EL KILOMETRO 0 (CERO) DE PANAMÁ
Es el punto donde todo comienza, pero que en la ciudad muy pocos pueden encontrar.
Ni siquiera los descendientes de Tommy Guardia Jr., quien en la década de los treinta fue uno de los diez ingenieros panameños que junto a un grupo de colegas norteamericanos estableció el Kilómetro Cero, aciertan a dar con él. Rolando Guardia, su sobrino, lo ubica debajo del puente Simón Bolívar, cerca de la Universidad de Panamá.
‘C-1’ y ‘K-0’. Son las dos combinaciones de números y consonantes que se pueden leer entre el amarillo desconchado de su superficie. Ni los transeúntes y conductores que pasan a diario por este punto de la Transístmica lo saben, pero ‘C-1’ designa a la carretera Panamericana, mientras que ‘K-0’ se refiere al punto empleado para medir la distancia entre el centro de la ciudad capital y los poblados del interior del país que se encuentran a lo largo de la vía.
No es un hecho conocido, pero el Kilómetro Cero era parte del trazado de una carretera con la que alguna vez se pretendió unir a todo el continente americano, desde Alaska hasta Tierra de Fuego, en Argentina.
UNA VÍA, UN CONTINENTE
Todo comenzó en 1935. Ese año, según el historiador Álvaro Menéndez Franco, la Confederación Geodésica de América Latina procedió a localizar el punto donde cruzaban los distintos meridianos en todos los países de América Latina, de México a Argentina. Todo formaba parte de un plan impulsado por los Estados Unidos para concretar la conexión vial del continente y facilitar de esa forma la defensa en el caso de un ataque militar.
En 1936, el presidente panameño Harmodio Arias y su homólogo estadounidense, Franklin Delano Roosevelt, firmaron un acuerdo que establecía que los ‘Estados Unidos pagaría dos dólares y Panamá uno por cada metro lineal de la carretera, que debería unir el Norte y el Sur de América’.
La vía intercontinental fue inaugurada en 1939, a pesar del retraso de dos años provocado por el tiempo que le tomó al Senado norteamericano ratificar el convenio firmado por Roosevelt. En Panamá, el trazado fue llevado a cabo por Tommy Guardia Jr.
La anhelada conexión con Sudamérica nunca se pudo concretar, debido al inexorable ‘Tapón del Darién’. ‘Panamá es el único país del continente que todavía no ha cumplido con ese convenio de carácter militar, que contemplaba movilizar tropas en caso de un ataque del Eje durante la Segunda Guerra Mundial’, comenta Menéndez Franco.
A nivel local, el Kilómetro Cero cumplió con una función muy específica: satisfacer la necesidad de ‘conocer las medidas en distancia para la creación de la carretera Panamericana y la del puente Bayano hacia la provincia del Darién’, detalló Julio César Pinilla, geógrafo y cartógrafo del Instituto Geográfico Nacional Tommy Guardia, en una entrevista publicada en el año 2005.
CAMBIO DE CENTRO
Antes de su posición actual en la Martín Sosa, Menéndez Franco asegura que entre los años 1935 y 1936 el Kilómetro Cero estuvo ubicado en el sector conocido como Pasadena, en las proximidades del terreno que hoy ocupan las instalaciones del hotel El Panamá. ‘Su desplazamiento tuvo que deberse a una nueva medición, que debió haber tenido lugar antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial’, indicó el veterano historiador.
En su nueva posición, debajo del actual puente de la Martín Sosa, la minúscula y maltrecha marca ha seguido cumpliendo con su función de servir como referencia ‘del paralelo desde el cual se comienza a medir de este a oeste’.
Rolando Guardia recuerda que la referencia del Kilómetro Cero se empleaba, incluso, en las boletas que se impartían a quienes incurrían en infracciones de tránsito. ‘En la boleta se establecía el kilómetro en el que había tenido lugar la infracción, siempre teniendo el Kilómetro Cero como referencia’, rememora.
Con la finalidad de rescatar este fragmento importante de la historia de la carretera Panamericana y de la viabilidad istmeña, Menéndez Franco recomienda que el Ministerio de Obras Públicas (MOP), el Instituto Nacional de Cultura (INAC) y la Academia de Historia de Panamá aúnen esfuerzos para su óptima conservación y divulgación.