Consecuencias económicas post invasión
El elevado número de edificaciones afectadas por la invasión demuestra que las tropas norteamericanas no hicieron el menor intento por limitarse a blancos militares.
Pérdidas materiales
El alto número de personas que perdieron sus hogares es una evidencia de la acción destructora de la invasión norteamericana sobre la población civil.
De acuerdo a testigos presenciales, el combate más duro se produjo en la zona residencial de El Chorrillo, comprendida entre las calles 25, 26 y 27, en las que habitaban más de 30,000 personas en un área que no excede de 20 hectáreas.
En encuestas realizadas a refugiados en la Escuela Secundaria de Balboa, a donde fueron llevados inicialmente los afectados, se contabilizaron 18,000 personas agrupadas en 2,800 familias que perdieron sus hogares en El Chorrillo. Allí fueron destruidos también 123 comercios de diversa índole.
A las familias refugiadas de El Chorrillo, hay que agregar otras 48 familias que perdieron sus hogares en la ciudad de Colón y un número no precisado de casas que fueron afectadas por los combates en San Miguelito.
El elevado número de hogares y edificaciones afectadas por la invasión demuestra que las tropas norteamericanas no hicieron el menor intento por limitarse a blancos militares, evitando daños a las vidas y bienes de la población civil panameña.
Daños económicos
Dentro de las pérdidas, hay que considerar los daños directos causados por el enfrentamiento militar, sobre todo en las instalaciones públicas, los daños directos causados a propiedades privadas y el saqueo.
Como una muestra de las millonarias pérdidas sufridas por entidades del Estado, la Dirección de Correos y Telégrafos del Ministerio de Gobierno y Justicia estimó daños en 386,000 balboas. En el plano fiscal el Estado dejó de percibir por lo menos 4 millones de dólares debido a la invasión.
En el sector privado, en un primer momento se estimó las pérdidas en 1,500 millones de dólares, posteriormente el Centro de Estudios Económicos de la Cámara de Comercio de Panamá (CEECAM) ha dado cifras más pequeñas pero confiables. Según datos del CEECAM, a través de una encuesta aplicada a 1,147 empresas comerciales e industriales, se calculó que durante la invasión se perdieron el 90% de los inventarios y un 10% de los activos fijos.
Los comercios mayormente afectados por el saqueo fueron los localizados en las ciudades de Panamá y Colón. Los daños económicos a las empresas comerciales e industriales de ambos lugares fueron estimados por CEECAM en 432.1 millones de dólares. De los cuales 334.8 millones corresponden a mercancías perdidas; 67.2 millones a instalaciones físicas perdidas; 8.7 millones a materias primas y 21.4 millones se estiman en la categoría no especificada de otros.
En cuanto a rubros específicos, los datos de CEECAM señalan que se perdieron 58.7 millones de dólares en alimentos; 44 millones en el área de transporte; 11.9 millones de dólares en medicinas y productos químicos y 14.9 millones se perdieron en el área de la construcción. Tan sólo en la ciudad de Colón se contabilizan pérdidas por un monto de 68 millones de dólares.
La invasión produjo además, la pérdida directa de 15 mil empleos, los que se deben agregar a los 60 mil empleos perdidos en 1988 con las sanciones económicas. Esta situación elevó el índice de desempleo en el país a más del 30 por ciento de la población económicamente activa, lo que agravó las condiciones de miseria socioeconómica de cientos de miles de panameños.