28 Aug
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Ricardo Julio Bermúdez Alemán (1914-2000). Arquitecto precursor del estilo moderno en Panamá, educador, político, poeta, narrador y periodista crítico y cultural.

Nació en la ciudad de Panamá el 22 de agosto de 1914. Fue hijo de Ricardo Julio Bermúdez y de Elena Alemán Bermúdez. De la afinidad con sus antepasados ―escribanos coloniales, políticos y liberales con más de doscientos años de vida en Panamá―, emanaba su amor al suelo istmeño y su permanente inquietud civil. Desde niño, cuando estudiaba en el colegio La Salle en Panamá, le interesó el cultivo de las bellas letras y del dibujo. Escogió ser arquitecto porque, según él, esta profesión le permitiría afinar el área de los altos sentimientos humanos.

Para realizar sus estudios de arquitectura, viajó a la Universidad de California del Sur, Los Ángeles, Estados Unidos de América, en 1937. Se formó allí dentro de la sensibilidad lineal propia del movimiento moderno procedente de la Bauhaus, escuela alemana que propuso una reforma de las enseñanzas artísticas y de la arquitectura para transformar la sociedad burguesa de la época. Su líder, Walter Gropius, promovía una relación entre el uso y la estética. Bajo esa ideología, en Los Ángeles estuvo en contacto con pintores, poetas y artistas que seguían aquella corriente. Terminó sus estudios en 1941. A partir de este año, Bermúdez promovió la renovación del arte arquitectónico en Panamá, al difundir los postulados de una arquitectura “viva”, “heroica”, “nueva”, escribiendo artículos y dictando conferencias.

En 1943, Guillermo de Roux y Ricardo J. Bermúdez fundaron la firma De Roux y Bermúdez. En 1947, formó parte del equipo de arquitectos que planificó la Ciudad Universitaria, actual campus central de la Universidad de Panamá. En 1949 la empresa De Roux y Bermúdez pasó a ser la firma De Roux, Bermúdez y Brenes, que fue conocida como “El Atelier de Arquitectura”. En 1950, Bermúdez dirigió la Oficina de Construcciones de la Universidad de Panamá. Fue presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos, miembro de la Junta Técnica de Ingeniería y Arquitectura, de la Junta de Planificación Municipal, de la Junta Directiva del Instituto de Vivienda y Urbanismo, vicepresidente de la Sociedad Panameña de Planificación, y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Interamericana de Planificación.

Al crearse la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Panamá en 1941, ingresó Bermúdez como profesor de Diseño Arquitectónico de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura. En esos años iniciales, esta Escuela de Arquitectura fue el punto de reunión y de difusión de las corrientes artísticas de la época en Panamá. Bermúdez impartió sus enseñanzas, señaló caminos y sembró entusiasmos. Fue un crítico del diseño que encontró posibilidades y soluciones interesantes en los bocetos de sus estudiantes, y fue maestro del optimismo, de la alegría y de la receptividad. En 1955, fue profesor visitante del Centro Interamericano de Vivienda en Bogotá, Colombia. En 1962, fue escogido como decano de la Facultad de Arquitectura, cargo que desempeñó hasta su jubilación en 1972.

Participó también en la vida política desde su regreso de los Estados Unidos en 1941. Era un joven progresista. En 1943 fue electo presidente del primer Congreso de la Juventud, cuyos pronunciamientos propiciaron la convocatoria de una Asamblea Constituyente y la caída del gobierno de Ricardo Adolfo de la Guardia. En 1951, Bermúdez ocupó el Ministerio de Educación en el Gabinete del presidente Alcibíades Arosemena, y allí se preocupó, desde sus convicciones, por consolidar la reforma de la educación panameña.

Como literato, en 1932 obtuvo un premio de ensayo en un concurso celebrado por la Unión Iberoamericana. Tenía 18 años. En 1937 publicó su primer libro de poemas ―en el que acreditó una extraordinaria profusión de metáforas originales― titulado Poemas de Ausencia, y en 1941, en Los Ángeles la Elegía a Adolfo Hitler, el Adán Liberado en 1943. Su técnica poética era elaborada, pero se atemperó más tarde en Laurel de Ceniza (1952), obra de plenitud, y en Cuando la Isla era Doncella (1954). En 1962, publicó Con la llave en el cielo. En general, un marcado perfil intelectual se percibe en los poemas de Bermúdez. Por eso, su poesía ha sido caracterizada como culta, hermética, aunque sus temas son de alto interés humano: el amor, la vida, la muerte, la lucha social. También incursionó en asuntos filosóficos, aunque de manera intuitiva y sintética, a partir de los clásicos. Elsie Alvarado de Ricord consideró que la poesía de Bermúdez se destaca por su excelsitud y perfección, y que supera toda la obra poética anterior en este aspecto.

En 1974, obtuvo el Premio Ricardo Miró en la sección cuento con la obra Para rendir al animal que ronda. Esta es una obra de compromiso político porque hace una denuncia contra el gobierno de los militares durante la época del general Omar Torrijos, hecha pública desde dentro del orbe panameño; y de compromiso literario porque se adhiere a una corriente agresiva que une elementos narrativos y poéticos, particularmente la alusión. Y cuando se emplea la alusión, lo dicho no está claramente elaborado, sino que se sugiere, de manera que la expresión es neobarroca. De este modo, la obra literaria de Bermúdez cabe dentro de las corrientes más actualizadas tanto de la poesía como de la narrativa del momento en que se dan a conocer. Su expresión revela un estilo muy personal.

Escribió ensayos y discursos y cultivó el periodismo cultural, desde el diario La Prensa. Sus columnas diarias fueron Notas de ver y pasar (1965-1966). La pluma invitada salió entre 1992 a 1994. Trató temas y asuntos de plena actualidad, y siempre con gran respeto, absoluta sinceridad, corrección y elegancia. Su periodismo es un modelo. Dicky Bermúdez (que así se le conocía en el círculo de sus amigos) hizo periodismo crítico en el diario La Prensa desde 1986 a 1988, época de crisis para los panameños, bajo el dominio del general Manuel Antonio Noriega. Fueron recogidos estos artículos por el compilador de la obra de Bermúdez, arquitecto Samuel A. Gutiérrez, en Una nación sitiada por el propio ejército. En esos años escribió sobre la falta en Panamá de políticas encaminadas a proponer cambios que favorecieran el desarrollo de los grupos marginados, de la existencia de normas antidemocráticas, de la incompetencia de los gobernantes, de la seducción del poder, del robo de las arcas públicas, y entre muchas otras ideas, de la necesidad de hacer retoñar los más puros ideales en los sectores públicos para recomponer los destrozos existentes en todos los sectores políticos, económicos y sociales del país. Fue miembro de la Academia Panameña de la Lengua, de la Junta Directiva de La Prensa (1980), de la Universidad Santa María la Antigua y de la Universidad del Istmo. Dejó una marca de altura ética y estética en el pensamiento del siglo XX panameño, y una posición alerta ante los problemas nacionales.

Ricardo J. Bermúdez falleció en Panamá el 19 de septiembre de 2000.

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