14 May
14May

Medicina indígena tradicional y Medicina convencional

Entre los Ngöbe –Buglé, la característica específica es la importancia de los sueños. El sueno puede matar y para evitar los maleficios que pueden derivar de ellos, el sacerdote, sukia, trata por todos los medios de vencer al espíritu del mal, llamado Nicorare. Entonces los ngöbes deben someterse a frecuentes baños de purificación y dietas.

Los manantiales son las puertas por donde entran y salen seres malignos (Ngutiobo). Las cataratas, son lugares sagrados (deme) pues ahí habitan seres temerosos. Junto a ellos se celebran rituales importantes. En las cataratas están las siete puertas (jogwatdakügü), en el charco que se hace donde cae el chorro vive Bube, ser espiritual, maligno, temido, que es amarrado por los que poseen el poder bube, únicamente un varón que haya pasado el ritual de iniciación masculina (Gró). Este es un tema privado (boin) del que no se debe hablar en público, delante de los no iniciados ( “tibore”)

LOS ESTADOS DE SALUD Y DE ENFERMEDAD

Se ha expresado la idea de que desde la perspectiva indígena, el mundo es concebido como un todo integral u holístico en el que sus elementos se interrelacionan de forma que producen el equilibrio. Los sistemas de salud indígena poseen elementos propios de las relaciones socioculturales y espirituales que enriquecen las posibilidades de enfoque de los estados de salud –enfermedad.

La enfermedad

Los principales referentes para los pueblos indígenas son las concepciones, percepciones, valores e insumos, generados por su cosmovisión para el mantenimiento y restauración de su bienestar. Así, las enfermedades tienen una connotación cultural y están también estrechamente vinculadas con su sistema de creencias y valores. En ese sentido, en la mayoría de los pueblos indígenas, la enfermedad es resultado del desequilibrio del ser humano con su ambiente más inmediato y con las esferas espirituales, es producto de la trasgresión de las normas morales o sociales.

Así, en esta perspectiva, las enfermedades pertenecen a dos grupos:

i).- las enfermedades causadas por factores sobrenaturales (encantos, vientos, espíritus, que actúan en forma autónoma o dirigidos por personas que hacen el daño) y
ii).- las enfermedades enviadas por Dios.

La enfermedad puede tener múltiples formas, pero la causa siempre proviene del comportamiento violatorio del individuo o de un miembro de su familia. Distinto al pensamiento occidental cartesiano, el cuerpo no es una entidad cerrada, por lo tanto la trasgresión de uno puede afectar a los demás. Por consiguiente, el tratamiento de toda enfermedad tendrá que abordar los síntomas biofísicos y las causa socio-psíquicas, por lo tanto, el rol del terapeuta es fundamental por su capacidad para sacar el mal y restaurar el equilibrio causa de la enfermedad.
Estas categorías de enfermedades requieren ser ligadas a la esfera de la cultura y cosmovisión para ser entendidos y tratados.

Entre los Ngöbe, se practican los baños purificatorios de río, sobre todo a las criaturas, pero especialmente, en el contexto de la iniciación femenina, en las que se lleva a la púber al río para bañarla antes de que salga el sol y después que se oculta el sol. Se celebra este ritual en el que debe guardar “cuidos” o ayuno ( boin) de no asolearse y sí bañarse cuando aún las aguas no hayan sido tocadas por nadie.

Principios de las terapias de la medicina tradicional

El sistema de salud tradicional, se manifiesta solvente e integradora, en el sentido de que:

- Posee principios y formas propias de interpretar los conceptos de enfermedad y salud, generalmente acorde con la cosmovisión. Dicha cosmovisión tiene que ver con la forma como se explica el origen y el establecimiento del universo, donde el ser humano está interrelacionado con el todo y no está en el centro del universo, pero que es parte del equilibrio y que cuando el ser humano pierde el equilibrio, pierde la salud.
- Existe una forma de organizar la terapéutica
- Existe un cuerpo de conocimientos, principios, fundamentos y técnicas
- Se posee una práctica social que establece la prevención, la promoción, el tratamiento de la problemática de salud y la enfermedad.
- Se tiene la aceptación social por parte de la población con identidad e inclusive presta asistencia a aquellos marginados y pobres de su entorno.

En la mayor parte de los pueblos indígenas, se acatan los consejos preventivos de enfermedad que los terapeutas recomiendan, entre ellas prohibiciones y restricciones al comportamiento, la observación de dietas, el empleo de los amuletos (los collares, lazos de diversos colores y naturalezas de hilos, los atados de hierbas medicinales adheridos a la ropa, la inclusión de elementos simbólicos, etc); la mayoría de los niños llevan una.

LOS TERAPEUTAS Y LOS ESPECIALISTAS
Terapeutas tradicionales indígenas

La idea de que hay espíritus que sanan y espíritus que enferman está muy difundida. El intermediario entre dichos espíritus y el hombre son los terapeutas o médicos tradicionales. El proceso de iniciación de un terapeuta es complejo, involucra una serie de ritos, dietas y abstenciones. Básicamente, por lo común, son las deidades quienes eligen al candidato.

En los pueblos bribri, cabécar y ngobe, los terapeutas tradicionales son el awá, jawa y sukia. Entre los malekus, chorotegas, huetares, brunkas y teribes hay especialistas en plantas medicinales y curanderos. La condición de terapeuta se gana por una larga preparación (entre 10 y 15 años) bajo la dirección de otro awá, jawá o sukia y en el momento adecuado el postulante se gradúa a través de un complejo ceremonial. El acceso a dicha condición está reservado a niños en quienes se reconoce cierto designio. Su formación incluye extensos estudios sobre la historia, las plantas, la espiritualidad, la cosmovisión, los cantos de sanación y ceremonias.

Algunas jerarquías de los terapeutas

Se puede referir que hay cierta organización de los especialistas, una especie de jerarquía, aunque no exclusivamente.

Entre los bribri y cabécares, la jerarquía de terapeutas se componía del Usekol (sacerdotes que controlaban las enfermedades colectivas, está extinto), el awá / jawá (terapeutas), bikakla (especialista del ceremonial), Okom (manipulador de muertos).

Entre los gunas, la jerarquía se compone del inaduled (terapeuta), nele (vidente), saila (cantor), sukias y jaibanas. Entre los emberá el terapeuta se denomina jaibanas.

EMPLEO DE LAS PLANTAS MEDICINALES

El término botánica aborigen fue utilizada por primera vez en 1874 por Power para referirse a las plantas utilizadas por los pueblos aborígenes, en calidad de alimentos, medicamentos o para usos prácticos. Más tarde, en 1896 Harshberger acuñó el término etnobotánica para referirse a la disciplina que estudia y evalúa el conocimiento de los pueblos primitivos acerca de las plantas, sus relaciones con el hombre y su medio ambiente, así como sus usos de acuerdo a las costumbres o creencias.

La medicina tradicional es fruto de miles de años de acumulación de conocimientos empíricos, muchos de ellos estrechamente vinculados a mitos y prácticas religiosas. Acorde a dicha naturaleza, la medicina tradicional es extremadamente dinámica e incorpora a su modelo elementos de otras prácticas, culturas o medicinas. Se van enriqueciendo constantemente de los aportes ajenos y de sus propios descubrimientos. Sobre el particular existieron durante el coloniaje, procesos de incorporación de elementos de la medicina europea y muchas plantas medicinales usadas actualmente por los curanderos americanos, es el caso de las muy conocidas verbena, llantén, manzanilla, cola de caballo.

Plantas medicinales

Los pueblos indígenas hicieron aportes significativos a la medicina convencional, los casos del aprovechamiento de la quinina, del curare, la zarzaparrilla, el guayaco, la coca, entre otras sustancias y plantas medicinales.

Los sistemas de salud convencionales se han beneficiado de esos conocimientos.

Se consideran plantas medicinales a aquellas especies vegetales cuya calidad y cantidad de principios activos tienen propiedades terapéuticas comprobadas empírica o científicamente en beneficio de la salud humana. En general, existen diferentes formas de preparar las plantas medicinales, por ejemplo en zumo, jugos, ungüentos, cocción, maceración, emplastos, compresas y otros.

También solas mezcladas, serenadas, hervidas, reposadas, asadas, etc.

Igualmente, existe un conocimiento extenso de los componentes de la planta que se emplean como medicina, como lo es el conocimiento específico de las horas, condiciones y los procedimientos rituales para recolectarlas. Hay terapeutas que dialogan con las plantas, otros median cantos, rezos y plegarias durante la colecta, como también otros celebran rituales largos y continuos durante todo el proceso de curación y preparación de medicamentos. Es por ello que hay jerarquías de terapeutas especialistas en esos diversos procesos.

Algunas especies son omnipresentes y fundamentales. Así, en la mayoría de los pueblos indígenas mesoamericanos, el empleo del cacao tiene especial relevancia, entre ellos su uso ritual. Hay pocas ceremonias en las que no interviene el cacao. En cambio, en los pueblos andinos, lo preponderante es la coca, como medicina y como elemento ritual de sanaciones y ofrendas, además la coca está presente en la mayoría de los actos sociales, religiosos y mágicos, desempeña el rol de integrador socioconómico y favorece la interrelación entre los pueblos andinos. Sobre el particular hace falta diferenciar entre la coca, el cocaismo y el cocainismo. En las zonas de selva, los pueblos indígenas dominan grandes variedades de plantas, incluyendo la ayahuasca, el yage, y el peyote en México. Varios pueblos indígenas emplean la raíz que se machaca y se echa en un saco y se deposita en la corriente removiendo ese machacado, al diluirse sus jugos en el agua, lo envenena y emborracha a los peces y camarones, entonces, la familia entera se aprovisiona de peces.

El biólogo Doménico Carotenuto, refiere que las plantas medicinales contribuyen al fortalecimento de los programas de salud, y también a la economía del país, en la medida de que hay diferentes las formas en que se las aprovechan: como materia prima, como extractos alcohólicos o acuosos, en forma semipurificada o también como sustancias puras o semisintéticas. En el reconocimiento del potencial valor de la medicina tradicional y la utilización de las plantas medicinales en la salud pública, la OMS, mediante la resolución WHA 331.33 (1978) reconoció la importancia de las plantas medicinales en el cuidado de la salud y recomendó a los Estados Miembros a elaborar:

i).- un inventario y clasificación terapéutica, actualizadas periódicamente de plantas usadas en los diferentes países,
ii).- Criterios científicos y métodos para asegurar la calidad de las preparaciones con plantas medicinales y su eficacia en el tratamiento de enfermedades,
iii).- Estándares internacionales y especificaciones de identidad, pureza, potencia y buenas prácticas de fabricación,
iv).- Métodos para el uso seguro y efectivo de productos fitoterapéuticos por diferentes profesionales de la salud,
v).- · Diseminación de la información a los Estados Miembros,
vi).- Designación de Centros de Investigación y Capacitación para el estudio de plantas medicinales.

Empleo de animales

Los animales intervienen en los preparados del terapeuta, ya sean vivos, disecados o partes del animal. En ocasiones, los terapeutas utilizan reproducciones y figurillas que trabajan en diversos materiales. Entre algunas aplicaciones y usos específicos se refieren los siguientes:

Los bribri emplean animales disecados como la lapa, mono, cuyeo, tortuga, oso perezoso, plumas de águila real, también, nidos de colibrí.

Los ngöbe de la cordillera central de Panamá, emplean el sapo común como “comida trampa” para los Ni Krwa o gente gato, que son personas que causan enfermedades por brujería, esta comida llamada Mröre dobobitdi se coloca cerca de las tumbas o en los caminos para atrapar cierto tipo de espíritus.

También una especie de rana junto con la perdiz y la iguana se emplea como alimento para los que guardan boin o ayuno religioso, dicha rana llamada Nulo, es amarilla o color sombra tostada, también las utilizan con fines curativos: se echa una rana viva en agua, en una botella durante una noche, de esa agua se le da de beber al alcohólico sin que él lo sepa. También se emplea un sapito pequeño o rana, pintadito, para algunas curaciones de bebés y sapos vivos para otros rituales.

El pez de manantial bitdigali y tuliba como de seis centímetros, blancos y transparentes, tiene una función en el ritual funerario bomondige: a los 32 días de fallecido un adulto, se celebra un ritual para despedir definitivamente al difunto. El ritual comienza al anochecer y se pasa toda la noche en vigilia; al amanecer se hace un baño purificatorio a todos los presentes con agua asperjada por la espalda. Luego se hace el siguiente ritual: se echan varios pecesillos bitdigali en una botella y con una varita delgada una persona la mete en la botella y moja ligeramente los labios de todos los presentes. Este ritual protege para no tener visiones del difunto. Todos los rituales ngöbe utiliza el agua para purificar a los asistentes de un ritual u objetos rituales, o lugares, prevenir males y cura.

Bioprospección y derechos de propiedad intelectual

La creciente demanda y comercio de plantas medicinales, han incrementado la presión sobre los hábitats de los pueblos indígenas. Los volúmenes del intercambio significa grandes y fáciles negocios para las compañías farmacéuticas, la cuales ya han abierto secciones de fitoterapia para atender dicha demanda. Dicha situación ocurre, porque a la industria farmacéutica, le demanda mucha inversión en dinero y en tiempo para realizar investigaciones para descubrir moléculas químicas útiles como medicamento. Los largos períodos de prueba y validación que se exigen a los investigadores encarecen seriamente el precio de las nuevos medicamentos. En esas condiciones resulta más fácil y barato para las transnacionales prospectar plantas medicinales en las selvas y copiar las prácticas curativas de los pueblos indígenas.

Jacques Mabit advierte de la amenaza que representan las acciones de algunas transnacionales que “ almacenan con avidez en las cámaras de frío y liofilización de transnacionales farmacéuticas como Monsanto (USA) todas las plantas posibles para acceder a su código genético. Ante una eventual dificultad a acceder legalmente a las plantas medicinales, las reservas de genes botánicos permitirán a dichas empresas patentizar sus “descubrimientos” y exigir el cobro de regalías a los usuarios del Sur, proveedores iniciales de la materia prima que les ha sido confiscada”.

Mabit, señala que existen por lo menos 121 distintas sustancias químicas de origen vegetal que pueden ser catalogadas como fármacos importantes y que se encuentran en uso. Estos medicamentos tienen una amplia gama de usos terapéuticos y se obtienen principalmente de unas 95 especies de plantas, las cuales podrían adaptarse para su cultivo y utilización prácticamente en todos los países.

El problema radica en que una vez patentada, los que quieran producirla y venderla, estarán obligados al pago de regalías por el uso de la patente. En esa condición los propietarios de la planta se convierten en dependientes de los dueños de la patente, la cual goza de protección en todos los países por los convenios internacionales. Es decir son despojados de la propiedad sin darse cuenta. Un caso específico ha sido denunciado con relación a la maca, un revitalizante andino que una compañía extranjera patentó. Estos juegos tienen impactos depredadores para los recursos botánicos de los pueblos indígenas. Se incluyen entre estas estrategias a los Tratados de Libre Comercio que están suscribiendo los Gobiernos en forma inconsulta a los pueblos indígenas.

La Biopiratería es el robo y saqueo de plantas con fines comerciales comenzó hace unos 15 años, la realizan las empresas transnacionales de los países ricos con el único propósito de desvalijar a los pueblos indígenas y obtener fáciles ganancias. El conocimiento tradicional asociado a los recursos genéticos ha sido gestado y practicado ancestralmente por los pueblos indígenas, y no es apto para ser protegido por derechos de propiedad intelectual vigentes, ni por sus características ni por su naturaleza comunitaria, por ello debería ser desarrollado -con el apoyo de las modernas tecnologías en beneficio y de acuerdo con la gestión de quienes lo proveen y de la sociedad en general.
Para las multinacionales farmacéuticas estos recursos y el conocimiento asociado a ellos son una mina de oro, ya que los ven como la fuente potencial de nuevos medicamentos para aumentar sus ya jugosas ganancias. En las últimas dos décadas, varios factores han llevado a las empresas a intensificar la biopiratería de recursos y conocimientos tradicionales. Uno de ellos son los cambios tecnológicos. Las nuevas biotecnologías, la genómica, la bioinformática, la nanotecnología y otras, han multiplicado las posibilidades de encontrar nuevos componentes y/o nuevas aplicaciones de éstos.

MEDICINA CONVENCIONAL

La experiencia, los conocimientos y el saber de los pueblos originarios, son fuentes de primer orden para obtener respuestas efectivas a los problemas de la atención de la salud. Una de las razones más impactantes que avala a la medicina indígena tradicional, es que los pueblos indígenas, subyugados, empobrecidos y obligados a abandonar su cultura a lo largo de varios siglos, tuvieron capacidad para sobrevivir, y lo hicieron hallando refugio en elementos trascendentales de su cultura, como es la medicina indígena tradicional. Los conocimientos de este sistema de salud se transmitieron de labios a oído, de padres a hijos, de terapeutas a aspirantes. El enfoque de complementariedad intercultural puede significar superar las grandes barreras que existen en la atención de la salud de los pueblos indígenas.

ARMONIZACIÓN DE LA MEDICINA INDÍGENA TRADICIONAL Y LA MEDICINA BIOLÓGICA

Los indígenas saben que no todos los problemas de la salud se pueden solucionar con los tratamientos tradicionales, reconocen sus limitaciones. Se enfrentan a enfermedades desconocidas como el SIDA, respecto a las cuales tienen limitada experiencia.

Aunque son efectivos en el tratamiento de enfermedades culturales, los terapeutas tradicionales a menudo reconocen la necesidad de referir sus pacientes a los servicios de atención de salud oficiales. La medicina oficial es efectiva en los males somáticos, pero falla en los culturales. Ambos sistemas tienen vacíos, pero pueden llegar a ser complementarias y la experiencia lo confirma, cuando el paciente, luego de la visita al médico de bata blanca, lleva primero el medicamento occidental al terapeuta tradicional para que éste lo bendiga.

Las poblaciones indígenas concentradas en pequeños poblados, coexisten ambas prácticas y se tiende a disponer de una variedad de opciones. La medicina moderna es heredera de medicinas tradicionales de varios orígenes (desde celta hasta árabe) y se nutrió también de los conocimientos botánicos de los shamanes americanos.

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