Historia de los Murales
La historia del esfuerzo heroico que produjo uno de los triunfos supremos de todos los tiempos — la construcción de una vía acuática entre los dos océanos más grandes del mundo a través del istmo de Panamá — se ilustra poderosamente en detalle gráfico en los murales del Canal de Panamá. Instalados en la rotonda del Edificio de la Administración del Canal de Panamá en los Altos de Balboa, República de Panamá, los murales han sido una atracción principal en el área del Canal a lo largo de los años.
Los murales narran la historia de la construcción del Canal de Panamá en cuatro escenas, las cuales muestran el Corte Culebra o Gaillard desde el Cerro de Oro, donde el Canal atraviesa la Cordillera Continental; la construcción del vertedero de la Represa de Gatún, la cual represa el Río Chagres para crear el Lago Gatún; la construcción de una compuerta de esclusa; y la construcción de las Esclusas de Miraflores cerca de la entrada del Canal en el Pacífico. El poder de estas escenas vivamente representadas tiene el efecto de unir a todos los que las admiran en una cadena perpetua con los maestros ingenieros y la heroica fuerza laboral que creó el Canal.
Al ingeniero Jefe del Canal, George W. Goethals, se le atribuye tener la visión de asegurar que un registro de la labor monumental realizada en la construcción del Canal se preservara en esta obra de arte, para que todos que llegaran después no sólo se maravillaran de lo logrado y apreciaran su grandeza, sino que pudieran compartir el sentimiento de orgullo y compromiso que este magnífico logro siempre ha evocado, no sólo en quienes construyeron la vía acuática, sino en todos los que han estado involucrados, a través de los años, en su operación y administración. Goethals escogió cuidadosamente a la persona a quien sería confiado este proyecto especial, seleccionando a William B. Van Ingen de Nueva York, un artista sobresaliente por sus murales en la Biblioteca del Congreso en Washington D.C. y en la Casa de la Moneda en Filadelfia.
Van Ingen aceptó producir los murales a $25 por pie cuadrado, que era la forma en la que se contrataban estos trabajos en esa época, y los murales terminados cubrieron unos 1,000 pies cuadrados. Van Ingen y dos asistentes, C.T. Beery e Ira Remsem, hicieron dibujos en carboncillo de las actividades de construcción del Canal para los murales durante dos visitas a Panamá en 1914, en la última etapa de la construcción. Van Ingen entonces pintó los murales en paneles separados en su estudio de Nueva York. Los paneles fueron embarcados a Panamá e instalados en un período de tres días en enero de 1915 bajo la supervisión personal del artista. Las pinturas tienen la distinción de ser el mayor conjunto de murales de un artista estadounidense en exhibición fuera de los Estados Unidos.
Van Ingen se identificó completamente con la obra del Canal. Al hablar sobre el proyecto en esa época, dijo que se había compenetrado tanto con el esfuerzo de construcción que sentía que él también, era un trabajador del Canal. “Olvidé que era un artista y sentía verdadero pesar por no tener derecho a un número y a una placa de bronce de identificación.”, afirmó.
Según Van Ingen, su reto al producir los murales había sido cómo representar la magnitud de la construcción del Canal. Al explicar su enfoque en esta tarea, dijo, “Intenté componer en una pintura las escenas vistas desde distintos ángulos, pero unidas en la mente, esto me permitió combinar distintos períodos de tiempo del trabajo de construcción”. Al comentar sobre su perspectiva al componer las pinturas, añadió, “Cualquier éxito que las pinturas pudieran tener vendrá, creo, del esfuerzo de ver con los ojos del hombre en la zanja”.
Los murales fueron restaurados en 1993 por el conservador de arte Anton Rajer, de Madison, Wisconsin, y rededicados en una ceremonia especial el 29 de septiembre de 1993.
Evaluación del Restaurador
Los murales del Canal de Panamá en la rotonda del Edificio de Administración son una obra maestra de su creador, William B. Van Ingen. La luz y los colores impresionistas reflejan la calidad de la atmósfera de Panamá y la composición audaz conmemora en forma pictórica la construcción del Canal de Panamá.
Al pasar de los años, el moho y la suciedad se asentaron en los murales haciendo necesario limpiarlos en 1929, 1932, 1969 y 1993. Durante el proyecto de conservación de 1993, más de 22,000 bolas de algodón se usaron para limpiar el moho y la suciedad de los murales, lo mismo que viejos retoques de pintura que cubrían muchas áreas de los murales, particularmente en la sección superior del friso. La limpieza se realizó con una combinación de limpiadores que removieron la suciedad y el barniz viejo, sin dañar los murales. Sólo hizo falta retocar algunas partes, ya que los murales estaban en buenas condiciones debido a limpiezas previas.
Todo el proyecto se documentó con vídeo y cientos de fotos, tanto en blanco y negro como a color, y se preparó un extenso informe en inglés y español que servirá de guía para cualquier restauración futura.