Bartolomé De las Casas, defensor de los indígenas pero partícipe en la esclavitud africana
Bartolomé de las Casas es símbolo debdenuncia y protección. Es así como uno de sus discursos más celebres dibujan el carácter de este fraile dominico: "No y mil veces no, ¡paz en todas partes y para todos los hombres, paz sin diferencia de raza!".
Este religioso español, siempre en pro de los derechos de los indígenas en los inicios de la colonización de América, nació un 24 de agosto hace más de dos siglos.
Su fecha de nacimiento se discute entre 1474 y 1484, aunque su lugar de origen no deja lugar a dudas: Sevilla, una de las ciudades más prolíficas de la España del siglo XV.
Fue un hombre muy adelantado a su tiempo, que prácticamente tuvo una formación autodidacta basada en la Teología, la Filosofía y el Derecho. Una combinación de estas tres materias podría ser la causante de su sentimiento perenne asociado a su persona: el de abogar por la igualdad de los pueblos.
También se desenvolvía en Latín y Filología, algo que le benefició en el estudio de las tribus indias. Todo comenzó cuando su padre se enroló en el viaje hacia el nuevo territorio atribuido a Cristóbal Colón por su descubrimiento.
A su vuelta a España, su progenitor trajo consigo cientos de esclavos indios, designando uno de ellos a su hijo para ser su siervo. Muy lejos de este fin, De las Casas estudió a dicho individuo para entender las semejanzas entre su cultura y la ajena.
Al terminar sus estudios, viajó a las Indias partiendo desde el Puerto de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, en 1502.
Allí conoció el territorio al que volvería unos años más tarde, después de haber recibido las órdenes menores al sacerdocio en su ciudad natal y ordenarse como presbítero en Roma.
En su segundo viaje, De las Casas asentó sus aportaciones a favor de los derechos de los indios, con el apoyo de otros frailes como fray Antonio se Montesinos o fray Pedro de Córdoba. La extensión de las ideas a favor de los aborígenes no fue bien acogida por los encomenderos y religiosos, quienes se quejaron al rey español Fernando el Católico para que les expulsara de la isla sometida.
El monarca, reuniendo las opiniones de ambos bandos, constituyó las 'Leyes de las Indias' --considerada la primera legislación de los Derechos Humanos de la historia-- para la defensa de los nativos aunque dicho decreto nunca fue respetado en el 'Nuevo Mundo' por sus detractores.
EXPANSIÓN DEL CRISTIANISMO
En la exploración territorial caribeña del hijo de Colón, Diego Colón, visitó la isla de Cuba, donde quiso extender el Cristianismo a través de una cruenta imposición que terminó con la vida de los indígenas rebeldes. Sin embargo, De las Casas propuso un método de parlamentación y enseñanza de dicha religión mucho más accesible que hizo que los nativos perdieran el miedo a sus invasores españoles.
De esta forma, la vida del predicador está íntimamente asociada a la insistencia en la evangelización de los nativos como única justificación de la presencia española en América. Para expandirla, propuso cambios a la ley de Fernando el Católico y propuso la supresión de la encomienda como forma de premiar a los colonos.
Sin embargo, el cambio más importante fue un nuevo replanteamiento de la colonización: la creación de comunidades mixtas de indígenas y españoles en favor de una economía colonial agrícola y minera junto con la importación de esclavos negros africanos para reforzar la productividad.
A pesar de que consiguió llevar a cabo este plan de 'Tierra Firme', fue un fracaso absoluto. Así, decidió ingresar en la orden dominicana en 1523, ya que abogaba por la defensa de los indios desde el inicio de la conquista. Esto quedó patente unos años más tarde cuando se adoptaron las 'Leyes Nuevas' en la década de los años 40.
En éstas, los indios eran considerados hombres libres, prohibiendo su sometimiento a la esclavitud, además de que se condenaba la creación de nuevas encomiendas. En ese mismo período, fue nombrado obispo de Chiapas, en México, pero se trasladó a España sin billete de vuelta al continente sudamericano.
A partir de 1531 comenzó a predicar en Puerto de Plata contra los colonos españoles, los cuales consiguieron que sus superiores lo trasladaran a Santo Domingo. En esta capital, en 1533, consiguió la rendición del cacique Enriquillo, sublevado desde 1519. A finales de 1534, fray Bartolomé y otros tres dominicos emprendieron un viaje al Perú para trabajar en defensa de los indios y fortalecer también las actividades de su orden. Una serie de dificultades impidió a Las Casas llegar a su destino. En lugar de ello, estuvo en Panamá, Nicaragua y México (1536). De allí pasó a Guatemala, en donde residió poco menos de dos años. En ese lugar escribió otra de sus obras más importantes, la intitulada De unico vocationis modo, conocida en español como Del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión. En ese largo tratado la tesis central era que la única forma de promover la conversión de cualquier ser humano no era otra que la vía de la persuasión y jamás valiéndose de las armas o de cualquier otra manera de violencia. Proceder así sería actuación "temeraria, injusta, inicua y tiránica". En paralelo con lo que escribía, acometió entonces el proyecto de penetración pacífica en la región de Tezulutlán, considerada hasta entonces como tierra de guerra en Guatemala. La entrada en la que se llamaría la Vera Paz, implicaba la prohibición de que ningunos otros españoles podrían pasar a ella en tanto que allí se efectuaba la conversión de los indígenas en términos del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión, por medio del diálogo y la persuasión.
Así, al inicio de la década siguiente, en 1551, y hasta la fecha de su muerte en 1566, el obispo fue nombrado 'Procurador de los indios'. Con este título, De las Casas tenía la misión de trasladar las irregularidades de la población indígena en las colonias españolas de América desde la metrópoli.
Fue también por estas fechas cuando protagonizó un intenso enfrentamiento con Juan Ginés de Sepúlveda en la llamada 'Controversia de Valladolid', en la que se habló de la legitimidad de la conquista española en los territorios de América.
Sin embargo, la figura del defensor no tenía especial relevancia para la Corona española, por lo que criticó al sistema en una serie de escritos como 'Brevísima relación de la destrucción de las Indias', dirigida al futuro rey Felipe II, donde denunciaba los abusos de los colonos españoles.
Los últimos días del fray Bartolomé De Las Casas transcurrieron en Madrid, la futura capital de la monarquía española, donde murió en el Convento de Atocha, habiendo pasado antes por el de San Pedro Mártir.
Indudablemente, las líneas de pensamiento de este procurador universal de todos los indios constituye uno de los fundamentos originarios del derecho internacional moderno. Así, su contribución puede verse reflejada en el escrito que le dedicó al mandatario apodado 'el Prudente'.
En sus hojas puede leerse el conjunto de atrocidades a la que fueron sometidos los indígenas de las Américas por los conquistadores españoles. Sin embargo, es paradójico que en defensa de una parte poblacional del mundo utilizara a otra gran sociedad como son los negros africanos. De hecho, durante su estancia en Cuba y a petición de vecinos españoles, De las Casas solicitó a Carlos V el permiso para la importación de hombres negros esclavos a la isla.
Por ello, se cuestionó su defensa por los más vulnerablesdurante esos años. Así, en respuesta a dichas acusaciones o en un cambio de postura, el religioso escribió la 'Brevísima relación de la destrucción de África' (que anticipó su trabajo al famoso libro de las Indias) contra el maltrato de estos individuos a manos de los castellanos y los portugueses.