La escena ya no es ajena para nadie: papás que, sin importar el escenario, parecen no poder evitar estar más pendientes de sus celulares que de sus propios hijos. Esta parece ser una evidencia de que las nuevas tecnologías amenazan también con fracturar las relaciones familiares.
Esa es una de las conclusiones de una reciente investigación publicada por la revista Pediatrics. Tras hacer un seguimiento a 55 grupos familiares, los autores encontraron que casi en el 75 por ciento de los casos, los adultos utilizaban dispositivos móviles durante la comida con sus niños. El grado de interacción con los dispositivos iba desde no sacar el teléfono o ponerlo sobre la mesa (menos del 10 por ciento de los casos) hasta usarlo casi en forma constante, lo que ocurrió en 40 casos en total.
Las respuestas de los pequeños fueron variadas: aceptaban la falta de atención, se entretenían solos, jugaban con otros niños, reaccionaban con angustia o hacían una pataleta.
“En la medida en que los padres centren su atención en la tecnología, pierden la oportunidad de establecer contacto visual y de detectar expresiones faciales que comunican un mensaje de la vida de sus hijos. Esto puede generar en ellos sentimientos de inseguridad, de rabia y la creencia de que no son importantes en la vida de sus papás”,