11 Jun
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9 de junio 1508 en España, el rey Fernando el Católico otorga a Diego de Nicuesa los derechos de "descubridores" sobre Veragua (desde el golfo de Urabá hasta las costas de Panamá), así como el cargo de gobernador.

Diego de Nicuesa
Diego de Nicuesa (Torredonjimeno, Reino de Jaén de la Corona castellana, ca. 1478 – mar Caribe de la gobernación de Veragua, Corona de Castilla, marzo de 1511) fue un explorador y conquistador castellano que ocupara el cargo efectivo como primer gobernador de Veragua en Tierra Firme desde 1510 hasta 1511, y que a su vez formaría parte como una entidad autónoma dentro del Virreinato colombino.

En el extremo oriental de su territorio, Vasco Núñez de Balboa fundó ilegalmente a finales de 1510 la nueva ciudad de Santa María la Antigua del Darién, al trasladar el efímero fuerte de San Sebastián de Urabá que había sido construido el 20 de enero del mismo año y ubicado en la jurisdicción de la vecina gobernación de Nueva Andalucía, adjudicada a Alonso de Ojeda. De esta forma Balboa se proclamó de forma fáctica como alcalde mayor del Darién y reconocido por la Corona el 23 de diciembre de 1511 como primer gobernador y capitán general de la provincia del Darién que llegaba hasta el istmo, incluyendo la ciudad de Nombre de Dios.

Posteriormente el conjunto de estos territorios fueron causa de un largo pleito de la familia Colón con la Corona castellana. Finalmente en su territorio oriental se erigiría en el año 1514 la nueva gobernación de Castilla del Oro, siendo su capital Santa María la Antigua, aunque dicho pleito continuaría durante la ya conformada Corona de España.

Biografía
De Diego de Nicuesa se estima que nació hacia 1478 en la localidad de Torredonjimeno del Reino de Jaén que formaba parte de la Corona castellana. Era miembro de una familia hidalga e influyente, y tenía un hermano llamado Alonso de Nicuesa.

El 9 de junio de 1508 en la capitulación de Burgos convocada por el entonces regente Fernando el Católico, Nicuesa fue nombrado gobernador de Veragua —territorio que se extendía por el litoral caribeño de las actuales repúblicas de Nicaragua y Costa Rica y parte de la actual costa panameña— al que se atribuía gran riqueza aurífera.

Llegó para tomar posesión de su gobernación en 1510 y efectuó un recorrido por la costa, pero su expedición fue muy desdichada, incluso durante un tiempo estuvo abandonado con un pequeño grupo de hombres en la isla Cayo Agua, ubicada en la entrada de la entonces bahía de Zorobaró (la actual laguna de Chiriquí).

El gobernador Diego Nicuesa fundó en el mismo año la ciudad de Nombre de Dios en la costa caribeña del istmo centroamericano.

En 1511 dirigió una embajada en calidad de gobernador de Tierra Firme con el objetivo de pedir cuentas a Vasco Núñez de Balboa, gobernador fáctico del Darién, que se había rebelado y había conseguido el poder en uno de los territorios del continente.

Núñez de Balboa animó a los colonos que desencadenaran un tumulto e impidieran al gobernador desembarcar en la ciudad. Nicuesa insistió en ser recibido aún cuando fuese en calidad de simple soldado, sin embargo los colonos se mantuvieron firmes en su decisión, por lo que fue obligado a embarcarse en una nave que estaba en malas condiciones físicas y con muy pocas provisiones el 1º de marzo de 1511.

Junto al gobernador embarcaron unas 17 personas más, por lo cual estuvo obligado a retornar a Nombre de Dios y en el mes de marzo del citado año pero en el trayecto la nave fue sorprendida por una tormenta, y se hundió, así que Diego de Nicuesa se ahogó en un naufragio en el mar Caribe, sin encontrarse jamás sus restos ni los de su tripulación.

En cuanto a Vasco Nuñez de Balboa fue reconocido por la Corona de Castilla, el 23 de diciembre del mismo año, como primer Gobernador y Capitán General de la Provincia del Darién

Tras el encuentro entre Ojeda y Nicuesa en Tabarco y la batalla con los indí­genas éste partió hacia su gobernación de Veragua a buscar un buen puerto donde crear su primer asentamiento.

Diego de Nicuesa recorrió el litoral panameño pasando por el cabo de Tiburón y la punta de Carreto pero la innacesibilidad de la selva no les permití­a encontrar un lugar donde poblar. Una terrible tormenta lo lanzó hacia el norte, separándole del resto de la expedición comandada por Lope de Olano, por lo que puso rumbo de nuevo hacia el sur para buscar a sus compañeros. Llegaron a un rí­o que les pareció seguro y caudaloso y entraron en su ensenada para explorarla. Pero al rato se llevaron una desagradable sorpresa. El generoso caudal era provocado por las últimas lluvias y súbitamente el nivel del agua empezó a descender por lo que la carabela encayó y se rompió en dos pedazos. Consiguieron salvar la lancha y poco más.

Una vez el mar se calmó tras la terrible tempestad unos cuantos salieron en la lancha salvada en busca de sus compañeros de expedición. Viendo la fuerza de la tormenta eran bastante pesimistas con respecto a la superviviencia del resto de la expedición. Muy probablemente habrí­an perecido en la tormenta que les habí­a separado. Tras varios dí­as de navegación infructuosa recalaron en un pequeño islote en donde decidieron tomarse un descanso. Pero una noche, al despertar, se dieron cuenta de que cuatro de los marineros y la lancha habí­an desaparecido. Les habí­an dejado tirados en un islote apartado sin posibilidad de salir.

Pasó mucho tiempo en el que sufrieron hambre y sed en aquellas hinóspitas tierras hasta que un dí­a vieron un pequeño velero que se acercaba y resultaron ser los cuatro marineros que se habí­an marchado con la lancha. Según les dijeron encontraron al resto de la expedición en la desembocadura del rí­o Belén, con la nave carcomida por la broma y destrozada por las tormentas. Por este motivo Lope de Olano no habí­a salido en su búsqueda y además prácticamente dieron por perdida la carabela de Nicuesa por las tempestades y tormentas que se sucedieron.

Las excusas de Olano no le sirvieron a Nicuesa que según llegó a Belén ordenó su detención por traición y le condenó a muerte pero finalmente revocó dicha pena dejando que fuese juzgado en España.
El lugar donde se encontraban era terrible, no habí­a alimentos y los nativos los acechaban, cada vez que enviaban alguna expedición al interior en busca de alimentos eran atacados. Nicuesa decidió buscar un lugar más propicio y marchó hacia la bahí­a de Portobello en donde un comité de bienvenida indí­gena les recibió con flechas y lanzas por lo que tuvieron que huir rápidamente de esta hermosa bahí­a. Continuaron costeando el litoral hasta llegar al puerto de Bastimentos en donde encontraron un práctico puerto protegido por monte y montañas. Era el sitio ideal y Nicuesa fundó allí­ la población de Nombre de Dios. La primera fundada por los españoles en Tierra Firme que haya llegado hasta nuestros dí­as.

Nombre de Dios - Panamá

Tras varias semanas de trabajos en el nuevo poblado llegó Rodrigo de Colmenares, viejo amigo de Nicuesa, con numerosas provisiones y pertrechos y también noticias frescas de las desgracias de Ojeda y la fundación por Enciso y Balboa de Santa Marí­a de la Antigua del Darién. En dicha población algunos colonos no estaban contentos con el gobernador Enciso y buscaron algún resquicio legal para derrocarlo. Investigaron y encontraron la fórmula, pero ésta les obligaba a entregar la gobernación a Nicuesa. En su estratagema argumentaron que la Antigua del Darién estaba en territorio perteneciente a la gobernación de Nicuesa y por ello las decisiones de Ojeda no tení­an validez, incluido el cargo de Alcalde Mayor de Enciso y sus órdenes.

Por ello fueron enviados dos colonos, Diego de Albitres y Diego del Corral, a negociar con Nicuesa la entrega de la población. Se entrevistaron con el gobernador y le comentaron las injusticias y desórdenes que Enciso estaba provocando a lo que Nicuesa reaccionó prometiendo un reordenamiento total y una nueva reorganización de los repartimientos y encomiendas que se habí­an realizado ya. Evidentemente estas manifestaciones alarmaron a los colonos porque les perjudicaba claramente. Viendo que se habí­an equivocado volvieron rápidamente al poblado para alarmar a sus vecinos y evitar que Nicuesa pudiese desembarcar e imponer sus ideas.

Llegado Nicuesa al puerto de Santa Marí­a de la Antigua del Darién los colonos provocaron un gran tumulto evitando que el gobernador pudiese desembarcar ni tan siquiera para reponer abastecimientos. Al final consiguió hacerlo pero por la fuerza y fuera de la población. Fue atacado por los colonos y tuvo que huir sin posibilidad de reparar su maltrecho barco y cargar provisiones para el viaje de vuelta a Nombre de Dios. Esta serí­a la última vez que se vio con vida a Diego de Nicuesa, su rastro desapareció en el mar y nada más se supo de él.

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