Marta Matamoros, a ella se debe nuestro Código de Trabajo
La gran mayoría de las condiciones y beneficios de las que gozamos hoy día los panameños fueron logrados por ciudadanos luchadores y ejemplares, que arriesgaron hasta sus propias vidas por alcanzar un bien común que cambiaría por completo la vida de muchos. Y si hablamos de mujeres fuertes y luchadoras que han hecho historia en Panamá, Marta Matamoros representa un claro ejemplo a seguir en tantos aspectos.
Sindicalista, modista y activista por los derechos de la clase trabajadora panameña, nació el 17 de febrero de 1909 en Calle 14 Oeste, Santa Ana, en la joven República de Panamá. Hija de los inmigrantes costarricenses Gonzalo Matamoros y Josefa Figueroa de Matamoros, sólo pudo completar la educación primaria y posteriormente tomó cursos de modistería.
Desde muy pequeña se interesó por las historias de luchas nacionalistas llevadas a cabo por obreros de países europeos y latinoamericanos. Este interés surgió gracias a su padre, con quien mantenía extendidas conversaciones referentes a estos temas.
Empezó laborando en su hogar como modista hasta 1941, cuando a sus 32 años consigue su primer trabajo en la fábrica de ropa El Corte Inglés, en donde estuvo por tres años. El propósito de salir de casa era el de tener más contacto social y no sentirse tan sola al momento de laborar.
Laboró asimismo en otras fábricas textiles. Su estancia en estas empresas le permitió darse cuenta de las funestas condiciones en las que trabajaban los obreros.
Confinamientos en altas temperaturas, jefes que solo dejaban al empleado pararse dos veces para ir al baño en jornadas diarias de 12 a 14 horas, embarazadas que trabajaban hasta que rompieran fuente y regresaban a la faena horas después del parto eran solo algunas de las situaciones que sufrían los empleados panameños. Fueron tiempos cuando se carecía de un Código de Trabajo establecido del cual regirse.
A los 36 años, en 1945, inicia su vida como sindicalista y de lucha al unirse al desaparecido Sindicato de Sastres y Similares, con el fin de buscar mejores condiciones de trabajo para los empleados. Un año más tarde, en 1946, se convierte en Secretaria de finanzas del colectivo y logra cambiarle el nombre a Sindicato de la Confección de Ropa. Dicho cambio se debió a que el sector textil estaba formado en un 70% por mujeres y que no le hacía sentido que nada más se considerara el término “sastre” en el nombre de la organización.
En ese mismo año, organiza una huelga de trabajadores de 38 días en el Bazar Francés, lugar en el que trabajaba, en la cual exigían mejores salarios y condiciones para trabajar. Su participación en esta protesta le permitió contribuir muy activamente en la creación del Código de Trabajo.
Marta Matamoros logró presentar ante la Asamblea Legislativa una propuesta de fuero maternal, que le daría a la trabajadora panameña el derecho a una licencia pagada durante 6 semanas antes del parto y 8 semanas después. De manera coincidente, para ese entonces se habían elegido a las primeras mujeres diputadas de la historia del país, Esther Neira de Calvo y Gumercinda Páez, quienes respaldaron el proyecto en mención y terminó siendo aprobado. Al año siguiente, en 1947, participó en las protestas de rechazo al convenio Filós-Hines que cedía territorios panameños para bases militares estadounidenses.
Marta inició la década de 1950 aprendiendo sobre la doctrina del socialismo. Pasaba su tiempo leyendo las obras de Lenin y Marx. En 1951, fue elegida Secretaria General de la Federación Sindical de Trabajadores.
Para 1952, bajo el gobierno del Presidente José Antonio Remón Cantera, apoyó una huelga de conductores de buses de Río Abajo que exigían obtener el pago de seguro social y un salario fijo. Su colaboración en este movimiento la llevó a cumplir 99 días de prisión en la Cárcel Modelo, sin derecho a ningún tipo de visitas. En protesta por su arresto, empezó una huelga de hambre por dos semanas y fue llevada como castigo a La Macarena, una de las peores celdas de la prisión.
Luego de haber pasado por estas penurias, la sindicalista tuvo problemas en ser contratada. Se dispuso a trabajar desde casa pero sin abandonar por nada del mundo sus ideales. En 1959, tuvo parte en la Marcha del Hambre y la Desesperación de la provincia de Colón.
Sus últimos años
En el 2001, el Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá puso su nombre al Centro de Documentación Especializado en Género. La Junta Comunal de Santa Ana y el Municipio de Panamá la reconocieron como Hija Meritoria de la Ciudad Capital. La Universidad de Panamá la colocó dentro de las 100 mujeres destacadas durante el centenario (1903-2003) de la República de Panamá. La modista pasó sus últimos días en el hogar de la tercera edad “Fundación Nueva Vida Dios es Amor”, falleciendo el 28 de diciembre de 2005.
Si bien recibió muchos homenajes en vida, los más renombrados fueron póstumos. El gobierno de Panamá, por medio del Decreto Ejecutivo No. 81 del 18 de mayo de 2006 establece la Condecoración Nacional de la Orden Marta Matamoros.
A pocos años antes de su muerte, Marta Matamoros dijo:
“Aprendí a enfrentar injusticias con las trabajadoras y los trabajadores. Jamás pensé en reconocimiento alguno. Mi compromiso fue por la libertad de nuestra patria. Por el derecho de nuestro pueblo a vivir con dignidad y de las mujeres con su emancipación y oportunidades en el trabajo, la comunidad y el hogar. Ha habido logros importantes, pero queda mucho por hacer.”