Las armas químicas que dejó Estados Unidos en Panamá
El gobierno panameño como diversas organizaciones aseguran que, tras su retirada de Panamá en 1999, el ejército estadounidense dejó una importante cantidad de armas en este país. Estados Unidos mantuvo bases militares en Panamá desde que construyó el canal interoceánico, inaugurado en 1914, hasta su retirada el 31 de diciembre de 1999.
La Isla San José es la segunda mayor en el archipiélago de Las Perlas, ubicado en el golfo de Panamá, dentro del océano Pacífico, a 80 kilómetros del Canal. Tiene unos 44 kilómetros cuadrados de extensión y su principal actividad económica es el turismo. La cercana vecindad geográfica de Panamá con Costa Rica y Colombia, debiera encender una luz de alarma sobre la potencial contaminación regional de las armas químicas que los estadounidenses aún no retiran y destruyen. El ejército de Estados Unidos realizó pruebas con gas mostaza, fosfógeno y otros agentes nerviosos para una invasión a Japón durante la Segunda Guerra Mundial y luego para la guerra de Vietnam.
De hecho, se estima que aún hay más de 10 hectáreas en la ribera del canal de Panamá con armamento convencional sin detonar. La operación de limpieza tiene un costo de entre dos y dos millones y medio de dólares, que debieran ser costeados por Estados Unidos.
Entre mayo de 1944 y fines de 1947 se realizaron más de 130 pruebas químicas en la isla San José. Muchas fueron pruebas desde el aire, los aviones dejaban caer bombas químicas sobre los objetivos. Otras pruebas requerían de tropas para lanzar morteros químicos a las áreas de prueba. Otras, un uso más controlado del armamento.
Sólo se dispone de documentos de 18 de estas 130 pruebas. En estas 18 pruebas fueron detonadas unas 4 mil 397 armas químicas, un promedio de 244 en cada prueba. La mayoría eran morteros de 4.2 pulgadas cargados con cloruro de cianógeno, mostaza o fosfógeno. También se incluyeron bombas desde cien hasta mil libras y proyectiles Howitzer de 105 mm.
En el Proyecto San José también se ensayaron armas químicas en el mar cercano a Panamá para poder determinar si la guerra química podría ser eficaz contra barcos enemigos. De acuerdo con un mapa militar de 1946, los ensayos incluyeron un rociado químico sobre la isla Iguana, también usada como campo de bombardeo convencional. Por lo demás, aun cuando existen referencias a experimentos realizados en el marco de la Segunda Guerra Mundial, es de la mayor importancia llevar a cabo una investigación exhaustiva y dar a conocer, al pueblo panameño, a las naciones latinoamericana y a la opinión pública internacional, por qué y para qué llevó Washington armas químicas a Panamá y los motivos que tuvo para abandonarlas irresponsablemente, pese al muy elevado riesgo que representan respecto a la población civil y el medio ambiente.
Cuando firmó el tratado de prohibición de armas químicas, en 1997, Estados Unidos mintió al declarar que no disponía de armas químicas fuera de su propio territorio.
Un inventario realizado por Panamá en 2002 demostró, sin embargo, la existencia en territorio panameño de importantes cantidades de armas y municiones químicas estadounidenses fabricadas en épocas diferentes. Al menos 16 puntos diferentes del territorio panameño fueron utilizados por el Pentágono para realizar ensayos con armas químicas.
Septiembre 2017:
Estados Unidos comenzó a eliminar proyectiles de gas mostaza, fosgeno y otros agentes nerviosos que dejó en Panamá cuando entregó el Canal interoceánico hace casi dos décadas, en un proyecto avalado por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).
“A mediados de septiembre dio inicio la operación de destrucción de municiones químicas ubicadas en Isla San José”, informó a la AFP la directora general de Asuntos Jurídicos de la cancillería panameña, Farah Urrutia.
La operación la desarrolla un grupo de especialistas de Estados Unidos junto a personal de la Unidad Técnica de Explosivos de la Policía Nacional de Panamá, añadió la funcionaria.
El programa de eliminación, financiado por Washington, contempla la destrucción de ocho municiones químicas identificadas en 2002 por la propia OPAQ.
El grupo de inspectores de la OPAQ entregó a las autoridades panameñas un informe preliminar “donde se indica que se han destruido y verificado exitosamente cuatro de las ocho municiones identificadas”, dijo Urrutia.
Asimismo, ese informe señala que “no se ha registrado ningún daño a la salud ni a la seguridad humana, ni ningún daño permanente al medio ambiente” por la eliminación del armamento, añadió.
La isla San José, situada en el Golfo de Panamá, en el Océano Pacífico, fue escenario de pruebas y experimentos militares por parte de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá tras la segunda guerra Mundial.
“¿Por qué ahora?”
Hasta la fecha ni el gobierno panameño ni Washington han dado detalles de la destrucción de los proyectiles alegando motivos de seguridad.
Juan Méndez, exfuncionario de la cancillería panameña (1999-2003) vinculado a la visita de la OPAQ a Panamá en 2002, manifestó a la AFP que estuvo recientemente en San José, donde vio un amplio contingente militar estadounidense.
“Que yo sepa había 90 unidades de expertos en explosivos sin detonar, seis helicópteros y un barco de abastecimiento grande. Era un equipo enorme, una barbaridad”, dijo Méndez.
La eliminación de ese armamento químico ha sido objeto de discusiones constantes entre los dos países, que ya habían acordado la limpieza para 2013 y 2014, pero no se ejecutó.
Por aquel entonces, el gobierno panameño anunció la eliminación de bombas de entre 453 y 907 kilogramos.
“La limpieza estaba retrasada por razones presupuestarias desde 1999, según Estados Unidos”, afirmó a la AFP Julio Yao, catedrático en Derecho Internacional.
Según analistas panameños, Estados Unidos siempre había sido reacio a cumplir con la limpieza de las bases militares, pero el hecho de exigir a otros países la eliminación de su arsenal químico, una nueva realidad internacional y sus buenas relaciones con Panamá habrían precipitado su decisión.
“No sé cuál es la razón específica por la cual Estados Unidos ha accedido a limpiar precisamente en estos momentos”, dijo a la AFP Carlos Guevara Mann, director de la Maestría en Relaciones Internacionales de la sede panameña de la Florida State University.
“Lo que sí puedo decir es que de acuerdo con el Derecho Internacional, tiene la obligación de destruir todas las armas químicas que haya abandonado”, añadió.
¿Cuántas armas quedan?
Estados Unidos mantuvo bases militares y una zona de jurisdicción propia en Panamá desde que construyó e inauguró el Canal en 1914 hasta su retirada el 31 de diciembre de 1999.
Sin embargo, es un misterio el número de armas dejadas en el país.
“Además de las armas químicas hay enormes cantidades de armas convencionales que no han sido eliminadas”, dijo Yao.
“Sí creo que podría haber más armas químicas en el país”, sostuvo Guevara Mann.
“El problema es que van a eliminar ocho bombas sin haber hecho un estudio exhaustivo de toda la isla para ver si hay artefactos que queden ahí y eso a mi me parece irresponsable por todas las partes”, dijo Méndez.