17 Oct
17Oct

Darién, época precolombiana...

El famoso Francisco Pizarro estaba a cargo de un pequeño asentamiento, San Sebastián, que sufría penurias por la hostilidad indígena y estaba a punto se ser abandonado cuando llegaron Enciso y Balboa, éste propuso cambiar el asentamiento a la orilla occidental del Golfo de Urabá, donde las tierras eran mejores y los indios no usaban veneno en la punta de sus proyectiles.

La iniciativa fue aceptada, los territorios elegidos fueron los dominios del cacique Cemaco, en la margen izquierda del río Tanela, a 3 km de su desembocadura en el Atrato (hoy Tanela, un corregimiento del municipio de Unguía, en el departamento colombiano del Chocó). Los nativos ofrecieron dura resistencia a los intrusos, tras llevar a resguardo a sus familias, quinientos guerreros presentaron batalla. Los españoles se encomendaron a la Virgen María, soltaron la jauría entrenada para asesinar y tras un brutal ataque a los indígenas lograron derrotarlos.

Desalojados los nativos, se establecieron en la aldea aprovechando la infraestructura -bohíos y tierras de labranza- existente. Entre las sencillas viviendas encontraron alimentos y objetos de oro. Hallaron una urna con un ídolo de oro macizo adornado con más oro, dicen que con esa pieza se podía repetir cinco veces del la expedición de Enciso. Se llamó a los pobladores que permanecían en San Sebastián y en diciembre de 1510 procedieron al fundación de un pueblo de españoles, el nombre fue dedicado a Santa María de la Antigua, la virgen sevillana. Surgía un problema de jurisdicción, el control de ese territorio correspondía a Diego de Nicuesa.

Pese las condiciones extremas que tienen que enfrentar los expedicionarios - los alimentos se cotizaban a precio oro- la ciudad prosperaba. Balboa fue elegido como primer Alcalde, sus amigos ocupaban los demás cargos de importancia: Martín Zamudio (segundo alcalde), Bartolomé Hurtado (alguacil mayor) y Juan de Valdivia (regidor), era la fracción política dominante. La oposición estaba encabezada por Enciso.

Enseguida llega Rodrigo de Colmenares, traía provisiones para Nicuesa, su capitán. Al notar las diferencias políticas existentes, propuso buscar a Nicuesa para que asumiera el mando de Santa María, como le correspondía por encontrarse en su jurisdicción, nadie se opuso.

Después de tantos infortunios y desdichas, la noticia trastornó el buen juicio de Nicuesa, prometió represalias para Balboa y Enciso y decidió que quitaría a los colonos sus repartimientos y encomiendas, para hacer nuevos repartos según lo que él considerara. Los pobladores de Nuestra Señora la Antigua se enteraron de sus propósitos y decidieron impedir su desembarco. Cuando se acercaba a la población y se preparaba a desembarcar, lo detuvo una tropa armada, y se le comunicó que se le prohibía el desembarco y se le ordenaba alejarse en el acto de aquellas playas dejando en ellas a los que quisiesen quedarse. Era el 1º de marzo de 1511 cuando le obligaron a embarcarse con diez y siete hombres que se ofrecieron a acompañarle, en un barco destartalado y con alimentos para dos días, nunca más se supo de él.

En 1512 continuaban las disputas políticas. Colmenares, convertido a las huestes de Balboa, propuso acusar a Enciso de usurpación de poderes, el Alcalde la aceptó, lo procesó y le permitió volver a España. Sabiendo que hablaría en su contra en la Casa de Contratación, envió a Zamudio, para que dado el caso lo defendiera. También despachó otro bergantín hacia la Española, con oro para Diego Colón y para Miguel Pasamonte, tesorero real, con el objeto de ganar su simpatía.

Gracias a sus alianzas locales, Balboa logra encontrar el camino hacia el Mar de Sur a través del istmo de Panamá. El espectacular hallazgo (25 de septiembre de 1513) motivó un cambio radical en la consideración de la corona. Fernando el Católico había preparado la expedición de conquista mas numerosa e importante de todas las que se habían hecho hasta entonces, estaba a cargo de Pedro Arias de Ávila -Pedrarias-, a quien nombró "Gobernador y Capitán General de Castilla del Oro" y ordenaba someter a Vasco Núñez de Balboa a juicio de residencia por una multitud de cargos en su contra.

Conocido el “descubrimiento”, el 23 de septiembre de 1514, por dos reales cédulas se nombró a Núñez de Balboa Adelantado de la costa del Sur y Gobernador de las Provincias de Panamá y Coiba. Simultáneamente el rey le expresó a Balboa su regocijo ante tan trascendental “descubrimiento”, alabando su conducta para con los indígenas, al tiempo que le comunicó que al recibo de sus cartas ya se había nombrado a Pedrarias como Gobernador y Capitán General de Castilla del Oro, al que debía subordinarse y, más aún, ayudarlo y aconsejarlo “en todas las cosas en las que él viese que podían interesar al real servicio”. A la vez, el rey le escribió a Pedrarias recomendándole tratar “muy bien” a Balboa, dada su “mucha experiencia en las cosas de aquella tierra”, lo cual se haría extensivo a los compañeros del “descubridor” del Mar del Sur. Para evitar fricciones entre los dos Gobernadores el monarca encargó al Tesorero Alonso de la Puente, a la sazón en Santa María la Antigua del Darién, que sirviese de mediador.

Cuando Pedrarias arribó a Santa María el poblado estaba habitado por unos 500 españoles con unos 1500 indios como esclavos. Según Gonzalo Fernández de Oviedo se trataba de una “muy gentil población y con un hermoso rio que pasa pegado a las casas de la ciudad, de muy buena agua y de muy buenos pescados”.

Las relaciones entre Balboa y Pedrarias no eran muy buenas, mejoraron un poco al pactarse el casamiento de Balboa con una de las hijas de Pedrarias, que estaba en España. Se hicieron preparativos para proseguir las exploraciones por el Mar del Sur, y se reprobló Acla, ciudad que había sido abandonada ante los ataques indígenas, quedando en ella Pedrarias mientras Balboa en la costa pacífica se ocupaba en la construcción de unos barcos para emprender el viaje hacía el Sur. Quevedo, obispo de Castilla de Oro, amigo de Balboa, debió partir a España, Pedrarias temeroso que la apelación del obispo en defensa de su amigo les fuera perjudicial, convocó a Balboa a la villa de Acla, le acusó de conspiración contra la corona, y condenó a la pena de muerte. La sentencia se ejecutó el 15 de enero de 1519.

Santa María la Antigua del Darién fue la capital del territorio de Castilla de Oro hasta que Pedrarias dispuso el traslado de personas, ganado y municiones a Panamá, ciudad que fundara el 15 de agosto de 1519. La Antigua sobrevivió cuatro años más con Gonzalo Fernández de Oviedo como Alcalde, la constante hostilidad indígena hizo que progresivamente se mudaran a Panamá, hasta quedar abandonada. En 1524 la ciudad fue asaltada y quemada por los nativos.

La selva la cubrió por completo, y durante siglos nadie fue capaz de ubicar sus restos. Hacia 1950 Graciliano Arcila Vélez (antropólogo colombiano, 1912 - 2003) identificó el sitio y las ruinas de la iglesia. En 1957 se realizaron trabajos de campo en una expedición financiada por el rey Leopoldo III de Bélgica y dirigida por Gerardo Reichel Dolmatoff.

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