18 Nov
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El gran sismo de 1882

Uno de los movimientos sísmicos más fuertes ocurridos en la historia del istmo de Panamá tuvo lugar en 1882, particularmente en la zona de Colón y Panamá


  • La ilustración muestra los daños en el techo del Hotel De Vill causados por el sismo de 1882.
  • El sismo causó grandes daños a las vías del ferrocarril.Sismología mundial
  • Ilustración del Hotel De Ville antes del terremoto.
  • La ilustración muestra los daños en el techo del Hotel De Vill causados por el sismo de 1882.
  • El sismo causó grandes daños a las vías del ferrocarril.Sismología mundial


El martes 7 de septiembre de 1882, a las 3:15 de la madrugada, los habitantes de las ciudades de Panamá y Colón se despertaron con gran alarma, por un sismo, precedido por un furioso estruendo.

Primero la tierra se meció en un movimiento moderada, pero fue aumentando en intensidad y terminó con una fuerza violenta tras 60 segundos. Todavía no había terminado cuando las calles estaban llenas de gente, muchas de las cuales buscaron las afueras de las dos ciudades para evitar el peligro de la caída de los edificios.

Una media hora después del primer movimiento hubo dos secuelas.

“La tierra se empezó a mover de forma violenta e hizo levantar a la gente de sus camas, y movilizarse hacia los parques y plazas. Parecía que la ciudad se iba a hundir en la tierra”, reportó un corresponsal de The Star and Herald, diario que cubrió extensamente los sucesos durante los días siguientes.

“Es el más severo terremoto experimentado en la historia del país desde el descubrimiento y la conquista”, sostuvo el diario mencionado.

En tiendas y residencias privadas se rompieron botellas y espejos.

“Cientos de mujeres acostumbradas a la comodidad y el confort de sus residencias prefirieron pasar la noche en colchones, sofás y sillas acomodadas rápidamente en las plazas públicas antes de correr el riesgo de morir aplastadas dentro de sus casas. Los menos tímidos caminaron de una cuadra a la otra para ver los campamentos improvisados”.


“La señora Dolores de la Barrera de Paredes, una de las matronas más respetadas y distinguidas de Panamá, murió súbitamente después del terremoto en la mañana del día siete. Dejó su residencia para buscar seguridad en el cielo abierto y después de caminar a la Plaza del Triunfo, se quejó de que no se sentía bien. Poco después murió”.

“En la isla de San Miguel, en Las Perlas, una de las paredes de la iglesia se cayó y los habitantes corrieron a sacar las imágenes de los santos para protegerlos, haciendo con ellos una procesión, con la esperanza de prevenir una secuela del movimiento telúrico”.

Desde Colón, el corresponsal del diario escribió que “fue el más horrible terremoto que haya sentido en mi vida. El daño no puede ser estimado”.


“Un contador de los señores Isaacs y Asch, de origen alemán, se arrojó por la ventana y se rompió la pierna. Un hombre de color hizo lo mismo, sin correr la misma suerte”.

“Dos hombres murieron, uno de ellos aplastado bajo el techo caído. La estatua de bronce de Cristóbal Colón se meció libremente en su pedestal de piedra, y terminó desplazada cuatro pulgadas de su ubicación original. Creemos que puede ser reajustada a un bajo costo”.

En Panamá se afectaron varios edificios, entre ellos las oficinas del gobierno Municipal y las Sala de la Asamblea, cuyo “masivo balcón cayó sobre la plaza, arrastrando el techo adyacente”.

“La catedral también sufrió severamente. Se cayeron pesados bloques de calicanto del ornamento del techo de la entrada. Cada uno de los arcos de la iglesia sufrió de rajaduras y se cayeron enormes piedras y piezas de cemento. Los dos pasillos laterales también sufrieron serios daños. Se cree que se necesitarán al menos 40 mil dolares para reparar el edificio”.

De acuerdo con los reportes, los daños en la ciudad fueron estimados en más de $250,000.

“El número de casas dañadas es innumerable y los propietarios todavía no tienen una idea completa de las pérdidas en que han incurrido”.

“Las paredes de las oficinas del Canal también están rajadas en varios lugares y el edificio requiere ser reparado”.

“La torre de la iglesia de Malambo se cayó, lo mismo que una pieza de varias yardas de largo del techo de la iglesia de Santa”.

El 9 de septiembre, dos días después de los hechos, el diario comentaba:

“La madre tierra no ha regresado a su condición quieta ordinaria. Los severos choques de la mañana del día 7 de septiembre han sido seguidos por otros de menor intensidad pero cuyos efectos no parecen sentirse sobre una área tan amplia como el primero. En la tarde del jueves varias vibraciones se experimentaron en diferentes localidades pero no se sintieron en Panamá”.

Curiosidades

Durante los días y semanas siguientes al temblor que causó tanta impresión entre los panameños, el diario The Star and Herald hizo una profusa cobertura de los acontecimientos y el impacto del movimiento telúrico en diferentes áreas del país. En conjunto, resulta un testimonio curioso y anecdótico.

“En Colón, las oficinas de la Compañía Universal del Canal Interoceánico muestran innumerables rajaduras y los empleados están removiendo los escritorios a otro edificio, junto con las demás cosas. El Hotel Internacional, uno de los mas grandes edificios de la ciudad, sufrió algunos daños, pero muy ligeros, lo que parece probar que los trabajos de ladrillo bien hechos pueden resistir los movimientos sísmicos mejor que las casas construidas de materiales más baratos”.

“De la Asamblea se dice que el techo experimentó daños y que el gobernador Borbúa actuó con notable celeridad, comenzando los trabajos de reparación poco después, de manera que los archivos y muebles no permanecieran expuestos a la lluvia y el mal tiempo”.

“El movimiento telúrico se sintió ligeramente a bordo de los barcos de la bahía, pero no se dieron allí los efectos de mareas que frecuentemente acompañan las convulsiones fuertes”.

“El terremoto destruyó la pequeña iglesia de Cruces y dañó algunas pocas casas de este poblado”.

En La Chorrera el impacto fue fuerte. “La iglesia y el cementerio son una masa de ruinas y un número de casas se ha caído”.

“Algunas de las paredes más perjudicadas están siendo derribadas pero todavía quedan algunas de pie y son una amenaza permanente para sus habitantes”.

Según uno de los corresponsales del diario, la tierra continuó moviéndose por cinco minutos, testimonio que fue aclarado por el diario: “Este testimonio debe ser incorrecto”, decía el periódico en cuyos otros reportes se decía que el movimiento había durado 60 segundos.

“En muchos casos la sobre excitación induce a la gente a creer que la tierra está temblando y cualquier ruido, tal como un carro pasando por la calle, puede ser convertido por las mentes excitables en el comienzo de una catástrofe”.

El diario cuenta cómo, como medida de precaución, en muchos hogares se adoptó la práctica de colocar botellas de vino vacías en el piso, sobre la parte delgada, de manera que al menor movimiento o vibración del edificio, estas cayeran y sirvieran de alarma para los ocupantes.

“El impacto del sismo se sintió en Donoso, Govea y Río Indo, en Miguel La Borda, a 35 millas de Colón, en dirección de Bocas del Toro, donde la marea subió a una altura inusual y se coló en algunas de las casas, construidas sobre la playa. La tierra se hundió en una docena de lugares y algunas reses cayeron por las rendijas”.

El gobernador de Colón escribió en un informe “oficial” que tras el movimiento surgieron súbitamente varias fuentes de agua hirviendo, algunas con una altura considerable. Este reporte, aunque oficial, no tuvo confirmación, explicaba The Star and Herald.

“También se han recibido cartas de los pueblos de La Villa, Chitré, Macaracas y Natá, que sostienen que sí sintieron los choques, pero que sus casas no sufrieron mayor daño debido a los materiales de construcción usualmente usados en estas áreas: bambú, adobe”.

“En La Villa, las campanas de la iglesia sonaron varias veces pero la gente de esta zona no parece haberse sentido tan alarmada como la de otras partes del istmo”.

Entre Gavilán y Punta Mala en la vecindad de esta ciudad, se abrió una rajadura en la tierra de diez metros de ancho.

Al parecer, por todo el país se corrió el rumor de que el terremoto había sido causado por una erupción volcánica en la región del Chagres, pero la Compañía del Canal envió una expedición y esta aseveración probó ser falsa.

Los agentes de la Compañía Universal del Canal Interoceánico, que había empezado los trabajos de construcción de la vía acuática en 1880, tomaron con mucha seriedad el terremoto, porque “no auguraba nada bueno bien para la estabilidad y seguridad de un canal construido en esta estrecha tierra, de solo 48 millas de ancho, que yace entre dos regiones volcánicas” .

Los franceses enviaron una expedición al interior del istmo, sobre todo para corroborar los rumores de que el terremoto se debía a una erupción volcánica en la zona del Chagres.

“Estos caballeros regresaron después de haber examinado cuidadosamente todo el país. El examen prueba que las pretendidas “hot springs” y erupciones volcánicas no son más que resultado del acomodo de la tierra en los bancos del río. Los miembros de la comisión fueron unánimes en que ninguna parte de país examinada por ellos había experimentado choques más violentos que Panamá y que la línea de Colón. Los habitantes del istmo deben estar satisfechos de que el peligro ha pasado y de que pueden contar el costo de los daños, siendo lo más lamentable la pérdida de vidas”.


Por Mónica Guardia 

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