Los Emberá contra los Gunas.. efecto dominó
Los españoles llamaron inicialmente Chocó a los grupos Emberá del alto San Juan. Más tarde, desde finales del siglo XIX, lingüistas y antropólogos retoman la denominación española y es así como hoy en día se considera “Grupo Chocó” o “indios Chocó” para efectos lingüísticos o etnológicos a los Emberá y a los Unauana, los cuales presentan una gran semejanza cultural y sus idiomas aunque mutuamente ininteligibles están muy emparentados.
A partir de 1536, los españoles comenzaron a ejercer presiones desde el sur del Darién, desde Santa Fe de Antioquía, en la actual Colombia, provocando el antes denominado “efecto dominó”, por el cual tanto los Emberá como los Noanama (ambos Chocoes), que ocupaban la parte alta del río Darién o Atrato, fueron obligados a desplazar a los Guna hacia la parte media del río y estos, a su vez a los Cueva y Urabaes. Esta movilidad llevó consigo cruentos enfrentamientos bélicos entre las tribus, llevando a la desaparición de numerosos pueblos.
Los Emberá se asentaron en la parte media y baja del río Atrato, donde permanecieron, en cierto modo, independientes del sistema colonial hasta finales del siglo XVII.
Los Emberá no solo se enfrentaron a otros pueblos o grupos, sino que también tuvieron conflictos entre grupos también Emberá. Los Citará, por ejemplo, se enfrentaron a los Surucos, siendo ambos Emberá.
William Dampier, según Reina Torres de Araúz (1999) a finales del siglo XVII, dejó testimonio del proceso de movilidad de los Emberá:
“…los españoles se admiraron de cómo ellos vinieron de tan lejos de la boca del río porque hay una clase de indios que viven entre ese lugar y el mar, a quien los españoles temen mucho y no tienen ningún comercio con ellos y con ningún blanco… Estos indios tienen siempre guerra con nuestros amistosos indios del Darién y viven a ambos lados de ese gran río, a 50 millas o 60 millas del mar…
Dampier se refiere en estas líneas a las guerras entre Emberá y Guna; éstos últimos eran obligados a adentrarse en el Darién hacia el norte por el empuje Emberá. Las primeras versiones de esta enemistad, según González Escobar (2010), las recogió Fray Adrián de Santo Tomás a mediados del siglo XVII: “Los chocoes tienen por tradición haber muerto los gunas, gente su enemiga que han consumido con guerras y han hecho retirar sobre las cordilleras de Chepo, que están cerca de Panamá.”
Los Guna, un grupo cultural cuya autodeterminación sirvió como ejemplo e inspiración a los Emberá, al igual que a muchos otros pueblos. Los Guna migraron al bajo Atrato, a las costas occidentales del golfo de Urabá y hacia el río Tuira, territorios que antes pertenecieron a los Cueva. La población Cueva fue diezmada desde principios del siglo XVI, por los continuos enfrentamientos con los españoles, por los trabajos forzados, pero principalmente por la introducción de enfermedades infecto-contagiosas que portaban los españoles y frente a las cuales no había inmunidad genética en la población nativa.
Por lo que no pudieron oponer resistencia ante la llegada de los nuevos grupos. A finales del siglo XVII los Guna habían ocupado gran parte del Darién.
La reconfiguración social interna de los grupos fue un proceso complejo y del cual se tienen pocos datos. Lo cierto es que tanto los emberás como los gunas son el resultado de un proceso histórico de carácter heterogéneo, del que han participado muchos grupos con distinto origen y procedencia, y en constante movilidad, lo propició fusiones entre ellos, que han dado lugar a la conformación étnica que conocemos en la actualidad, sin que por esto pueda establecerse “una correspondencia entre la etnia emberà actual y los grupos prehispánicos que ocupaban la cuenca del Atrato y la costa del Pacífico en el siglo XVI
Durante el siglo XVII, según Peter H. Herlihy (1987), las poblaciones Guna amenazaron las expectativas españolas de colonizar la región del Darién, que era de vital importancia para la Corona, “debido a su posición estratégica en medio del Caribe y el Pacífico y a su abundancia de recursos naturales”.
Con el fin de ayudar al gobierno, los misioneros centran sus esfuerzos en reducir en aldeas a la población Guna que se encontraba dispersa. Pero entre 1719 y 1726, los Guna lucharon contra la empresa conquistadora española con la ayuda de piratas. Fue tal la amenaza que en 1783 se emitió una Real Orden para la “reducción” o “extinción” de los Guna. Los españoles, según Herlihy (1987), emplearon a los Chocoes como ejércitos de choque contra los Guna. Hasta conseguir alejarlos hasta el rio Chucunaque.
Una vez más, la región del Darién volvió al control nativo, “pero esta vez los Indios Emberá y Wounaan serían los sobresalientes…” Estos comenzaron a ocupar el interior del Darién a medida que los Guna se retiraban a la costa atlántica al norte. En su artículo Herlihy (1987) afirma que los Emberá mostraron más influencia en la región durante el siglo XIX y el siglo XX. Ya en la década de 1960 sus poblaciones se extendían a lo largo de los ríos Chucunaque, Tuira, Balsas, Sambú, Jaqué y Congo. Cabe señalar que para esos años aún existían asentamientos Guna por la zona, al igual que otros enclaves de afroamericanos, pero los Emberá no vivían cerca de ellos.