HISTORIA DE LOS INDIGENAS PARITA
Desde los tiempos prehistóricos ha habido asentamientos humanos en la Provincia, tal y como atestiguan numerosos hallazgos arqueológicos. La posición geoestratégica de Los Santos en el extremo sur de la península de Azuero, su clima tropical de sabana, así como sus riquezas minerales y agrícolas, forman una conjunción de factores que hicieron de Los Santos un foco de atracción de otras civilizaciones.
La historia de Los Santos, como región primero indígena, luego española y finalmente panameña, comenzó en el siglo XVI, con la conquista de los cacicazgos de Escoria y París, continuado con la toma de las provincias indígenas sureñas de Hueré, Guararí, Quemá, Chiracoitia, Usagaña y Guanata y culminado en lo sustancial con la división territorial de la República de la Nueva Granada en el año 1850 y la constitución de Los Santos como provincia de Panamá en el año 1945. No obstante también es relevante exponer brevemente la historia anterior del territorio actualmente integrado en dicha región. La primera presencia humana en la región data del noveno milenio a.C. en el Neolítico según se ha podido registrar en los restos fechados más antiguos del Arco Seco en Los Santos. Con el poblamiento de América del Sur hace 20.000 años cabría esperar que grupos humanos ya poblaran estas tierras en fechas previas a las documentadas.
Época precolombina
En la época precolombina la península era conocida como Parita y estaba habitada por una gran cantidad de amerindios que étnicamente, probablemente estaban emparentados con los Ngäbe. Según descripciones de Andagoya y Espinosa, algunos eran más altos y barbudos que los otros indios del istmo y no compartían la misma lengua. A la llegada de los castellanos, los habitantes de la península de Parita vivían en núcleos de población principalmente a lo largo de las cuencas hidrográficas de la región, conformando un territorio al que denominaban cacicazgo o provincia. Se dedicaban principalmente a la pesca, caza y agricultura sobre todo el cultivo del maíz.
Las provincias indígenas de Parita conformaban una confederación que se denominaba Parita. Esta era regida por el cacique Antataura, Cutatara o Cutara, a quien los castellanos llamarían París. Parita deriva del vocablo de origen ngäbe Pari-ba que significa Confederación de Pueblos, por el hecho de que el cacique París regía una confederación de pueblos, que en su mayor extensión incluyó hasta los cacicazgos de Chame. La sede del cacicazgo inicialmente se localizaba en el Asiento Viejo a orillas del río del Asiento Viejo; pero, sería trasladada posteriormente a orillas del río de los Mahizales, probablemente en el cerro Juan Díaz.
En 1515, el cacique París controlaba el valle del río de los Mahizales y el del río del Asiento Viejo, y bajo su dominio se encontraban las provincias de Usagañá que era conocida por los diablos o tuyraes, Quemá, Chiracoitia o Chiracona, Guararé o Guararí, Hueré o Huera y Guanato. La provincia de Escoria era la única que no formaba parte de la confederación, pero brindaba apoyo en tiempos de guerra a los cacicazgos de Parita, ya que mantenía lazos familiares con París al estar casado con una de sus hermanas.
Por lo general las provincias indígenas de Parita se extendían desde la costa hasta las tierras altas a lo largo de un río, con dos excepciones: las tierras altas adyacentes de los caciques Parita y Escoriá que eran controladas por los caciques Quemá y Usagañá, respectivamente. Cada territorio cacical tenía un pueblo principal o asiento, donde vivía el Tiba, separado unos 23-38 km del siguiente asiento, aunque sus séquitos podían mudarse a otros asentamientos dentro del cacicazgo. Si bien la sociedad cacical estaba basada en rangos y no era del todo igualitaria, existía cierta fluidez entre los mismos. El rango superior lo representaba el Tiba o señor, los cabras o guerreros, las espavés o mujeres del cacique, y el inferior los esclavos que eran capturados en las batallas. Según Espinosa y Andagoya, era una sociedad basada en la guerra o guacabara, y este último, quien dedicó minuciosas descripciones sobre el cacique París, cuenta que el Tiba París había vencido a un ejército de guerreros caníbales que vinieron por mar desde Nicaragua dos años antes de la llegada de los europeos a Parita.