Masacre de Coiba, un caso que conmocionó a Panamá
La Angustiosa Jaula 4, la Indigesta Masacre.
"Esa matanza ocurrió en el 98. Yo no estaba asignado pa` ese entonces en Coiba. Pero ocurrió en Playa Brava, cerca de la Penal de Playa Hermosa. Aquello fue vaina de bandas. Ud sabe."Los Chukis" contra los "Los Perros de San Joaquín". Rencillas viejas. Ese día, "Punchi"," Rambeao","Villa", "King" y "None" iban a fugarse. Se untaron diesel en todo el cuerpo, ud sabe, pa´ espantá los tiburones, y cuando ya ´taban pa´ volarse le salieron "Los Chukis" con machetes y hachas. "None" escapó y se voló pal mar y nadó como endiablao. A sus compinches los amarraron de pies y manos. Los alinearon sobre un tuco (árbol caído) y de un solo hachazo, "Pedro Navaja" le voló la cabeza a "Villa" primero. Después machetearon al "muñeco" (cadáver decapitado) y tiraron su cabeza al mar. A los otros le volaron la cabeza también y los picaron a machete y tiraron sus cabezas pal mar. "None" nado hasta la playa y huyo, pero los decapitadores lo vieron y le dieron una corretiá que casi lo dejan "muñeco" también. "None" se salvo de puro pelo. Nunca encontraron la cabeza de "Villa". No crea señor, esa no ha sido la primera ni última decapitación en Coiba. Lo que pasa es que la prensa no se entera, pero esta última sí llegó a donde debía."
(relato del custodio).
Luego de una suspensión temporal y de una gran expectativa, el martes 9 de octubre de 2001, inició uno de los juicios más esperados por la ciudadanía en la Sala de Audiencias del Tribunal de Justicia del Segundo Distrito Judicial con sede en Santiago, provincia de Veraguas.
En esas fechas se enfrentaron a la justicia los presuntos responsables de la denominada "masacre de Coiba", en la que fueron decapitados Ricardo Alexis Powel (a) King, Walter Murillo (a) Punchi, Rafael Córdoba Chavarría (a) Rambeao, además de resultar desaparecido y presuntamente muerto Francisco Javier Villareal y se atentó contra la vida de Fermín Arias Rojas, único sobreviviente y testigo durante el juicio.
MATANZA
El hecho se dio el 28 de enero de 1998 en Playa Brava, cerca al campamento penal de Playa Hermosa. La magnitud de este asesinato múltiple cautivó a la opinión pública, por la forma en que fueron torturadas y decapitadas las víctimas. Incluso hubo mucha especulación en torno a que los victimarios realizaron ritos satánicos, les sacaron el corazón a sus enemigos y luego se los comieron, como una muestra de poder, lo que, de acuerdo con las investigaciones, no sucedió.
Es así, como salen a relucir los nombres de Joao Enrique Garcés Powel (a) Yohaito; Orlando Antonio Blychanton Cadogan (a) Pedro Navaja; Abel Méndez Escobar (a) Abelito Man; Anthony Burnhan Wignall (a) Tátara; Iván Gálvez Amanías (a) Iván; José Quiñones Díaz (a) Beto Mafia; Omar Córdova Hurtado (a) Caña; César Osvaldo Díaz Ponce (a) Gringo; Francisco Javier Camargo Gordón; Israel Rodríguez Belicot (a) Gato; Javier Antonio González Carrasco y Arián Enrique Benedi Fernández, miembros de la banda "Los Hijos de Dios", quienes fueron señalados por Arias Rojas como los asesinos de sus compañeros.
RETRASO
La segunda y definitiva fecha para la audiencia confrontó problemas en la integración del jurado de conciencia. Tardó día y medio reunir a las ocho personas que integrarían el jurado, ya que coincidentemente en esa fecha muchos seleccionados al azar se encontraban incapacitados, faltaron a sus trabajos, tenían a un familiar enfermo o no llenaban los requisitos para participar, por lo que esta selección se dilató.
Pese a ello, después del mediodía del 10 de octubre se conforma el jurado e inician las acciones correspondientes al proceso, que con las modificaciones al Código Judicial establece alegatos introductorios obligatorios, lectura de las piezas procesales, indagatorias y llamamiento a juicio. Cumplido este proceso, en el que los acusados se declararon inocentes y quisieron desvincularse de cualquier banda delictiva, el juicio entró a la fase de presentación de pruebas testimoniales.
TESTIGOS
En medio de una creciente expectativa, apareció el primer testigo llamado por la Fiscalía, Fermín Arias Rojas, quien aseguró haber sido víctima de una emboscada que les tendieron los acusados, a quienes señalan como integrantes de la banda "Los Hijos de Dios", enemiga de "Los Perros de San Joaquín", a la que pertenecían las víctimas. Pero, desvincula a Israel Rodríguez (a) Gato y a César Díaz (a) Gringo, de la autoría de los asesinatos, pues "éstos sólo contemplaron la matanza".
Posteriormente, surge el testigo Melvín Dívole Constanza, recluso del penal, quien asegura haber visto a varios de los acusados perseguir a Rojas, luego que éste escapara nadando de su segura muerte. Luego continuaron otros testimonios, entre los que sobresalieron los de los policías destacados en el campamento de Playa Hermosa para esa época y las señoras Ernestina Velarde y Dilcia Mosquera, madres de las víctimas Francisco Javier Villareal Velarde (desaparecido) y Walter Murillo Mosquera, quienes se presentaron a declarar, pero sobre todo a pedir justicia por sus hijos.
TORTURA
Correspondió el turno a los especialistas y peritos, quienes en cada una de las ramas realizaron un análisis de los aspectos que rodearon el caso. Rodolfo José Gordón, médico forense a quien correspondió hacer los exámenes de necropsia a los cuerpos recuperados, describió la forma en que éstos fueron torturados, poco a poco, para luego darles el golpe de gracia.
Según relató, los cuerpos presentaban una gran cantidad de heridas superficiales, ninguna de las cuales era mortal, sólo les causaban el debilitamiento por la pérdida de sangre, en lo que se entiende como un método de tortura, para que cuando las víctimas estuvieran en estado agónico proceder a decapitarlas, metodología que utilizaron con tres de los asesinados, ya que del cuarto no se conoce la forma cómo murió, pues el cadáver no fue recuperado. Transcurre esta fase, seguida de la lectura de los cuestionarios y el inicio de los alegatos por parte de la fiscalía, periodo en el cual se reiteraron las acusaciones contra los sindicados, pero se reconoció la existencia de dos inocentes, los que Arias Rojas desvinculó del hecho.
Momentos muy intensos se vivieron cuando correspondió a los acusados defenderse, ya que muchos lo hicieron a través de voceros, mientras que otros hablaron frente al jurado, y aseguraron ser inocentes. Describieron lo duro de la vida en las cárceles, sobre todo cuando se les achacan este tipo de crímenes, que les marca de manera injusta la vida. Luego vendrían los abogados defensores a reiterar la inocencia de sus clientes.
VEREDICTO
Quince días pasaron y aproximadamente a las 10 de la mañana del martes 23 finalizaron los alegatos de la defensa y el jurado se declaró en sesión permanente para deliberar. Trece horas y media después llamaba a la audiencia para dar a conocer el veredicto que fue leído aproximadamente a las 11:30 de la noche ante una sala de audiencias repleta por familiares y público que esperó para conocer el fin de este triste episodio. El magistrado sustanciador, Manuel de Jesús Corrales, leyó el veredicto individual. Poco a poco las esperanzas de la mayoría del grupo se truncaban, mientras a que a cinco de ellos la sociedad los encontraba inocentes.
Todos los imputados escucharon el veredicto con una notable serenidad, al igual que sus familiares, pero otros no contuvieron las lágrimas al saber que sus seres queridos tendrán que seguir en la cárcel por un tiempo no estipulado aún. Transcurrieron algunos segundos de haberse leído el veredicto, los sindicados intercambiaron saludos con sus defensores y se retiraron de la sala sin hacer manifestación alguna al igual que sus familiares.