14 May
14May

EL SINDICATO DE MORRIS EN PUERTO ARMUELLE

La desesperación por salvar la única fuente de empleo en la región, llevó a los trabajadores de las fincas bananeras a alejarse de sus familias por tres días, para cerrar la vía Panamericana en la frontera de Paso Canoas, en Chiriquí, y negociar una respuesta a la crisis que azotaba a la Cooperativa de Servicios Múltiples de Puerto Armuelles (COOSEMUPAR), para la que trabajaban.

Mientras el cansancio y el hambre se apoderaba de Leonardo Santos, uno de los huelguistas que peleaba por el pan de su familia, en Finca Blanco, donde viven, no había ni leche para darle a una pequeña de dos años.

Santa Santos Javilla, de origen Ngöbe Buglé, esposa de Leonardo, con palabras entrecortadas por el sufrimiento y rodeada de sus ocho hijos, sólo dijo que el camino que les queda es trabajar en las bananeras.

“El papá estaba allá manifestando y los niños, venían acá chillando con hambre y yo no tenía nada que darles y tuvimos que volver a la tienda para ver si daban otro crédito”, dijo.

La situación empeoró, porque los cuidados que necesita Olga Santos, se alejan, pues a los 6 años le dio una fiebre que la dejó paralizada, necesitando una silla de ruedas y una alimentación adecuada que sus padres no le pueden brindar, por las condiciones económicas en que se encuentraba COOSEMUPAR, con el temor de que cada quincena vuelva la zozobra a la zona bananera.

El hambre ronda por doquier, sin hacer excepciones, y la cooperativa productora de banano parece ser la única esperanza que le queda al corregimiento Rodolfo Aguilar Delgado, sumergido en la miseria.

¿Y LA ESCUELA QUE?
"No es fácil escuchar que un obrero es empresario, cuando no tiene dinero ni las facilidades económicas, ni para mandar a sus hijos a la escuela", dice Lorenzo Zurdo, otro humilde trabajador, porque sólo uno de los cuatro hijos podrá estudiar este año. Los otros esperarán en casa hasta el próximo año para ir a la escuela, porque lo que gana sólo alcanza para comprar la comida, que al completarla con bananos cocidos, todos aguantan quince días.

Descansando en una hamaca y agotado por el trabajo, recordó que fueron 22 años de labores con la transnacional Puerto Armuelles Fruit Company, filial de la bananera Chiquita Brands, y tres en COOSEMUPAR y ahora ve hacia atrás y no tiene nada.... tanto trabajo, y no tiene NADA.

Al escuchar las palabras de Zurdo, a los menores no les quedó otra alternativa que entrar a la casa, como si la esperanza que tanto los sostenía, comenzara a alejarse.

Con la mano en la frente, dijo que no es fácil mantener a una familia en las bananeras bajo la actual condición económica.

Los 71 dólares que recibió como pago de su quincena no le alcanzó para pagar el crédito que debía en las tiendas. Sólo de pensar que COOSEMUPAR desaparezca, Zurdo quedó sumamente pensativo, sin palabras, y aseguró que no permitirán que su familia muera de hambre.

UNA CRISIS ANUNCIADA
El detonante que provocó la mayor crisis en la zona bananera y Puerto Armuelles, fue el despido de una gran cantidad de trabajadores y el cierre de algunos departamentos de la transnacional bananera en 1998.

La preocupación tanto para comerciantes como trabajadores es el futuro de COOSEMUPAR, de quebrar aseguraban que habrá un caos en la región, nunca ocurrido en Panamá... y así aconteció.

La huelga de 1998 que duró 58 días, fue la más crucial en la historia de la región bananera, cuando la transnacional liquidó a más de dos mil trabajadores, entre ellos los del muelle, mantenimiento, locomotora, fábrica de cajas y mantenimiento de vía.

Esta huelga fue liderada por el ex secretario general del sindicato de trabajadores, José Morris Quintero, donde Puerto Armuelles Fruit Company cerró ocho fincas y ocho empacadoras. Morris fue destronado y surgió Salustiano De Gracia. Pero la realidad fue que la actividad bananera en lugar de surgir vino a menos.

Problemas como el que estaban obligados a vender la fruta al comprador único, United Fruit Company, lo que les impedía lograr mejores precios. Estas dificultades fueron poco a poco concentrando la atención de la dirigencia, en lugar de hacerlo por la producción, y esa relación de conflicto que comenzó a brotar afectó aún más a la nueva empresa denominada Cooperativa de Servicios Múltiples de Puerto Armuelles (Coosemupar).

RECUERDOS
De acuerdo con Clemente Ábrego, ex dirigente de 1960, el sindicato con esta huelga buscó evitar que la trasnacional embarcara la fruta en el muelle de Chiriquí Grande, porque en 1997 ya había cerrado el Muelle fiscal de Puerto Armuelles.

Al nacer COOSEMUPAR, como resultado de una negociación entre la dirigencia sindical que encabezaba José Morris Quintero en el 2003 y Puerto Armuelles Fruit Company, refrendado por el gobierno de la ex mandataria Mireya Moscoso, se inicia una nueva fase en las bananeras, que se vislumbraba prometedora, pero no fue así.

LA MISMA SUERTE
Una fuente ligada a COOSEMUPAR, que pidió reserva de su identidad, manifestó que esta cooperativa estaba en quiebra desde el 2003, con el primer ataque de la Sigatoka Negra, enfermedad que destruyó plantaciones, cuando era lideraba por la anterior dirigencia sindical.

Cuando operaba la transnacional bananera Puerto Armuelles Fruit Co, en Puerto Armuelles circulaba un capital que superaba los B/. 2 millones de balboa, cada quincena, pero luego se redujo a apenas a B/. 250 mil.

Aunque aseguró que el problema crítico de la economía de esta región es en el corregimiento de Puerto Armuelles, puesto que la frontera de Paso Canoas y demás comunidades han sobrevivido fuera de la actividad bananera.

Luego de que la empresa bananera Chiquita Brands, con sede en Estados Unidos, anunciara que no puede cargar más con los 90 millones de dólares de pérdidas en su división Puerto Armuelles Fruit Company (PAFCO), la incertidumbre se apoderó de los 2 mil 600 trabajadores. Con esa determinación, además, se vislumbró un futuro incierto en toda la actividad económica de la región de Barú.

En cualquier esquina de Puerto Armuelles y en las empacadoras de banano, el tema obligado de los obreros es el futuro de la empresa, que paga 20 millones de dólares en concepto de salarios por año, un millón 100 mil dólares en arriendo de tierras e impuestos municipales y tiene una superficie de siembra de tres mil hectáreas de tierras.

Cameron Forsythe, gerente de PAFCO, informó que en ese momento la empresa continuaría con sus ventas y exportaciones, sin recibir el respaldo de la compañía financiera que pertenece a Chiquita Brands. Solamente en el 2002, el subsidio que recibió PAFCO fue de 18 millones de dólares.

“Vamos a controlar los gastos y los insumos, pero sin tocar lo negociado con el sindicato en la última convención colectiva firmada en octubre del 2001”, dijo el gerente. Según él, los gastos tienen que ser revisados para ver “cómo vive la empresa cada semana”.

Ante las pérdidas económicas y del subsidio, la compañía propuso, entre otros aspectos, una cooperativa de trabajadores que opere a partir de la compra de las fincas y los activos de PAFCO. El problema es que no todos los obreros ven como viable esta salida.

El gerente Forsythe afirmó: “tengo la impresión de que el grupo de asesores del sindicato no ha estudiado lo que ofrecemos en nuestra propuesta y no hemos podido explicarla porque los representantes sindicales se levantaron de la mesa”, agregó.

Para el presidente del Movimiento de Baruenses Unidos, Alvaro Muñoz, se hace necesario establecer si todos los trabajadores de PAFCO están dispuestos a formar una cooperativa, por lo que recomendó llevar a cabo consultas a todos los niveles.

************Mientras un sector pide diálogo, el secretario general del SITRACHILCO, José Morris, reiteró su posición de NO NEGOCIAR con la empresa la propuesta presentada, porque, según él, atenta contra la organización sindical y evade el pago de las prestaciones laborales una vez concluyan las relaciones de trabajo.************

Morris apuestaba a que una empresa alemana, que ha ofrecido comprar el banano, pueda ser una tabla de salvación, pero nunca fue verdad...

UN CONFLICTO DE NUNCA ACABAR

Al no aceptar Morris las negociaciones lo que vino después fue muerte.

El sindicato entró como organismo reconocido cuando hubo un enfrentamiento en Puerto Armuelles y las ráfagas de bala alcanzaron a muchos obreros, pero Dionisio Arrocha fue el mártir, al morir en el enfrentamiento.

Ante la gran cantidad de huelgas que el sindicato le hizo a la transnacional para hacer valer el derecho laboral, la más trágica se registró en 1964, que sólo tardó 30 minutos y murieron varios trabajadores. Fue un enfrentamiento entre obreros, entre quienes estaban de acuerdo con la empresa y quienes se oponían.

El otro problema lo tuvo la Caja de Seguro Social cuando llegó a la zona bananera, pues muchos de los trabajadores se habían cambiado el nombre, en reiteradas ocasiones, para conservar sus empleos, ya que al ser despedidos no podían volver. Hubo muchos que tuvieron problemas al momento de jubilarse, por aquellos cambios de nombre.

PROTAGONISMO DEL SINDICATO
Para algunos sectores de la provincia el sindicato no debe existir, porque hay una cooperativa cuyos dueños de las deudas son ellos mismos. Mientras que los trabajadores consideran que es el organismo que ha defendido verdaderamente los intereses de COOSEMUPAR y NO el sindicato que lo que trajo fue muerte y desempleo.

Los trabajadores y el comercio sostenían que de quebrar COOSEMUPAR no les quedan más esperanzas a los bananeros, ni la palma aceitera. Ningún otro rubro podrá emplear a tantas personas al mismo tiempo.

En pocas palabras, gracias al SINDICATO DE MORRIS, los trabajadores se quedaron sin hacha, ni calabaza, ni miel...

TIERRAS PRODUCTIVAS
Las tierras que tiene la cooperativa COOSEMUPAR son las más productivas del país, donde cualquier tipo de rubro agrícola tiene éxito. Sin embargo, los empresarios de esta región consideran que otros rubros no generó tantas plazas de empleos como la actividad bananera.--


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