra llamado maría, con basas de cantería y su enmaderamiento muy bien labrado de cedro...”. No se sabe qué efecto tuvo en la iglesia el incendio que ocurrió en 1644. La torre, en todo caso, estaba mucho más sólidamente construida que el resto del edificio. Sus funciones eran de campanario y torre de vigía. Actualmente ha sido habilitada como un mirador. Una de las principales características de la Catedral de Panamá Viejo es su orientación invertida con el ábside mirando al mar, es decir, en dirección Sur y no en dirección Este como mandaban los cánones.
La torre de la Catedral fue intervenida para recuperar su uso como mirador, lo que actualmente le permite a los visitantes apreciar una vista panorámica de la ciudad colonial y la ciudad moderna. El ascenso cuenta con 115 escalones divididos en 3 niveles, cada nivel cuenta con una plataforma para descanso e información museográfica.
12. Cabildo
El Ayuntamiento panameño se instituyó en 1521, cuando Carlos V otorgó a Panamá el título de ciudad. En las ciudades americanas cada Ayuntamiento debía construir su propio Cabildo. Se sabe que en los primeros años de la conquista, las casas capitulares fueron modestos bohíos o casas de madera. En el caso de Panamá, a partir de 1536 se utilizaron diversos ingresos para poder sufragar el edificio, tales como las rentas de los almacenes de Cruces, la Corregiduría de Lonja, los derechos de vinos y matanza o el arrendamiento de los solares, entre otros medios.
Aproximadamente en 1540 se levantaron unas casas del Cabildo, que funcionaron inicialmente como vivienda particular del alcalde. Pero no habían sido aún terminadas cuando un incendio las destruyó.
No fue hasta 1583 que finalmente se logró construir un edificio para celebrar las reuniones del Cabildo. Se trataba de una construcción de mampostería de tres lumbres en cuadro, de dos pisos, próxima a la Catedral, separada por un pasillo. El temblor de 1621 destruyó el edificio, que para 1640 ya se había alzado nuevamente.
Dentro de las edificaciones del gobierno, el Cabildo era la segunda en importancia de la ciudad, después de las Casas Reales. Estaba conformada por una sala en la planta baja frente a la plaza, dos tiendas sobre la calle que corría al Sur, y un patio trasero colindante con el predio de la iglesia. En el nivel superior, y dando a la plaza, se hallaban la sala de sesiones del Ayuntamiento y otras oficinas. Los restos que permanecen en pie permiten observar una escalera de piedra que conducía al piso alto donde se encontraba la Sala Capitular. En la galería baja puede contemplarse el piso de canto rodado, característico de los zaguanes, vestíbulos y patios de otros edificios ubicados en la Plaza Mayor.
13. Casa Alarcón
En torno a 1590 los clérigos construyeron una casa para renta en la esquina noreste de la Plaza Mayor, con la intención de obtener ingresos regulares para la reedificación de la Catedral, que en ese momento se encontraba en estado lastimoso. Desde muy temprano la casa estuvo ocupada por los obispos, de ahí que el inmueble fuera conocido hasta tiempos recientes como Casa del Obispo.
En 1640 la casa fue rematada en una subasta y comprada por Pedro de Alarcón, un vecino rico de la ciudad. Este la hizo derribar para construir una gran casa de piedra cuyas ruinas actualmente pueden ser vistas. Es la vivienda mejor conservada de Panamá Viejo, y pudo haber sido la residencia de alta categoría más grande del sitio. Hoy en día se pueden observar claramente sus restos, que ocupan un área de 900 m2.
El cuerpo principal de la casa es cuadrado, con el vano abierto al vestíbulo o a la cochera. A la derecha se observa el arranque de la escalera que llevaba a la planta alta. En su parte central, la vivienda se abre a un portal cubierto, donde se encuentra un patio también cuadrado, con dimensiones similares a las del cuerpo principal. Allí debía quedar la cocina, y probablemente también un aljibe o un pozo. Detrás del patio se observan otras dos construcciones bajas, separadas por una pared medianera, destinadas a alojar a la servidumbre. Gracias a su ubicación privilegiada, se convirtió en una de las casas preferidas para dar hospedaje a los visitantes más distinguidos.
14. Casas Reales
Las Casas Reales constituían el verdadero centro de poder de la ciudad de Panamá, ya que aquí estaban localizadas las dependencias del gobierno real: la Real Contaduría, la Real Audiencia, la cárcel de la corte, la residencia del gobernador y otras dependencias oficiales. Este vasto conjunto, que surgió en varias etapas a lo largo del siglo XVI, se hallaba protegido por una empalizada, y un foso lo separaba del resto de la ciudad. Su localización era la más salubre, por el suelo de roca viva que servía de base al conjunto y por su posición dominante sobre la ciudad y sobre el mar; su emplazamiento fue pensado para erigir una fortaleza que tuviera la capacidad suficiente de guardar las mercaderías y los tesoros.
En la década de 1580 las Casas Reales estaban constituidas por seis edificios de madera y piedra. Bautista Antonelli -encargado junto con Juan de Texeda por la corona española para fortificar sus ciudades en América, incluyendo Panamá y Portobelo- presenta en su plano de la ciudad de 1586 un edificio de grandes proporciones, que al parecer duplica su dimensión de 60 a 120 metros. Los gastos ocasionados por su construcción y mantenimiento se convirtieron en una pesada carga para la Real Hacienda. Por ejemplo, en 1589 una carta de un miembro de la Audiencia explica que la sala de la Real Audiencia es de piedra, pero que junto a ella se encuentran seis casas de madera que necesitan constante mantenimiento.
Existe un dibujo en perspectiva de 1590 en el que se observa un edificio rodeado de una empalizada de madera formado por un conjunto de tres volúmenes, con techo a dos aguas y dos plantas, con un cuerpo central de mampostería y dos laterales de madera. En el plano se lee "casa real Tesorería, de tabla", "cárcel y casa de Audiencia, de piedra" y "casa del Presidente, de tabla".
En 1609, Cristóbal de Roda, sobrino de Antonelli, quien continuaba con su trabajo de fortificar el lugar, proyectó reconstruir las Casas Reales junto con un fuerte o castillo que las cercara. Al parecer este proyecto no se llegó a realizar.
El terremoto de 1621 ocasionó graves daños al edificio. Se repararon los desperfectos, pero pronto el edificio se volvió a encontrar en pésimo estado y al parecer en 1647 se derribaron las Casas Reales con la intención de levantar una nueva sede para las mismas. No se sabe nada con respecto a este nuevo edificio, exceptuando la propuesta de 1641 diseñada por Antonio de Fonseca y Oriochea.
Tras la destrucción y abandono de la ciudad, las mareas erosionaron gran parte de los muros de las Casas Reales y a mediados del Siglo XX se construyó un cuartel de policía contiguo a estas estructuras, que fue creciendo poco a poco; para las décadas de 1970 y 1980, lo que en ese momento.
15. Casa de los Genoveses
Para el siglo XVII, el conjunto de estructuras de un sólo piso conocido como "Casa de los Genoveses", se levantaba entre la playa del puerto de La Tasca y la Calle de los Calafates, dominando así toda la bahía de Panamá Viejo por su costado Este. Se cree que fue propiedad de los mercaderes genoveses Domingo Grillo y Ambrosio Lomelin, y que fue la sede del comercio de esclavos negros en la antigua ciudad.
16. Conjunto Conventual de Santo Domingo
El convento de los frailes dominicos era uno de los más pequeños y céntricos de la ciudad. Fue fundado en 1571 y se construyó por etapas. En 1577 el edificio era todavía de madera y tejas con cerca de caña labrada. La construcción de mampostería se empezó a levantar a comienzos del siglo XVII; era una sólida construcción de mampostería y ladrillo que resistió muy bien el terremoto de 1621. Contaba con un solo claustro, cuyo patio estaba rodeado por una galería. La portada del convento estaba orientada hacia el Norte al igual que la Catedral; su fachada Oeste corría a lo largo de la calle de Santo Domingo.
17. Conjunto Conventual de San José
El conjunto de edificaciones perteneciente a los agustinos se encontraba en el extremo Norte de Panamá Viejo y fue construido hacia mediados del siglo XVII. Fue uno de los últimos monasterios establecidos en la ciudad, entre 1604 y 1610. Los frailes se encontraron con una serie de problemas para erigir su convento, cuya construcción comenzó entre 1615 y 1620: el presidente de la Audiencia lo hizo derribar por diferencias con los agustinos recoletos descalzos, de modo que la construcción del edificio, cuyas ruinas apreciamos en la actualidad, data de fecha posterior. Al parecer el edificio no estaba terminado en 1621 cuando el temblor azotó la ciudad. En 1640 se menciona su existencia como un edificio muy modesto y posiblemente todavía no se había empleado piedra en su construcción. El convento fue uno de los edificios que menos sufrió los pillajes de Morgan por estar situado en los arrabales.
Hoy en día solo pueden ser vistos los restos de la iglesia, la cual llama la atención por sus dos capillas laterales. Los restos del convento (claustro y dependencias) desaparecieron en el siglo XX.
18. Puente del Rey
El Puente del Rey es una gran obra de albañilería representativa de la época colonial. Fue orientado en dirección Norte-Sur y se empleaba como ruta de acceso a la ciudad. Comunicaba con el Camino Real y cruzaba el antiguo Río Gallinero, hoy Río Abajo. Se construyó entre 1619 a 1634. Algunos historiadores mencionan que antes de esta fecha existía un puente de madera y que un perito de Cartagena supervisó las obras de mampostería. Su constructor fue el alarife Cristóbal de Armiñán.
19. Las Calles de la Ciudad
Las instrucciones reales de 1513 señalaban que las nuevas poblaciones americanas debían mostrar un trazado claramente ordenado, sobre todo en lo referente a las calles y la distribución de los solares; la tierra debía ser repartida de manera equitativa. También se mencionaba el lugar idóneo para la plaza principal y la iglesia mayor.
Pero la ciudad no fue trazada según un plan riguroso, ya que fue adaptada a las circunstancias locales. Aunque la traza no es en modo alguno una cuadrícula perfecta; las calles no eran ni estrictamente rectas ni paralelas y las manzanas eran además de distintos tamaños. Por otra parte, hacia el Norte, no toda la ciudad se hallaba trazada con el mismo esmero; los arrabales eran irregulares, con senderos que seguían la topografía del área.
La importancia del trazado de la Ciudad de Panamá, sobre todo en lo referente a la plaza mayor y la iglesia se mantuvo como principio rector durante todo el período colonial en Hispanoamérica. Buena parte de la traza de Panamá Viejo se ha conservado y puede percibirse a simple vista. Sus calles principales eran:
• La Calle de La Carrera o Calle Real: Era la principal vía de la ciudad; permitía el acceso y salida de la ciudad por el Puente del Matadero. Por esta vía entraban también las mercancías que venían desde el Oeste del Istmo y de Europa, por el camino de Cruces, desde Portobelo hacia Panamá.
• Calle de Santo Domingo: Su nombre se debe a que era la calle que iba de la Plaza Mayor hacía el Convento de Santo Domingo. Esta vía llegaba a puente del Rey, de ahí se tomaba el Camino Real, el cual comunicaba la ciudad con Nombre de Dios y Portobelo al Norte del Istmo de Panamá.
• Calle de la Empedrada: Esta vía, que conectaba los principales edificios religiosos, inicia su recorrido desde la Plaza Mayor hasta el Convento de San Francisco. Sobre esta calle se encuentran el Hospital San Juan de Dios, el Convento de la Concepción y la Compañía de Jesús. Debe su nombre al hecho de que en la mayoría de su recorrido estaba empedrada.
• Calle del Obispo: Esta calle pasaba frente a la casa en donde por mucho tiempo residió el Obispo de la ciudad, y se extendía de Este a Oeste. Existían otras calles como la de los Calafates, muy cercana al puerto de la Tasca, próxima al espacio en donde calafateaban los barcos, lo que da cuenta de su nombre; y la de Pontezuelas, que conducía hacia los arrabales de la ciudad, al norte de la misma.