Gorée: La isla de los esclavos. El lugar donde se inició el tráfico de millones de africanos hacía América.
Uno de los hechos más repudiables que se han podido presentar en el transcurso de la historia de la humanidad es, definitivamente, la esclavitud, acontecimientos que han quedado como una mancha de vergüenza en muchas sociedades a través del tiempo y que difícilmente se podrán borrar.
Una isla ubicada en la costa atlántica de Senegal, al Oeste central del Continente Africano,sirvió durante muchos años como centro de tráfico de esclavos que eran llevados hacia Europa, principalmente a destinos como Inglaterra, Holanda, Francia, España y Portugal.
El primer registro de la comercialización de esclavos data desde 1536, por los portugueses; los primeros en llegar a esa isla en 1444. La casa de los esclavos fue erigida en 1776, por los escoceses. Es la que todavía está erigida y convertida en un museo. Esa isla está considerada una memoria a la Diáspora Africana.
Se estiman que pasaron por ella, millones de africanos entre 1500 y 1800. Fue el depósito temporal de los atrapados y el mercado de venta de niños, mujeres y jóvenes para la exportación a América a través del océano Atlántico en botes rehabilitado para maximizar el estibe de seres humanos.
Fueron vendidos en Sur América, el Caribe, Mexico y norte América para ayudar en la creación de un mundo nuevo. Las condiciones humana de los esclavos eran atroces y sub humana en la Isla de Goree.
Humanos encadenados y con grilletes. Mas de 30 personas apiñada en un espacio de menos de un metro cuadrado y una pequeña ranura hacia el exterior. Una vez al día recibían alimentos y eran permitidos satisfacer sus necesidades biológicas, aun así, la infestación, el desaseo y las enfermedades estaban al orden del día. La mayoría estaban desnudos, algunos con taparrabo. La necesidades biológicas de las mujeres, no se consideraban. Los niños eran separados de sus madres y alejados bien lejos para que ellas no oyeran sus gritos y sus llantos. Los hombres rebeldes eran encerrados en lugares y cubículos más chicos aún, debajo de las escaleras mientras el agua del mar los bañaban aumentando la deshidratación y el sufrimiento. Los reyes y reinas, los sacerdotes y nobles africanos eran tratados igual.
Pero aun más punzante y desgarrador que las celdas y grilletes, era la “pequeña puerta de no regreso” por donde pasaban todos los hombres, mujeres y niños hacia el barco esclavista que los llevaría a la esclavitud, la muerte y sufrimiento indescriptibles. Con una última mirada se fueron para nunca más volver..
En Gorée, más de trescientos años se comercializó con la vida humana, pero para hacer aún peor las cosas, este escenario atormentaba la vida de millones de esclavos que eran torturados y hacinados en condiciones muy deplorables, para luego, de ahí, ser trasladados a su destino final, en donde, por cierto, su vida fue denigrante y peor. Actualmente, la UNESCO ha declarado este lugar como Patrimonio de la Humanidad (1978) y todavía se puede apreciar las casas en donde eran metidos los esclavos, luego de haber sido capturados en el África.
Pero el dolor y sufrimiento causado por las espantosas torturas y trágicas muertes ha dejado una estela de horror en la isla, en la que viven hoy en día alrededor de mil doscientas personas dedicadas al turismo debido a lo maravilloso de sus paisajes.
Sin embargo, los hechos que más atraen a la gente son los sucesos fantasmales que se dan en la isla, pues los gemidos y gritos de dolor aún se escuchan por todo Gorée.
Se han reportado miles de casos en donde las voces de gente adulta y niños no pueden ser callados de manera alguna, y es que el dolor que se vivió en esa isla envolvió a millones de seres humanos que hoy siguen clamando por justicia.
A pesar de haberse acostumbrado a los alaridos y gemidos, los pobladores de Gorée sienten un frío que recorre su sangre cada vez que escuchan a alguna de estas pobres almas que no consiguen aún el descanso eterno.