14 May
14May

Mayo de 1951: la más insólita semana de la historia republicana

En estos días se cumple el 67 aniversario de una de las semanas más turbulentas y estremecedoras que haya tenido la historia del país, llena de insólitos acontecimientos, entre los que destaca la suspensión de la constitución vigente, el cierre de la Asamblea Nacional, manifestaciones populares, tiroteos, muertes, y finalmente, la toma, a balazos, del palacio presidencial.

Como en muchos de los hechos más controversiales de nuestra historia, el protagonista indiscutible de aquella jornada de mayo de 1951 fue el entonces presidente Arnulfo Arias Madrid.

Podríamos situar el inicio de los eventos en el día viernes 4 de mayo, en la sucursal de la Caja de Ahorros del Casco Viejo de la ciudad de Panamá, cuando una avalancha de pequeños depositantes se presentó en la institución bancaria a retirar sus depósitos.

Aglomerados sin ningún orden alrededor de las cajas y en estado de pánico, los ahorristas permanecieron hasta bien entrada la noche para exigir su dinero.

Al día siguiente, La Estrella de Panamá publicaba un comunicado firmado por el ministro de Gobierno y Justicia, José de Obaldía, que ofrecía la posición del gobierno frente a los hechos del día anterior.

‘Carecen de fundamento y son completamente falsas las informaciones que por medio de llamadas telefónicas anónimas han venido difundiendo enemigos de esta administración con el fin de desacreditar a la Caja de Ahorros, causando pánico entre los pequeños depositantes, incitándoles a que retiren sus fondos', decía la nota de primera plana.

Para el gobierno del presidente Arnulfo Arias, las llamadas anónimas no eran una broma, ni un hecho aislado, sino parte de una ‘vasta conspiración' contra su administración.

A apenas a un año y seis meses de haber asumido el mando del país por segunda ocasión, el 24 de noviembre de 1949, su gobierno parecía desmoronarse.

Según una biografía de Arias, firmada por el historiador Jorge Kam Ríos, el mandatario era atacado por los medios de comunicación, enfrentaba a las izquierdas, cada vez más populares; chocaba con el Partido Liberal y perdía el respaldo popular'.

Pero para Arnulfo, los principales enemigos estaban en la Asamblea Nacional y había dado órdenes a su propio cuerpo policial, la ‘Policía Secreta', disasociada de la Policía Nacional (comandada por el coronel José Remón), de vigilar a algunos de los diputados.

La noche del sábado siguiente, unos de estos policías vestidos de civil seguían un carro en el que viajaban tres de ellos.

Los dos automóviles se movían por las oscuras calles de a ciudad hasta que, al llegar a la Plaza 5 de mayo, cerca del cabaret Happyland, el carro se detuvo y sabiéndose vigilados, de él bajaron los diputados Jorge Illueca, Norberto Navarro y David Samudio, para acercarse al vehículo de los oficiales.

La discusión subió de tono y, según el relato oficial, uno de los diputados sacó un revólver y disparó al aire. Los policías contestaron el disparo, e hirieron a Illueca de bala, que se le introdujo por la espalda y le salió por el hombro.

Illueca corrió como pudo hasta encontrar refugio en la cercana Zona del Canal, donde consiguió alcanzar el hospital Gorgas.

Al conocerse los hechos, las críticas fueron feroces. ¿Cómo era posible que dos de los poderes del gobierno llegaran a tal nivel de desencuentro? En la Asamblea, ya dominada por la oposición, los diputados hablaban de ser aun más firmes contra el Ejecutivo.

Probablemente asustado por el giro de los acontecimientos, a primeras horas del lunes, el presidente reunió a su Gabinete, integrado por José Clemente de Obaldía, Carlos Brin, Rodolfo Herbruger, Cristobal de Urriola, Celso Carbonell, Norberto Zurita, María de Miranda, Ricardo Arias y José Ehrman.

Su gobierno enfrentaba una conspiración y había que tomar decisiones dramáticas.

INICIOS DE UN SEGUNDO MANDATO

Los problemas de Arnulfo habían empezado casi al asumir su segundo mandato presidencial, el día 24 de noviembre de 1949, un año y seis meses después de las elecciones de 1948.

Días antes, la Junta de Elecciones ‘detectó' un error en el conteo de votos de 1948, que había dabo por ganador a su contrincante, Domingo Diaz, quien había gobernado el país hasta su repentino fallecimiento, en agosto de 1949.

La presidencia entonces la asumió Daniel Chanis, peroeste, a raiz de graves diferencias con Remón, estuvo a punto de forzar su retiro. En ese momento fue que, bajo el hábil manejo del comandante de la policía, se descubrió el error en el conteo de votos. El conteo final daba un margen de 2,544 sufragios a favor de Arias y eliminaba a Chanis del panorama político.

Salvar el gobierno

Ante los problemas que lo acechaban, el presidente Arias echó en falta la constitución adoptada bajo su inspiración, en su mandato anterior (1941), que otorgaba más libertad de acción al jefe del Ejecutivo.

La Constitución vigente, aprobada posteriormente, en 1946, contenía normas que, en opinión de Arias, imposibilitaban la adopción de ‘providencias para conjurar la grave crisis económica y fiscal por la que atravesaba el país y aliviar la precaria situación económica del pueblo panameño'.

Más aún, impedía tomar medidas contra las actividades de grupos ‘enemigos del orden social y del sistema democrático de gobierno'.

SE APRUEBA EL CONTROVERSIAL DECRETO

Así, el día lunes 7 de mayo de 1951, a petición del presidente, el gabinete aprobó un decreto ejecutivo que, de un solo plumazo, abolía la constitución vigente y adoptaba la de 1941, cerraba la Asamblea Nacional y declaraba en ‘interinidad' a los jueces de la Corte Suprema de Justicia.

Además, suspendía el recurso de habeas corpus y daba al poder ejecutivo potestad para gobernar por medio de decretos de gabinete.

El único miembro del gabinete que se negó a firmar fue el ministro de Agricultura, Ricardo Arias Espinosa, quien prefirió renunciar a su puesto.

Esa noche, ya bajo la supuesta vigencia de la nueva Carta Magna, el presidente ordenaba a su Policía Secreta la detención de los responsables de la conspiración izquierdista: el ex presidente Ricardo Adolfo de la Guardia, Gonzalo Tapia, su sobrino Roberto Arias, editor del diario La Hora, y el periodista Mario Augusto Rodríguez.

También fueron sindicados miembros del Frente Patriótico de la Juventud, Carlos Iván Zúñiga, César Quintero, Rogelio Sinán y otros.

Arnulfo intentó llamar al presidente estadounidense Harry Truman, cuyo gobierno no había querido en un principio reconocer la legalidad del nuevo conteo de votos, para explicarle que la decisión tomada tenía como objetivo ‘proteger al Canal de los comunistas', sin embargo, Truman había sido advertido y se negó a ponerse al teléfono.

MIÉRCOLES 9 DE MAYO

La decisión tomada por el consejo de Gabinete no popular.

La Constitución de 1946, reconocida como una de las mejores constituciones que había tenido el país, introducía los conceptos de ciudadanía a las mujeres y asignaba otros derechos políticos.

En su editorial del miércoles 9 de mayo, La Estrella de Panamá señalaba: ‘la decisión adoptada por el doctor Arnulfo Arias al derogar la Carta constitucional vigente con un decreto de gabinete es algo cuya defensa no puede siquiera ser intentada desde el punto de vista jurídico'.

‘Nada valdrían las constituciones como garantía de los derechos ciudadanos y como ley fundamental y reguladora del Estado si los presidentes, asistidos por sus ministros, tuvieran facultad para derogarlas y elegir en su reemplazo el estatuto que más fuera de su agrado', seguía La Decana.

Las páginas del diario recogían también comunicados de las más diversas procedencias.

Los médicos se declaraban en paro general. Profesores, inspectores y maestros se iban a la huelga hasta que se volviera a la Constitución de 1946. El Sindicato de Industriales se adhería al movimiento.

Solo un comunicado del directorio del Partido Revolucionario Auténtico, el partido del presidente, manifestaba su respaldo ‘unánime' y calificaba el decreto de decisión ‘trascendental y patriótica', mientras ‘exhortaba al pueblo panameño a, de manera cívica y patriota, a acuerpar este movimiento de reivindicación nacional'.

Esa misma tarde, los partidarios del mandatario organizaban una marcha de respaldo que llegó hasta la presidencia.

Allí los recibió su líder, expresándoles que ‘la decisión se dirigía a contrarrestar la inquietud producida por los comunistas, comunistoides y malos hijos de la patria, que al amparo de la Constitucón de 1946 se agitan impunemente en nuestro medio, en colaboración con otros malos hijos de la patria, que en diez años no hicieron nada en favor de la república'.

Pero mientras eso sucedía, otra multitud se presentaba en el cuartel central de la Policía, pidiendo ayuda al coronel Remón.

Este recibió también su manifestación, prometiend a la población que ‘todo se arreglaría de forma patriótica'.

Ese mismo día, los diputados emitían un comunicado que manifestaba ‘desconocer y repudiar la monstruosidad jurídica' del Gabinete.

‘Este proceder insólito, esta monstruosidad política, solo viene a agravar la situación económica del país y a introducir una confusión aún mayor que la existente, con el desquiciamiento de numerosas instituciones en que se fundamenta el orden social.

"El decreto no tiene fundamento legal y por consiguiente no puede ser obligatorio en su cumplimiento', decían.

Pero no solo eso, los diputados también acusaban al presidente y a su gabinete de ‘traicionar su juramiento de cumplir y hacer cumplir la constitución vigente que no es otra que la de 1946', haciéndose, decía el comunicado, ‘reos de delito que denunciamos ante los tribunales competentes. ‘.

Con dos de los tres poderes de gobierno en su contra, el presidente Arnulfo Arias enfrentaba uno de los momentos más duros de su carrera política y que terminaría con una batalla de cuatro horas en el Palacio de las Garzas.

Fuente: La Estrella de Panamá

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO