19 Oct
19Oct

Perfil biográfico de Don Aquilino Tejeira. Coclé. Panamá 


En la cruel guerra civil de 1899 a 1902 viniendo de La Pintada a Penonomé, fue muerto arteramente, en infame emboscada, por guerrilleros de Victoriano Lorenzo; don Tobías Tejeira, honorable padre de familia, quien fue Capitán de la Policía en esta sección de Coclé y don Aquilino Tejeira. Ante este nombre hay que descubrirse con respeto, por sus virtudes ciudadanas que fueron su riqueza y que le hacían estimarlo en algo grado. De Cañazas, pueblecito de la Provincia de Veraguas, vino a esta ciudad, una familia que habría de constituir en Penonomé un núcleo social modesto pero apreciable y que habría de influir en el desarrollo cultural de nuestro pueblo.

La constituían, cuando llegaron a esta población, don Baltazar Tejeira, escultor de imágenes de Santos y padre del poeta Melquiades Tejeira y del hábil ingeniero arquitecto, don Víctor Manuel Tejeira, suficientes aportes para el enriquecimiento de nuestra sociedad, don Isías Tejeira, discreto ciudadano, padre de varios hijos que le honran.

Fue padre de numerosa prole: once hijos le conocimos, que hacían recordar a Jacob, el Patriarca Bíblico. Y qué familia formaron esos vástagos!. Conviene conocerles individualmente, como la mejor corona que puede ofrecérsele a aquel benemérito hijo adoptivo de Penonomé.

Doña Jacoba Tejeira de Mosquera, la popular Jacobita, madre prematura de diez hermanos huérfanos, a quienes dio educación y les puso en el camino de la vida, hábiles ya para abrirse paso. Es madre, auténtica madre, de dos damas que le honran.

Don Aquilino Tejeira Fernández. También jefe de ese hogar desde menor de edad; pero de seriedad indiscutible, que ayudó en sus faenas a su hermana mayor. Hoy, padre de respetable familia. Dedicado a las tareas del foro con juicio y buen criterio; es hoy honorable Magistrado del Tribunal Superior del Segudo Distrito Judicial de la República.

Doña Conchita Tejeira de Román, una intelectual de pluma ágil y estilo elegante. Sus mejores obras son, sin discusión, sus tres inteligentes hijas.

Don Gil Blas Tejeira, formidable autodidácta, quien por sí mismo, sin haber estado siquiera en colegios secundarios, sin ayuda de nadie, ha sabido conquistarse puesto distinguido, entre los más distinguidos que manejan aquí en Panamá la lengua y estilo de Cervantes. Buen Padre de familia y cordial patriota.

Y qué decir de la inteligente Adelina?. De grata conversación. Que donaire se gasta. Chispeante y recatada; es de ameno trato, sencilla y locuaz, sin causar fastidio ni ostentar poses autoritarias. Delicada en su persona, modesta en su mirada, a pear de sus ojos vivaces y expresivos. Sabe conversar y sabe ser respetada. Casada con don Hernando Quiróz, ha dado excelente aporte a la sociedad con sus hijos, gentiles e inteligentes.

Don Alfonso Tejeira, ingeniero agrónomo de reconocida competencia, ha desempeñado y desempeña puestos distinguidos en su interesante ramo, prestando sus luces como experto, en lugares y ocasiones de importancia. También es Jefe de hogar honorable.

Don Moisés Tejeira, maestro de enseñanza primaria, escritor, aunque de escasa producción literaria, su pluma es amena y descriptiva. También le ha dado simpáticos nietos a su ilustre padre.

Don Julio o Don Julián Tejeira, como usted quiera llamarle, es un tipo simpático, amigo de chistes. Cuando ríe, ríe de verdad, con los ojos que se llenan de lágrimas, con la boca haciendo pucheros que sabores; con el cuerpo entero como si fuera un torero sacando el lance al cornúpeto. Y cuando en las tardes de verano sale a caballo por las calles de la ciudad, luciendo sus habilidades de jinete, Napoleón se quedaría tachuela. Qué garbo se gasta. Padre feliz de sus amantes hijas y noble consorte de la intelectual dona Tilcia Conte de Tejeira, poetisa de alto vuelo a pesar de su modestia.

Don Eustorgio Tejeira. Buen padre de familia, modesto e inquieto por la educación de sus hijos. Le gusta la buena lectura y es amigo de la Tradición. Conservador y Católico a marcha martillo, no entra con muchas modernidades de hogaño. Su hogar y sus costumbres merecen respeto.

Ahora, dediquemos párrafo especial a una hija de don Aquilino--"el grande"--, la sin par Estelina Tejeira, quien heredó de su padre su nerviosismo y su anhelo constante de hacer el bien. Es una ardilla inquieta. Para ella no hay sosiego tratándose del avance cultural de Penonomé. Es la más penonomeña de todas las penonomeñas y aún más que todos los penonomeños juntos. No exageramos en decir que es la persona que ha hecho más por su pueblo.

A ella se debe la escuela de música que lleva su nombre por agradecimiento. De esa escuela ha salido uno buena, aunque pequeña banda de música que suple la necesidad de una buena filarmónica para los actos religiosas, cívicos y sociales; la reparación de la casa de la Cruz Roja en esta ciudad hasta dejarla habitable, como nueva; una campana, cien sillas y un bello cuadro del Libertador en su palomo blanco, no sabemos si de Tito Salas a Michelena, para la Escuela Simeón Conte; una carroza fúnebre para entierros y que ha sido inutilizada de forma de habérsele quitado las llantas, a ciencia y paciencia de las autoridades. ¡Qué verguenza! Varias reparaciones en el cementerio, suspendidas por orden de una autoridad, por razones que no sabemos; pero la obra cumbre de la activa Estelina, es la adquisición de la estatua de bronce del Libertador, que se yergue en el parque 8 de Diciembre de esta ciudad y la consecución de alumbrado especial para ese monumento, gloria del escultor Italiano Teneranni, obsequio generoso del gobierno y pueblo de Venezuela. Y continua impertérrita, sin arredrarse, escudriñando a ver qué falta, para obtenerlo.

A Estelina puede aplicársele la frase que se dijo de la excelsa cubana, Da. Gertrudis Gómez de Avellaneda: "Es mucho hombre esta mujer".

Como se ha visto, fuera de sus hijos también ha tenido el patriarca don Aquilino una notable emisión de nietos que le honran.

Sigamos ahora con don Aquilino. Era un tipo de hombre sencillo, modesto, amigo de hacer el bien "por el bien mismo". Que sepamos nunca tuvo colegios y sin embargo fue un médico distinguido y acertado a quien el doctor don Santos J. Aguilera respetaba y alentaba. Era nervioso; ágil en el andar, presto en sus visitas de médico, modesto en recetar, que si era prudente, también acertó siempre en conocer la enfermedad del paciente y en aplicarle el remedio oportuno. Ejercía la profesión por amor al prójimo y nunca nadie pudo quejarse de su tardanza en socorrer al enfermo que se le confiaba a su cuidado y si agradecerle su aplicación decidida a combatir la dolencia y en ejercer la caridad.

Su muerte, cuando aún no era un anciano, sino un hombre en plena virilidad y en el goce de sus facultades mentales, causó en esta ciudad verdadera consternación en rodas las capas sociales. Su entierro revistió un acontecimiento excepcional.

Fué conservador sin peros y sin miedo. En síntesis , su vida fue muy agitada. Fue Alcalde Municipal y Gobernador de la Provincia, muy respetado y querido. Fue justo, ecuánime, sencillo, sociable. Son rarísimos los hombres de quienes la sanción pública unánimemente se siente satisfecha.

De la obra "Siluetas Biográficas de Ilustres Coclesanos. Centenerio de la Provincia de Coclé sEPTIEMBRE DE 1855-1955." Agustín Jaén Arosemena. Miembro Correspondiente de la Academia de la Historia de Panamá. pp. 224-227.

Fuente: Panamahoy2012.blogspot.com

Jean Tejeira

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO