17 Oct
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El Valle de Antón

El Valle Escondido entre las verdes montañas de la provincia de Coclé, se encuentra El Valle de Antón, una comunidad turística que se ha convertido en una importante joya del tesoro ecoturístico de Panamá. La población está ubicada en el cráter de un extinto volcán —el más grande de Panamá durante la prehistoria. Este hecho ha bendecido el área con aguas termales y tierras fértiles ideales para flores y vegetales. El Valle está a 120 kilómetros de la Ciudad de Panamá y el viaje dura cerca de dos horas por la Carretera Panamericana, girando a mano derecha, poco después de San Carlos.

Debido a su altitud, El Valle tiene un clima templado todo el año. Esto, aunado a su cercanía a la Ciudad de Panamá, ha transformado el pequeño pueblo en un retiro de fin de semana para muchos capitalinos. Algunos panameños pudientes han construído hermosas casas de campo en el lugar.

El Valle es también una tierra de historia y leyendas. Habitada por varios grupos indígenas durante cientos de años, el área es famosa por sus extraños petroglifos, los cuales aún no han sido descifrados. La exuberante vegetación de El Valle alberga una gran diversidad biológica, incluyendo las ranas doradas y los árboles cuadrados.

Las ranas doradas sólo se encuentran en El Valle y en el Parque Nacional Campana. Un buen lugar para observar las ranas es el Vivero y Zoológico El Níspero, en el cual también se encuentra la “Flor del Espíritu Santo” —la Flor Nacional de Panamá. Una forma relajante de pasear por el valle o las montañas es alquilando un caballo. Éstos están disponibles ya ensillados, los fines de semana a orillas de la carretera. Los más arriesgados aventureros también encontrarán mucha acción en El Valle con el Canopy Adventure, donde los visitantes podrán “imitar a Tarzán”, volando sobre el suelo de la jungla en una tirolesa. Durante esta gira, los visitantes también volarán sobre el Chorro El Macho, una de las cascadas más grandes del área y una atracción turística que vale la pena visitar.

Entre lo más representativo está el Mercado de Artesanías en el que se venden toda clase de productos locales, verduras, vegetales, frutas, plantas y hermosas flores. El toque especial lo añade la gran cantidad de artesanías, estatuillas de piedra de jabón, tejidos, hamacas, pulseras hechas a mano, mesitas de madera, y todo tipo de artesanías con bambú, los vivos colores de la cerámica encienden la mente y la fantasía. Los animales de barro parecen estar tan vivos, y los sombreros “pintaos”, estatuas y balcones atraen nuestras manos como los dulces atraen las manos de los niños.

La Piedra Pintada, es enorme. Una gran roca que se desprende de un cerro, la historia y las leyendas locales dicen que los indígenas dormían alrededor de la Gran Piedra para celebrar ritos religiosos y que ésta esconde un tesoro vigilado por un ente quien es su guardián.

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