Fabián Velarde Rodríguez (1898-1946). Abogado, diplomático, periodista, escritor y político panameño de la primera mitad del siglo XX.
De cuna modesta, Fabián Velarde nació en la campiña tableña el 20 de enero de 1898. Fueron sus padres D. Everardo Velarde y Dª Isabel Rodríguez. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Instituto Nacional, en donde se graduó de Bachiller en Humanidades en 1918. En 1917, durante su vida estudiantil, ganó un concurso para seleccionar el ensayo que prologaría un volumen sobre la vida y la obra del poeta romántico Tomás Martín Feuillet, convocado por La Revista Nueva, de las ciencias, la literatura y las artes, dirigida por José Dolores Moscote, Octavio Méndez y Guillermo Andreve. Los estudios universitarios los cursó Fabián Velarde en la Escuela de Derecho y Ciencias Políticas, institución que funcionó subordinada a la dirección técnica de la Facultad Nacional de Derecho y Ciencias Políticas, primer recinto de educación superior creado por el Gobierno Nacional en el Panamá republicano. Se casó con Evelia Guerra de Velarde y fueron sus hijos Fabán, Nina, Carlos, Ana, Margarita, Manuel y otros vástagos.
En los primeros días de julio de 1922, la Corte Suprema de Justicia lo nombró Primer Suplente del Juez Primero del Circuito de Panamá, y, después, lo escogió Juez Segundo del Circuito. En estas funciones, le correspondió conocer y decidir procesos judiciales civiles, penales y contencioso-administrativos que no fueran competencia de la Corte Suprema de Justicia. En esa misma época dictó una conferencia a los estudiantes de la Escuela Nacional de Derecho, intitulada El juez y la ley, publicada en la Imprenta Nacional (1926), y, previamente, en el Nº14 (1925), de la Revista Estudios, fundada y dirigida por Octavio Méndez Pereira. Allí, Velarde recogió sus experiencias y su visión de lo que debe ser un funcionario público dedicado a la administración de justicia, según expresa, función sagrada y primordial en la satisfacción de las necesidades de los asociados y en la preservación del sistema democrático. A partir de 1922, cultivó la docencia del castellano en la Escuela Normal de Señoritas y el Instituto Nacional, y la cátedra de Derecho Mercantil en la Universidad Nacional, hoy Universidad de Panamá.
En una faceta poco conocida de su vida, fue el editor de Historia de la literatura española (impreso en los Talleres Gráficos de El Tiempo, en 1922), del doctor Octavio Méndez Pereira, obra que fue reeditada en 1925 y en 1931 por haber sido acogida muy favorablemente por los lectores. En 1924 compiló, en extenso tomo, los Escritos de don Nicolás Victoria Jaén. La diferencia ideológica de Fabián Velarde, liberal, y Victoria Jaén, conservador, no fue obstáculo para la edición de este libro.
Antes de esta labor editorial, en 1922, con solo 24 años, el licenciado Velarde fue, junto con el doctor Felipe Juan Escobar, autor de la monografía titulada El Congreso de Panamá en 1826. En 1925, fue escogido miembro de la Comisión Organizadora del Centenario del Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, dirigida por Méndez Pereira. Se le encomendó que realizara la Reseña histórica del Congreso Anfictiónico, que fue publicada en la memoria editada con el título: Congreso Pan-Americano conmemorativo del de Bolívar 1826-1926. Con referencia a la anfictionía bolivariana, debe anotarse que la Ley 5 de 8 de enero de 1925, ordenó la conmemoración solemne del “Congreso Panamericano, verificado en esta ciudad (Panamá) el 22 de julio de 1826, a instancias del Libertador Simón Bolívar”. Es necesario aclarar que el cónclave convocado por el Libertador Simón Bolívar no se denominó en ningún momento con el nombre de panamericano, tal como afirmaba la mencionada ley. La Asamblea de Plenipotenciarios celebrada en 1826 se denominó Congreso de Panamá y su leit motiv fue crear una Liga Anfictiónica entre las naciones hispanoamericanas. Sea como fuere, lo importante es que la República de Panamá se proponía celebrar el centenario del famoso Congreso ideado por el Libertador.
Fabián Velarde solicitó licencia sin sueldo en el Juzgado de Circuito e ingresó al servicio de la Secretaría de Relaciones Exteriores en su carácter de asesor en 1927 para aceptar el nombramiento de Secretario de la Legación de Panamá en Francia e Inglaterra, y además Delegado Suplente y Secretario de la Delegación de Panamá (verdadero propósito del viaje) a la Octava Sesión Ordinaria de la Liga de Naciones, establecida por el Tratado de Versalles de 1919, al finalizar la Primera Guerra Mundial -entidad antecesora de la Organización de Naciones Unidas-. Esta Delegación estaba formada por el propio doctor Eusebio A. Morales, Delegado Presidente y el diplomático Antonio Burgos. Fabián Velarde, quien nunca había salido de Panamá, partió por barco rumbo a Europa el 18 de agosto de 1927. El viejo mundo fue una “extraordinaria novedad”, para el joven abogado. Desembarcó en Amberes, se trasladó a Bruselas y más tarde a París, en donde cumplió a cabalidad sus funciones. Por estos intereses, en 1929 fue invitado a formar parte de los fundadores de la Sociedad bolivariana de Panamá.
Por otro lado, en el ramo comercial Velarde se destacó por sus dotes emprendedoras y su temple de empresario, y en conjunción con la abogacía supo labrarse una sólida posición económica. Constituyó en 1922 una sociedad colectiva de comercio de responsabilidad limitada con Celestino Carbonell, comerciante español; fundó una librería; se agitó en la actividad de la edificación de viviendas con la construcción de algunas urbanizaciones; pero su actividad comercial más próspera fue la de los cines, ya que fue fundador y uno de los más fuertes accionistas del Principal Circuito Cinematográfico de la Capital.
Con respecto a los tratados firmados con los Estados Unidos, con solo 28 años de edad, Velarde escribió en 1926 el Análisis del nuevo Tratado, examen exegético, publicado en la primera plana y en cuatro páginas completas del diario La Estrella de Panamá el domingo 2 de enero de 1927 y luego en formato de libro, sobre el Tratado del canal Alfaro/Morales-Kellogg. Defendió allí jurídica, económica y políticamente las 16 ventajas para Panamá del Tratado negociado con Estados Unidos en 1926, y se refirió a temas especiales como son las comunicaciones inalámbricas, el derecho de los Estados Unidos de levantar estaciones radiográficas en cualquier parte del territorio panameño, la soberanía de Panamá en el territorio ocupado por las referidas comunicaciones inalámbricas y la comparación entre el Convenio Taft y el nuevo Tratado. Solamente encontró en las cláusulas del nuevo pacto seis temas onerosos que envolvían sacrificios para nuestra Nación. Este estudio le valió elogiosos comentarios y acerbas críticas provenientes de Acción Comunal, porque este Tratado fue dado a la publicidad primero en Cuba por el diario Heraldo de Cuba y en Costa Rica por la revista Repertorio Americano, dirigida por Joaquín García Monge, y básicamente porque sus cláusulas eran consideradas lesivas a la soberanía nacional. El Órgano Ejecutivo sometió el 15 de diciembre de 1926 el Tratado a la consideración de la Asamblea Nacional pero las reacciones populares contrarias determinaron que el Órgano Legislativo expidiera la Resolución del 26 de enero de 1927, por la cual, en vez de rechazarlo, dispuso suspender la consideración del Tratado. Pasados casi diez años, el 8 de marzo de 1936, a seis días de firmado el Tratado Arias-Roosevelt de 1936, el licenciado Velarde publicó en el diario El Panamá América, del cual era su Director, un editorial titulado “Nuestra posición ante el nuevo tratado”, y convocó a su estudio sin pasiones políticas, y a que se hiciera un balance sosegado y sensato.
Al finalizar sus actividades judiciales, Fabián Velarde se dedicó a la práctica profesional y atendió diferentes casos famosos, que lo catapultaron a los escenarios cumbres del Derecho Penal y lo consagraron como uno de los mejores penalistas de la época. En los ochenta casos que defendió (en el Juzgado Superior de la República) sólo perdió tres. El semanario Mundo Gráfico, el diario El Panamá América, el diario La Nación, La Estrella de Panamá, la revista estadounidense Time, se refirieron a sus éxitos en la rama penalista, tanto en la práctica como en la teoría, y a una condición abierta a todas las corrientes del saber. Hacia 1930, cuando tenía un año de haber comenzado de lleno su actividad en los tribunales penales, publicó en el marco de la disciplina jurídica La racional doctrina de la legítima defensa. Entre los negocios penales que atendió el licenciado Fabián Velarde sobresalen la defensa de la ciudadana estadounidense involucrada en el homicidio de John Madison Love, su esposo, perpetrado en las puertas del Club Unión; y la defensa del estudiante venezolano Hugo Neri, quien fue acusado de ultimar al doctor Ildemaro Urdaneta, Encargado de Negocios de Venezuela en nuestro país, en junio de 1936.
Pero el penalista Fabián Velarde tampoco descuidó el ejercicio del Derecho Civil, en el cual disponía de preparación técnica y experiencia profesional. Fue designado por la Asamblea dentro de la Comisión Redactora del Código Civil, creada por la Ley 35 de 16 de abril de 1941, pero en 1944 Velarde fue reemplazado por haberse creado una nueva Comisión.
En un medio como el panameño, de índole mercantil, no podía faltar el ejercicio del Derecho Comercial, cuyas experiencias fueron volcadas en el Tratado sobre la ley de los documentos negociables, su texto más conocido, aún insuperado a pesar de sus 75 años, que fue preparado en unión del doctor Erasmo de la Guardia. Este tratado obtuvo el primer premio en el certamen científico organizado por el Municipio de Panamá en 1935. Sin embargo, su primera edición se remota a 1951. La obra todavía hoy en día de obligada consulta, cuenta con 560 páginas. El periodismo fue otra de las pasiones de Fabián Velarde. Desde muy joven se vinculó a los periódicos que se publicaban en el país. Ejerció esta profesión en el Diario de Panamá, en La Estrella de Panamá y en El Espectador. Además, Fabián Velarde dirigió el semanario político denominado Renovación (1925). Sin embargo, rindió sus más aceradas faenas desde El Panamá América, de propiedad de la persona jurídica denominada The Panamá American Publishing Co. Inc., en el que alcanzó el puesto de Director, el 5 de diciembre de 1935, al sustituir al doctor Méndez Pereira, recién nombrado primer Rector de la Universidad Nacional de Panamá. Durante la gestión de Velarde se abrieron las puertas del diario a la información de los acontecimientos nacionales (de la capital y del interior del país), y mundiales, a la discusión de los problemas que agobiaban al país, a los vaivenes de la campaña electoral de 1936, al debate de las ideas, a la publicación de escritos políticos, económicos y sociales, a la divulgación de la literatura. A la vez, Velarde fue designado Director de la nueva estación de radio, la HP5H, Panamá América, también perteneciente a la mencionada empresa periodística, que fue inaugurada el jueves 1° de abril de 1937. Fue Director del periódico por casi tres años, y en ese período elaboró los editoriales del Panamá América. Terminó el 17 de septiembre de 1938, cuando el doctor Harmodio Arias anunció la adquisición de la mayoría de las acciones de la compañía. Juan Demóstenes Arosemena le asignó la labor de sustituir la Carta Magna de 1904, lo que cumplió fielmente al elaborar un "Proyecto de nueva Constitución Nacional", dado a conocer a la faz del país en 1938 en El Panamá América, así como en formato de libro. Existe una rica literatura que surgió alrededor de este asunto.
Políticamente, aunque Velarde fue demócrata y figura conspicua del partido liberal chiarista, denunció los vicios que traían consigo las lacras de la politiquería criolla enquistadas en la práctica, según se desprende de sus escritos. Fue firmante de Acción Comunal, como otros intelectuales de diversos sectores, pero siempre tuvo fe en la honestidad de un gobierno que encabezara el Dr. Ricardo J. Alfaro. Tras el golpe de Estado del 9 de octubre de 1941 que derrocó al presidente Arnulfo Arias, Velarde repudió el régimen de Ricardo Adolfo de la Guardia, que lo acusó de fraguar un golpe de Estado, y ello le costó la persecución, la cárcel y el enjuiciamiento. En 1945 se dio a conocer una lista de 29 “amnistados”. Los encabezaba Fabián Velarde.
Ese año, la Segunda Asamblea Nacional Constituyente escogió por mayoría de votos a Enrique A. Jiménez, Presidente Provisional de la República. Fabián Velarde fue nombrado en la Comisión de Estudios Sociales y Económicos, especie de Consejo de Gabinete Económico, cargo que ejerció hasta el 6 de enero de 1946, cuando falleció inesperadamente en el Hospital Panamá, del mal cardíaco que lo aquejaba. Su muerte fue muy sentida en cada uno de los sectores nacionales.
En Caribe