El cargamento del "Encarnación" ( la nave de Henry Morgan hundida en Panamá) sale a la luz
Un equipo de arqueólogos ha identificado los restos naufragados de una nave de época colonial que fue descubierta hace años junto a la desembocadura del río Chagres
El río Chagres en Panamá fue explorado por Cristóbal Colón, quien le dio el nombre de río Lagartos por los cocodrilos que allí habitaban. El marino Francis Drake, caballero para unos y corsario para otros, lo surcó en 1572 para saquear Venta Cruz. El galés Henry Morgan también lo recorrió para asediar Panamá Viejo en 1671. Diez años después, en 1681, la nave española Nuestra Señora de la Encarnación se hundió, devorada por una tormenta, junto a la desembocadura del río Chagres. Esta vía de navegación fue utilizada a mediados del siglo XIX durante la fiebre del oro de California y fue crucial en la construcción del canal de Panamá.
El sueño perenne del Encarnación fue perturbado en los años noventa, cuando se presume que unos buzos aficionados se llevaron algunos de sus tesoros: hojas de espadas, monedas y puede que una caja con libros, según relataron los aldeanos, que debía de estar en evidente estado de descomposición. Entonces no se hablaba del Encarnación, sino de un naufragio de época colonial. Fue enterrado de nuevo.
Hace unos años, Fritz Hanselmann, un arqueólogo subacuático de la Universidad del Estado de Texas, se encontraba por esa zona midiendo "la importancia del río Chagres con respecto a Panamá y al advenimiento de la globalización", según explica a Historia National Geographic. En el arrecife de Lajas halló unas piezas de artillería que "se hundieron con toda probabilidad cuando Henry Morgan perdió cinco barcos en 1671".
En 2011, los arqueólogos peinaron el fondo marino en busca de las naves de Morgan. Junto a la desembocadura del río Chagres, a unos diez metros de profundidad, hallaron los restos de un naufragio. Bajo la arena se conservaba la parte inferior del casco, con la quilla y las cuadernas. Su cargamento apareció contenido en cajas por el fondo: hojas de espadas, herraduras de mulas, sellos de plomo para las mercancías, restos cerámicos, tijeras y "otros objetos tubulares no identificados", según Hanselmann, quien también menciona "un barril de madera cuyo contenido todavía desconocemos". Las características del barco y su mercancía, el lugar del naufragio y la documentación histórica recogida en Sevilla por José Espinosa son perfectamente atribuibles a la nao Encarnación, perteneciente a la flota Tierra Firme, que se perdió en la costa caribeña tras zarpar de Cartagena (Colombia) con destino a Portobelo (Panamá). La identificación del barco mercante se ha conocido hace poco, tras años de investigaciones. "José Espinosa, el historiador del proyecto, cree que en algún lugar de los archivos tiene que haber un contrato de construcción que sería la prueba definitiva para identificar el barco. En breve regresará a Sevilla", revela Hanselmann.
"Al tocar y estudiar todos estos artefactos realmente se crea una conexión física con nuestro pasado. Este sitio arqueológico es importante porque arroja luz sobre unos objetos que eran de uso diario en las colonias españolas. Nos permiten echar un vistazo a la vida colonial española de finales del siglo XVII", expresa Hanselmann, el director del proyecto arqueológico. "De paso nos ofrecen la posibilidad de comprender los sistemas y las redes de una incipiente globalización que hoy forma parte de nuestras vidas", concluye. Los arqueólogos continuarán buscando los malogrados barcos de Morgan y terminarán de investigar el Encarnación, cuyos restos pertenecen a Panamá.