18 Jul
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Doña Cecilia Pinel de Remón, una primera dama fuera de serie

Como ninguna otra primera dama, ‘doña Ceci’ contribuyó a dar lustre a la imagen política de su esposo, el presidente José Antonio Remón.

Argentina todavía lloraba a Evita Péron, cuando uno de los diarios más importantes de Estados Unidos sugería una sustituta para el imaginario puesto de ‘la más prominente personalidad femenina de América Latina’.

La candidata nombrada por el Washington Post no era otra que ‘la vivaz e inteligente esposa del presidente electo de Panamá, José Antonio Remón’.

El diario (en su edición del 21 de septiembre de 1952, reproducido por La Estrella de Panamá el 27 de septiembre), describía a Cecilia Pinel de Remón como una mujer ‘conversadora, sonriente, afable, pero enérgica, con una determinación que brilla a través de las palabras’, y aseguraba que su personalidad era completamente opuesta a la de su marido, taciturno y con un pasado dictatorial.

Cecilia Pinel, doña Ceci, o ‘la Dama de la Bondad’, como la llamó en Panamá la prensa afecta a su marido, no tuvo tiempo de medirse en un ‘tú a tú’ con la reina de los descamisados. Su estrella ascendente perdió gran parte de su lustre en 1955, tras el asesinato de su esposo. Pero, no exenta de críticas, durante los tres años que fungió como primera dama de la República, doña Cecilia (como gustaba ser llamada) brilló en el firmamento panameño como ninguna esposa de presidente lo había hecho antes.

UN NUEVO ESTILO DE POLÍTICA

Doña Ceci salió a la arena pública a lo grande, en la campaña electoral de 1952, estrenando un estilo nuevo de hacer política, basado en el reparto de víveres, máquinas de coser y utensilios de cocina, incluidas curiosas pailas con el rostro del candidato en el fondo (pagados de las arcas de la Policía Nacional, asegura el historiador panameño Iván Ricord en su página web).

‘Donde llega doña Cecilia, se acabó el dolor del pueblo’, publicaba en aquella época uno de los diarios locales, en el cual, según Ricord, tenía Remón intereses comerciales.

Pero doña Ceci era mucho más que el reflejo de su marido y así lo reconoció la prensa internacional, no solo el Washington Post , sino también el Miami Herald (que la llamó el ‘nuevo símbolo de la mujer latinoamericana’) o el muy leído semanario Newsweek , que en marzo del año 1954 advertía: ‘es una mujer que hay que observar’. Y el semanario no se refería solamente a su 1,75 metros de estatura y a su figura deportiva, forjada por la práctica de la esgrima y natación, o a su “boca grande, su sonrisa expresiva y ojos marrones muy vivos, que se endurecen y brillan cuando se entusiasma con un proyecto’.

Como primera dama, continuaba Newsweek , ‘Cecilia maneja la Cruz Roja panameña, una sociedad de mutua ayuda, un proyecto para ayuda rural y una campaña contra la delincuencia infantil. Con frecuencia recibe a los más humildes panameños que van en busca de un consejo. Su ocupación es ayudar a su marido como debe una mujer, dice ella, pero es demasiado inteligente para no darse cuenta de lo mucho que lo está ayudando políticamente’.

ORÍGENES Y CARÁCTER

Nacida en Panamá el 27 de abril de 1916. Su padre tuvo importantes negocios, pero los perdió y murió joven, dejando a su viuda e hijas en una situación precaria.

Fue muy buena deportista y representó a Panamá en competencias internacionales como parte del equipo de natación. Precisamente fue así como conoció al entonces capitán de la Policía Nacional, José Antonio Remón, quien participaba en las competencias ecuestres.

No llegó a hacer estudios universitarios, de acuerdo con el testimonio de su prima Rosario Oller en el libro ‘Cien mujeres por la vida y la dignidad nacional’, pero siempre estuvo interesada en aprender y llegó a tener una formación autodidacta importante.

Además, era inteligente, reflexiva, organizada y hecha ‘para mandar y dirigir’.

Otros que la conocieron reconocen su carácter ‘altivo, independiente y calculador’, y aseguran que manipulaba a su esposo a conveniencia .

FEMINISMO

Antes de que se iniciara la segunda ola del feminismo, a finales de los 50, ya Cecilia Pinel había asumido por convicción propia la misión de alertar a la mujer panameña de que “no solo debe coser, cocinar, hacer trabajos domésticos y criar a sus hijos. También debe usar su inteligencia”, dijo a un periodista estadounidense en octubre de 1953, en un artículo reproducido por La Estrella de Panamá .

Este diario recogía también, en septiembre de 1953, el contenido de una ‘interesante conferencia sobre la mujer, ofrecida por doña Cecilia Pinel de Remón’, en el que se revelaba su pensamiento feminista y hacía un llamado a las mujeres a unir fuerzas para luchar por un país más ‘civilizado’.

‘Desde los remotos comienzos del mundo’, decía doña Cecilia, ‘ha persistido en el hombre la idea de la subordinación de la mujer, de su inferioridad con respecto a él… el hombre no ha visto en la mujer a la compañera que deseaba ayudarlo, sino al enemigo que intentaba sustituirlo. De allí su miedo de otorgarle las prerrogativas jurídicas a que tenía derecho’, continuaba el discurso de la panameña.

‘Pero la mujer se ha mirado a sí misma y descubrió la potencialidad que en ella hay. Y resolviéndose airada, sacó al exterior toda su fuerza y energía’, escribió la entonces primera dama.

En referencia a los derechos jurídicos otorgados a la mujer, señalaba crítica: ‘pero, ¿cuántas de nosotras hemos leído la Constitución para conocer nuestros derechos? ¿Cuántas de nosotras podemos decir cuáles son las leyes que protegen a la niñez?’.

LOS DOS INCIDENTES

Si bien doña Cecilia logró establecer un trabajo social importante, hubo dos eventos de su vida pública que marcaron su periodo como primera dama.
El primero de ellos ocurrió en 1953, en el aeropuerto de Puerto Rico, adonde había sido invitada por el gobernador Luis Muñoz Marín y su esposa, Inés Mendoza.

Según se deduce de los reportes periodísticos de la época, la primera dama intentaba entrar al aeropuerto, cuando fue detenida por Paul Grob, un funcionario de inmigración estadounidense.

‘Ella es la primera dama de Panamá‘, protestó el gobernador Muñoz Marín, allí presente, sin poder evitar que el funcionario la retuviera por unos minutos, supuestamente por no tener consigo el pasaporte.

La noticia causó revuelo. En Panamá, la Asamblea emitió una declaración condenatoria. La posición del gobierno puertorriqueño fue todavía más enérgica: bajo el convencimiento de que el funcionario Grob había hecho ‘una afrenta a la dignidad del pueblo puertorriqueño’, emitió una protesta al comisionado federal de inmigración, Argyle R. Mackey.

Aunque el incidente nunca se esclareció públicamente, en Panamá se rumoraba que la detención de la primera dama se debía a que portaba ‘sustancias prohibidas’ y que el problema se solucionó a través de las arreglos especiales con altos mandos del Ejecutivo estadounidense.

Verdadero o falso, el incidente contribuyó a opacar la imagen y recuerdo de doña Cecilia, hasta hacer olvidar sus momentos de mayor esplendor, en el marco interamericano de la X Conferencia Interamericana en Caracas, en 1954.

‘HEROÍNA NACIONAL’

Enviada como representante de Panamá a Caracas, Venezuela, en el mes de marzo de 1954, a doña Cecilia le correspondió, en calidad de presidenta de la Comisión Social, ofrecer la posición de este respecto a una resolución anticomunista propuesta por Estados Unidos.

La primera dama panameña sorprendió a todos proclamando que era la misma potencia norteamericana la que ejercía, a través de sus políticas hacia el continente, una ‘fértil base para el emponzoñamiento de la propaganda roja’.

Como prueba, mencionó la política de discriminación racial que se mantenía en la Zona del Canal de Panamá, una ‘lamentable realidad’.

Con mucha vehemencia debió hablar doña Ceci cuando los delegados presentes se pusieron de pie para ovacionarla largamente.

La misma delegada de Estados Unidos, la señora Floyd Lee admitió que la actuación de la señora Remón había sido ‘un gran honor para la mujer’.
El 23 de marzo, La Estrella de Panamá reportaba que el presidente José Antonio Remón, había recibido un cable de la Comisión Social de la X Conferencia Interamericana ‘haciéndole llegar a vuestra excelencia y al pueblo panameño su gratitud y admiración a su distinguida esposa, doña Cecilia de Remón, que ha ganado para su país y persona un afectuoso concepto por su contribución a los ideales de mejoramiento social de los pueblos americanos’.

ULTIMOS AÑOS

En los libros de historia, doña Cecilia Pinel de Remón aparece, no solo como esposa de Remón, sino también como la segunda mujer ministro que tuvo Panamá y una de las primeras de América Latina, al ser nombrada por el presidente Ernesto de la Guardia en el Ministerio de Trabajo, Previsión Social y Salud Pública.

También figura como una de las primeras mujeres diputadas de la Asamblea Nacional, puesto para el que fue electa en las elecciones de 1956.

Los últimos años de su vida, Cecilia Pinel se dedicó a sus negocios privados. Al morir dejó un importante patrimonio en bienes raíces y barcos.

Falleció repentinamente a los 50 años, ya casada nuevamente con el abogado Henry Newell.

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