Realmente la pollera fue originaria de España, o no?...
El origen de la Pollera
La pollera panameña tiene sus orígenes en España, era el vestido que utilizaban las mujeres españolas del siglo XVI o XVII que llegó con su compañero en la conquista del “Nuevo Mundo”.
El vestido que se usaba diariamente, generalmente era blanco con dos o tres zócalos con sobrepuestos o bordados florales, según consta en los registros históricos.
Se dice que heredamos este vestido de la regiones de Sevilla y Andalucía de la madre patria. Por eso es que la pollera tal como la conocemos hoy, es una mezcla del vestido utilizado por la mujer española a lo largo y ancho de la Península Ibérica, acerca de la pollera montuna o de diario, se asegura que se usaban en climas duros como en Andalucía, pero son totalmente diferente a los usados por los bailadores flamencos.
También, se nos dice que el traje de la mujer cordobesa es muy similar al panameño, según lo comprueba modelos mostrados en el Museo del Pueblo Español. La Pollera es una gran mezcla del traje de las españolas de diferentes regiones de España, adoptadas según el clima, cultura y la situación geográfica del istmo y que llevó un ritmo de evolución que tuvo su inicio desde la época de la colonización hasta los tiempos actuales.
Pollera es definida por el diccionario como un traje usado desde la cintura abajo con muchos pliegues y amplios vuelos. La indumentaria de la mujer española lo componía la pollera que era la falda, la enagua, falda interior y la basquiña, sin embargo en Panamá la pollera es compuesta por el conjunto de camisa y pollerón.
Sin embargo, la pollera según una expedición científica del siglo XVIII (18) llamada Malaspina, se puede observar una ilustración de una mujer panameña vistiendo la pollera al estilo panameño, muy diferente a como se usaba en España.
Para profundizar más sobre la Pollera, consideran que en los siglos XVI (16) y XVII (17) pudo ser un sayón blanco de amplio escote usado por las esclavas o sirvientas cuando amamantaban, para cuando la patrona quedaba embarazada se separaba a esas mujeres del resto de la servidumbre. En esa época era usual que las mujeres blancas murieran por dar a luz, por tanto la esclava o sirvienta amamantaba al hijo de la patrona. A principios del siglo XVIII (18), era la costumbre llamar a estas mujeres “ama de leche” o “mamita”.
También los hijos de estas esclava o sirvientas terminaban criandose con los de la patrona y muchas veces recibían el beneficio de una mejor alimentación y educación, incluyendo la libertad (casi de inmediato). A estos niños se les daba el mismo apellido de la familia y se les llamaba “hermanos de leche”.
Los pollerones eran blancos (siguen siéndolo en la pollera de gala), y las patronas les bordaban las puntadas familiares para que se vieran con más vistosidad y menos simplones. Pero las sirvientas o esclavas usaban vestidos más humildes pero con mejor trabajo manual, por ello durante el siglo XVIII (18) las patronas comenzaron a utilizar los bordados de su servidumbre en sus Polleras. Con el paso del tiempo, poco a poco los trabajos de bordado eran más avanzados desde el punto de cruz, el talco al sol y a la sombra, zurcido, y la más llamativa de todos el calado.
Como las polleras usadas y joyas dañadas o menos llamativas eran dejadas olvidadas en las fincas de los capitalinos en Herrera, Los Santos, Veraguas o Chiriquí, la servidumbre del interior fácilmente aprendían el conocimiento de la costura desarrollandon sus propias creaciones que influyeron en lo que conocemos en la pollera actual.
Originalmente la pollera era menos elaborada, y en vez de joyas se usaban flores naturales en la cabeza que con el pasar del tiempo se sustituyeron por los llamados tembleques de oro y plata en forma de flores, orquideas, colibríes, alacranes y caracuchas.