Uno de los muchos detalles que pocos panameños conocen de la Segunda Guerra Mundial es que el Canal de Panamá estuvo entre los planes de ser atacado por las Potencias del Eje, específicamente Japón. El imperio japonés ideó un plan para atacar la costa este de Estados Unidos y, de igual forma, el Canal de Panamá. Los japoneses veían esto necesario para cortar los suministros de guerra que los estadounidenses transportaban hacía la región del Pacífico.
En 1943, el capitán Yasuo Fujimori y el comandante Chikao Yamamoto empezaron a preparar los planes de ataque. Descartaron la idea de un ataque cercano, dado que habían minas submarinas ubicadas en todas las entradas del Canal. Asimismo, la artillería localizada a orillas de la vía interoceánica contaba con un alcance superior a los 25km, así que era prácticamente imposible acercarse en barco para realizar un ataque.
Al año siguiente, en 1944, Fujimori contactó a un ingeniero japonés que trabajó en la construcción del Canal. Este ingeniero tenía en su poder planos de toda la estructura, y luego de haberlo estudiado se optó por bombardear las esclusas de Gatún, ya que allí el daño sobre el Canal sería mucho mayor.
Fujimori ordenó que los submarinos tipo I-13 e I-14 se modificaran para que pudieran transportar en su interior dos hidroaviones modelo “Aichi M6A Seiran”. También tenía pensado utilizar una flota de cuatro submarinos (I-400, I-401, I-13 y I-14), lo que daría como resultado que 8 aviones cargados con bombas y torpedos de 1,800 libras destruirían las esclusas de Gatún.
La flota zarparía desde Japón con destino a las costas ecuatorianas, en un viaje de dos meses. Una vez allí, los aviones Seiran levantarían vuelo nocturno desde la cubierta de los submarinos por medio de una catapulta y una rampa especial. A unos 13.000 pies de altura, cruzarían Colombia hasta llegar al norte de la provincia de Colón, luego girarían en dirección al sur y así atacar las esclusas al amanecer. Después de ejecutado el bombardeo, los aviones regresarían a la zona de donde despegaron y los pilotos serían recogidos por la tripulación, dejando los aviones abandonados. Para el mes de abril de 1945, se le encomendó la misión al capitán Ariizumi, quién decidió que el ataque sería suicida, por lo que los pilotos tenían que estrellar sus naves contra las esclusas del Gatún.
El 5 de junio de 1945, los cuatro submarinos que lanzarían el ataque sobre el Canal de Panamá arribaron al puerto de Nanao Wan. El 20 de junio terminó el entrenamiento y se decide llevar a cabo el ataque, pero al día siguiente la ciudad de Okinawa cayó ante los Estados Unidos. La moral entre los japoneses disminuyó y los comandantes cuestionaban si el ataque al Canal de Panamá cambiaría el curso de la guerra.
El 6 y 9 de agosto de ese año, se lanzaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, lo que ocasionó la rendición del imperio de Japón el 2 de septiembre. Luego de firmarse la rendición, los submarinos fueron destruidos por las fuerzas estadounidenses para impedir que los soviéticos tuvieran acceso al submarino más avanzado de aquella época.