Historia de las primeras escuelas de Panamá
Historia
La educación pública comenzó poco después de la Separación de Panamá de Colombia en 1903. Los primeros esfuerzos fueron dirigidos desde un punto de vista extremadamente paternalista de las metas de la educación, según lo evidenciado en los comentarios hechos en una reunión en 1913 de la Primera Asamblea Educativa Panameña, “El patrimonio cultural dado al niño se debe determinar por la posición social que él debe o deberá ocupar. Por esta razón la educación debe ser diferente de acuerdo con la clase social a la cual el estudiante debe ser relacionado.” Este foco elitista cambió rápidamente bajo la influencia de los Estados Unidos.
En los años 20, la educación panameña se suscribió a un sistema educativo progresivo, diseñado explícitamente para asistir al individuo capaz y talentoso en busca de movilidad social ascendente. Los gobiernos nacionales sucesivos dieron alta prioridad al desarrollo de un sistema de (por lo menos) la educación primaria universal; en los últimos 30 años, un cuarto del presupuesto nacional fue asignado a la educación. Entre 1920 y 1934, la matrícula de la escuela primaria se duplicó. El analfabetismo de adultos, más del 70 por ciento en 1923, bajó más o menos a la mitad de la población de adultos en apenas más de una década.
Disparidad entre centros urbanos y áreas rurales
Para los comienzos de los años 50, el analfabetismo del adulto había bajado al 28 por ciento, pero otras mejoras eran lentas por venir. Al cierre de los años 50 no hubo esencialmente ninguna mejora; el analfabetismo del adulto era 27 por ciento en 1960. Sin embargo, hubo aumentos notables en los años 60 y el índice de analfabetismo de adultos bajó 8 puntos del porcentaje de antes de 1970. Según las estimaciones de los años 1980, solamente 13 por ciento de los panameños de 10 años y más de edad eran analfabetos. Hombres y mujeres estaban aproximadamente igual entre los que sabían leer y escribir. La disparidad más notable estaba entre las áreas urbana y rural; 94 por ciento de los adultos de la ciudad con vivienda sabían leer y escribir, pero menos de dos tercios de éstos en el campo eran analfabetas. Una cifra que también representó un alto analfabetismo en crecimiento es la que se identificó entre la población indígena del país.
A partir de la década de los años 1950 y principios de los años 1980, las inscripciones educativas crecieron más rápidamente que el índice del crecimiento de la población total y, para la mayor parte de ese período, más rápidamente que la población en edad escolar. Los aumentos más elevados vinieron en las matriculas de educación secundaria y de educación superior, las cuales aumentaron diez y más de treinta veces, respectivamente. Para mediados de los años 1980, las tasas de la matricula de la escuela primaria eran aproximadamente 113 por ciento de la población en edad escolar de primaria. Las matrículas masculinas y femeninas eran relativamente iguales, aunque había variaciones regionales significativas.
Con la adopción de la Constitución de 2 de enero de 1941, sobrevinieron las transformaciones jurídicas y administrativas que permitieron la creación del Ministerio de Educación. La primera de ellas fue la adopción de la Constitución de 2 de enero de 1941, la cual introdujo el régimen de derechos sociales. En esta forma, el servicio de la educación nacional se consideró deber esencial del Estado y la educación de los indígenas, obligación imperativa. Se mantuvo el principio de la obligatoriedad de la educación primaria y la gratuidad de este nivel y de la normal, vocacional y secundaria. La Carta Magna de 1941 ordenó legislar en el sentido de facilitar a los panameños económicamente necesitados el acceso a todos los grados de la enseñanza, tomando como base únicamente la aptitud y la vocación. Por otra parte, la Constitución de 1941, suprimió las Secretarías y los Secretarios de Estado, característicos del sistema republicano de los Estados Unidos, y los sustituyó por Ministerios y Ministros de Estado, afines a los sistemas latinoamericanos.