Tres sombreros singulares de producción indígena
De la variedad de sombreros nacionales y sus respectivos estilos, hay tres que se destacan por su confección y legado, y que están en manos de artesanos de los pueblos guna, ngäbe y buglé.
Durante el período de la conquista española se introdujeron formas y técnicas para elaborar las artesanías indígenas, entre ellas, las de los sombreros de ala ancha, ala corta, sencillos y con muchos adornos, que a través del tiempo se fueron transformando hasta lo que encontramos hoy en todas las provincias de Panamá.
Referencias antropológicas, tanto de los incas en Ecuador como los zenú en Colombia, muestran piezas arqueológicas de 3 mil 500 a.C. de pequeños hombres llevando sombreros, aunque de formas diferentes a los que encontramos hoy día, pero que demuestra su existencia y uso en la cultura indígena, y que con la fusión de las dos culturas motivó otros tipos de sombreros.
Los españoles trajeron a tierras americanas varios estilos de sombreros.
“También los chinos trajeron artesanías tradicionales que fueron adoptadas por los panameños”, dijo Dicardides Rodríguez, guía del Museo Regional de Veraguas.
Esa gran fusión ha dado fruto con una variedad de sombreros y estilos, tanto para el trabajo, de diario y de lujo, como para ocasiones especiales, elaborados con fibras vegetales comola bellota (cogollo), el junco, la chonta, la cañita y el musinga.
De esos, hay tres que se destacan y su confección está en manos de los pueblos guna, ngäbe y buglé.
El durbun (sombrero de ceremonia guna); el musinga, elaborado por los buglés, y el söbro, sombrero de ceremonia de los ngäbes.
Ceremonia guna
Estos sombreros son elaborados por los ancianos. El durbun se hace del tallo o corteza de la bellota (naguar, en guna). Es hueco y lleva plumas de diferentes aves, principalmente de guacamaya. Se usa en la ceremonia ritual de la fiesta de la chicha por la llegada de la pubertad de cada niña.
Musinga
El sombrero musinga, por su lado, lo hacen en el norte de Veraguas y en la región buglé, de un bejuco (planta parásita) que crece sobre las copas de los árboles; entre más espeso es el bosque más plantas parásitas hay, indica Rodríguez y Agapito Mendoza, artesanos de Guabal, región Ño Kibro.
Se corta para extraer la fibra que se pule y se obtiene un cordón hasta de nueve pies de largo para hacer el redondel o plantilla, copa y ala del sombrero.
Ceremonia Ngäbe
El sombrero de ceremonia ngäbe es de fibra de chonta o de la palma toboa, en lengua ngäbe. Se le colocan plumas de quetzal, pavo real, pava cinga, guacamaya u otra ave cazada en el área montañosa de la comarca. Se le aplica además tela con diseños de nagüas. Se le adicionan espigas de hierbas conocidas como cola de venado, comunes en zonas de los llanos.
Lino Gallego, residente en Soloy, señala que lo usan los líderes en reuniones y son típicos en ceremonias y festividades como la danza jegui y el baile krá. Hoy día es costoso elaborar uno de estos sombreros al considerar la escasez del plumaje, pero se le están introduciendo plumas de otros tipos de aves.
Fuente: La Prensa