13 Feb
13Feb

Aunque no existe un texto oficial de tiempos coloniales que afirme que la primera Panamá fue fundada el 15 de agosto de 1519, por referencias indirectas fiables se puede determinar dicha fecha con bastante acierto.

Primera población europea fundada en la costa del Océano Pacífico.

En nota no fechada de 1519, Pedro Arias de Ávila solicita al Rey que se le otorgue la dignidad de Ciudad a esta población, merced obtenida mediante Real Cédula de 1521.
Posteriormente la propia Corona ve la estratégica posición de esta tierra, y en 1538 se le confiere una Real Cédula mediante la cual se crea la Real Audiencia y Cancillería del Reino de Tierra Firme del Sur de Castilla del Oro. La misma tenía rango pretoriano. Y posteriormente se dictó otra Real Cédula donde, debido a los servicios de lealtad y adhesión a la Corona, se le otorgaba a Panamá el título de Muy Noble y Muy Leal Ciudad.

En 1539, 1621, 1644 y sobre todo 1671, la ciudad sufrió los embates del fuego e incluso de un sismo muy fuerte hasta su agonía final cuando el ataque del corsario inglés Morgan, quien atacó Portobelo, el Fuerte de San Lorenzo y Panamá entre el 1 de enero a mediados de marzo de 1671. El fragor del fuego fue tanto que los cronitas relatan que era septiembre y todavía las piedras caían de las paredes que quedaron en pie.
Y poco después sobrevino otra destrucción. El Obispo Gobernador, intentando cumplir en 1675 las órdenes de trasladar, mudar la ciudad al sitio del Ancón, diligencia iniciada por Antonio Fernández de Córdoba en 1673, también acató la orden de demoler, así fuera a cañonazos, las edificaciones que estaban dañadas pero suficientemente enteras como para ser rehabilitadas. Además dio la orden a los vecinos que extrajeran hasta 10,000 piedras de sus antiguos solares para ayudar en la rapidez de levantar el nuevo asentamiento.

Si se mira con atención, veremos que el reboque (repello) todavía cubría parte de la torre. Y que una pared alta existía donde hoy no queda, entre la torre y el Cabildo.
Más adelante, en tiempos del Ferrocarril hay algún que otro anuncio que se hallaban cosas extrañas en Panamá Viejo. Obviamente, si no iba alguien y hacía excavaciones o demolía muros, no aparecería nada.

La intentona del Canal interoceánico también cobró tributo a ese conjunto en la búsqueda de tesoros ocultos. Y también hubo personas que en distinto momento llegaron por las vetustas y venerables ruinas y dejaron una huella, ese grafiti hecho grabando sobre la piedra nombres y fechas.

La construcción del Canal de Panamá fue documentada fotográficamente tanto con placas de vidrio, daguerrotipos como más recientemente con película fotográfica, dependiendo del período cronológico en que nos ubiquemos. En tiempos de la Isthmian Canal Commission se tomaron miles de fotos, algunas inservibles, sobre los aspectos de construcción, avance y operación del Canal. El fotógrafo se las ingenió para salir del territorio de la Panama Canal Zone y hacer incursiones fotográficas por varias partes de Panamá, como hoy lo atestiguan fotos como las que están sobre y debajo de estas líneas. Cada una, en su versión original, tiene un pie de información sobre el sitio y casi siempre la fecha.

Estas fotos son parte de la colección tomada en tiempos de la Isthmian Canal Commission. A veces cuesta trabajo saber la fuente exacta porque unas veces una persona tiene placas de vidrio, otras son copias en negativos, otras podrían ser la ACP, pero todas confluyen No queda la menor duda que el mayor estrago sufrido por estas venerables ruinas fue la invasión del selva, crecer árboles adosados a las paredes y venirse abajo cuando ya pesaban mucho.
En 1919 y 1925, el Municipio de Panamá hizo labores exhaustivas de limpieza en donde no se paró mientes en talar árboles aún al precio de demoler paredes. Y el colmo de males fue la preparación para celebrar el Cincuentenario de la Fundación de la República en 1953. Para entonces se diseño una estrecha pero funcional avenida que comunicara el antiguo camino del Matadero hacia Natá pasando por medio del conjunto, literalmente por el medio de edificios y dando un giro al norte para empalmar con el camino de Portobelo.

Además de la calle en sí se hicieron aceras, plazoletas, se quiso reciclar piedras caídas y se inventaron brocales de pozos que nunca existieron o que ya estaban cegados.
Un caballero de ascendencia italiana llegó a comprar un predio justo del lado exterior del Puente del Matadero, y con el afán de embellecer y realzar su propia propiedad, no dudó en usar piedras caídas para alargar visualmente parte de la calzada hacia el puente y su bordillo.
Con posterioridad parte del Barrio del Comercio y la Ciudadela fueron empleados como caballerizas y sitio de práctica de equitación, con subsiguientes daños, de los que la corona la lleva la instalación de un cuartel policial y una serie de edificios del lado donde habían mercados, prisión y hostales. Todavía en 1994 se podían ver los agujeros de bala en paredes coloniales de las Casas Reales dado que eran la base para sostener los cartones de tiro al blanco. En fin, entre los efectos del terremoto de 1621, el fuego debido al ataque de Morgan, la demolición por mudanza, la “venganza de la selva” hasta 1850; los intentos de buscar tesoros entre 1850 y 1900 así como las buenas intenciones municipales o nacionales de rescatar el conjunto e integrarlo al ejido urbano moderno hasta bien entrada la década de los ’70s nos han dejado un saldo bastante desfavorable de edificaciones derruidas, calles destrozadas, brocales de pozos que no existen, paredes que no existían y grave deterioro de la traza urbana original.

En esta ocasión hemos querido mostrar unas fotos que se tomaron en 1999, justo cuando el Patronato Panamá Viejo empezaba las obras de gran magnitud, tanto como un recuerdo de lo que había como un homenaje al esfuerzo de salvar lo que nos queda.

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