Atalaya listo para recibir los peregrinos de Jesús Nazareno
Todos los años miles de peregrinos se dan cita en la procesión más grande de Panamá, la “Fiesta en Honor a Jesús Nazareno” en Atalaya (provincia de Veraguas).
Cada Primer Domingo de Cuaresma recibe miles de visitantes abarrotando la Basílica Menor de Atalaya para agradecer a Jesús Nazareno los milagros concedidos; desde ayudas económicas hasta enfermedades altamente mortiferas, afirman los seguidores, que ha curado. La mayoría lo hace caminando largas distancias para pagar los milagros o hacer peticiones al cristo.
Imagen del cristo
Jesús Nazareno de Atalaya, popularmente conocido como El Nazareno, es una imagen que se encuentra en la pintoresca comunidad de Atalaya en la provincia de Veraguas. Más de 200 mil peregrinos de todos los lugares se dan cita a visitar a la imagen desde el miércoles de ceniza hasta el domingo de ramos, cuando finaliza la procesión más grande de Panamá. La mayoría lo hace caminando largas distancias para pagar los milagros o hacer peticiones al cristo.
Historia
Aunque no hay una fecha exacta sobre el inicio de la devoción al Cristo de Atalaya, se sabe que ya en 1730 el poblado era visitado por peregrinos de la Villa de Los Santos, Montijo, Las Palmas, La Mesa, Santiago y San Francisco. En aquella época, la imagen del Cristo se veneraba en un pequeño bohío o capilla construida con madera y pencas.
Fue así, según registran los documentos, que ese lugar de la provincia de Veraguas se convirtió, desde finales del siglo XVII por obra y gracia del Nazareno, en un verdadero centro de religiosidad y refugio de paz para los católicos de Panamá.
La leyenda – 3 versiones
Corrían tiempos coloniales, cuando una tormenta obligó a un barco que se dirigía a Cartagena de Indias a encontrar refugio en la bella bahía de Portobelo. Tras el mal tiempo, el capitán decidió seguir rumbo a su destino pero cada intento resultaba infructuoso porque se desataba el mar. A pesar de ello, el barco zarpó en el quinto intento, pero las olas crecieron y la tripulación, temiendo por sus vidas, decidió tirar por la borda parte del cargamento entre el que había un gran baúl que iba en la bodega. Al poco tiempo el temporal amainó, y siguieron rumbo a su destino.
El baúl flotó hasta que fue encontrado, según la leyenda, por el indio Kichimbanchi que al llegar a tierra forzó la cerradura encontrando la imagen del Cristo. Ante tal hallazgo, decidió llevarla al pueblo y entregarla a la Iglesia.
Otra leyenda narra que la iglesia de Taboga ordenó una imagen de Jesús Nazareno a un proveedor en España. Al mismo tiempo, la iglesia de Portobelo pidió al mismo artesano una imagen de San Pedro. Al llegar el barco a Portobelo, la imagen de Jesús Nazareno se quedó en el pueblo y la de San Pedro marchó para la isla del Pacífico. Todos los intentos por subsanar el error fueron infructuosos, ya que algo impedía al Cristo abandonar el pueblo. Un hecho que provocó en los portobeleños una gran devoción. Lo que sí se sabe es que corría el año 1658 cuando el 21 de octubre el Cristo Negro llegó al pueblo.
Aunque hay otras fuentes que basan esta fecha en que, ese día, se sacó al Cristo de procesión para pedir el fin de una epidemia de viruela que cesó a la mañana siguiente. Independientemente de cuál versión es la más ajustada a la historia de su llegada, lo cierto es que hoy es parte del pueblo de Portobelo y de la cultura panameña ya que gran cantidad de la población lo venera.
Cada año, miles de peregrinos se dirigen hasta esta pequeña localidad costera para pedirle algún favor al Cristo Negro o por simple devoción a este Cristo que fue fabricado en Europa. En esa época las imágenes constaban de cara, dos manos y un pie, si no, no era una talla de cuerpo entero. Tanto en Europa como en Centro y Suramérica, los santos e imaginería de esos años son de este tipo, si no son tallas enteras con el torso desnudo.
Desde su llegada hace màs de 350 años, el Cristo Negro de Portobelo ha sido un referente y congrega a su alrededor a gran número de devotos que se reúnen cada vez que abandona la urna donde está ubicado en la iglesia para recorrer este poblado, considerado uno de los más pintorescos de la provincia de Colón.
El Cristo Negro de Portobelo ha traspasado las fronteras de Panamá. Muchos cantantes de fama internacional fueron o son grandes devotos, como Ismael Rivera, Celia Cruz (q.e.p.d.), Pete El Conde, Cheo Feliciano, Gilberto Santa Rosa, entre otros. Todos ellos han mostrado su devoción a este Cristo llegado del mar.
Muchos afirman que este posee rasgos europeos, ya que según la tradición fue tallado en Europa. En aquella época, como no había barniz, se usaba la clara de huevo para dar brillo a los cuadros y a las imágenes. Una práctica que con el paso de los años –y el uso desmedido de la clara de huevo– ha provocado que cientos de obras de arte hayan perdido su color y se hayan ennegrecido.
Con independencia de este hecho, el Cristo Negro es de los portobeleños y de los panameños. También es de los miles de devotos que se desperdigan por el mundo y llevan en sus carteras la imagen que ha ayudado a mucha gente que, con sus peregrinaciones, le agradecen su apoyo.
Peregrinación
Son miles de milagros los que afirman seguidores del cristo que ha realizado ya que la mayoría de las personas están pagando mandas al cristo de milagros que ha concedido desde ayudas económicas, hasta enfermedades altamente mortiferas afirman los seguidores que ha curado.
La imagen
En la Revista Atalaya, Tierra de Peregrinos, Juan Manuel Guevara indica que la imagen que se conserva de Jesús Nazareno en Atalaya, en un bohío, data de 1730, cuando ya existía la ferviente devoción de ese pueblo y de otros del interior. Un documento firmado en 1752 por el mayordomo José Núñez de Arco, cita las peregrinaciones que a Jesús Nazareno hicieron en ese año los pueblos de Montijo, Las Palmas, la ciudad de Ducal de Veraguas, la Villa de Los Santos, Las Tablas, entre otros.
Sobre la base del libro de monseñor Pedro Mega y testimonios recogidos por el sacerdote Juan José Cánovas en 1912, se relata una de las probables teorías sobre la llegada de la imagen y devoción al Nazareno.
Debido a las rencillas entre los jefes indígenas y los españoles, se registró una guerra entre ambos grupos. Los españoles prometieron que si ganaban la guerra, ellos donarían una imagen de Jesús Nazareno a los aborígenes. Y así sucedió, los españoles ganaron la guerra, trajeron la imagen, no se sabe de dónde, la obsequiaron a los nativos, quienes armaron un rancho de paja y empezó la devoción al Cristo Milagroso, hasta nuestros días.
En 1964, el templo de Atalaya fue declarado Basílica Menor y es la segunda que existe en todo el territorio nacional.
DATOS CURIOSOS
1. 60 hombres cargan en andas al Cristo durante su recorrido por el pueblo que dura varias horas. Se
trata de voluntarios que se turnan paseándolo hasta que regresa a su lugar en la Iglesia.
2. Marchando al son de los tambores, quienes cargan el anda dan dos pasos hacia adelante y tres
hacia atrás, asemejando el movimiento del mar por donde llegó el santo.
3. Todos los años el Nazareno estrena vestido. El mismo es confeccionado por las mujeres del pueblo
por encargo de algún penitente que ofrece costear la vestimenta y de acuerdo con sus
especificaciones. Siempre es morado con adornos dorados.
4. El ritual para vestir al Cristo Negro está a cargo de personas allegadas a la iglesia y durante todo el
año se ocupan personalmente de su cuidado. Esto se hace a puerta cerrada y solo participan un
grupo pequeño de hombres. Las mujeres no participan.
5. Existen varias leyendas relacionadas al peregrinaje. La más popular es que los caminantes sienten
al Nazareno caminar junto a ellos. Otra dice que al preguntar la hora al penitente de al lado este
contesta “las 12 cuando salí de Jerusalén”, pero al voltear la mirada no se encuentra a quien emitió
esta afirmación.
6. Existe un busto en homenaje a Ismael Rivera a la entrada de la Iglesia de San Felipe de Portobelo.
La escultura de “Maelo” luce en el cuello un enorme crucifijo con la imagen del Nazareno.
7. La escultura del “Brujo de Borinquén” mide un metro con 20 centímetros. Su creación le tomó casi
dos meses al artista Armando Granja. De esta manera, se rinde culto a dos ídolos populares: el
Nazareno y a Maelo.