El secreto del Archipielagos de las Perlas
Se trataba del Explorer, el primer submarino funcional del mundo, que fue utilizado para la pesca de perlas en Panamá hasta 1869, cuando quedó relegado a una isla desierta del Archipiélago de las Perlas por 132 años.
Su historia, su fracaso y su redescubrimiento, casi por error, más de un siglo después, son la inspiración para el especial del canal Smithsonian ‘America’s Lost Submarine,’
RE-DESCUBRIMIENTO
En el 2001, el doctor James Delgado, arqueólogo subacuático, o como él mismo se describe ‘explorador submarino y cuentista’, estaba de vacaciones en un pequeño crucero por América Central, cuando llegó a la deshabitada isla de San Telmo, en el Archipiélago de las Perlas en Panamá.
‘Una vez allí me dijeron, ‘aquí sólo estamos para la observación de aves, aunque dicen que hay un submarino japonés de la segunda guerra mundial que supuestamente aparece cuando baja la marea”.
Al escuchar esto, Delgado prefirió saltarse la excursión de las aves y se sentó a esperar, solo, a que bajara la marea en la isla desierta.
Poco a poco vio al submarino emerger bajo las aguas y supo inmediatamente que no era japonés; era mucho más viejo, pero no lo supo identificar.
La detección de la nave se logró con la ayuda de dos historiadores de submarinos: Eugene Canfield, que lo ubicó en la época de la Guerra Civil en Estados Unidos, y Richard Wills, que le proporcionó dos nombres, ‘Julius Kroehl’ y ‘submarino Explorer’, además de los únicos dibujos existentes del diseño del submarino.
En sus siguientes expediciones al archipiélago, los locales de la isla aledaña, La Esmeralda, le dijeron claramente a Delgado: ’todo el que se mete en ese submarino muere.”
Al arqueólogo le pareció curioso que la gente hubiese olvidado el orígen del submarino y a su inventor, Julius Kroehl, pero que de alguna manera permaneciera en la memoria colectiva la idea de la muerte, en relación al misterioso aparato.
‘En aquellos años se contrató a gente local para trabajar en el submarino en la colecta de perlas y probablemente murieron por el síndrome de descompresión’, nos explicó Delgado. ‘Eso es lo que recuerdan.’
JULIUS H. KROEHL
El submarino Explorer fue diseñado en 1865, para la Pacific Pearl Company en Nueva York, por un inmigrante alemán llamado Julius Kroehl.
En diciembre de 1866 se transportó el submarino a Panamá con el propósito de utilizarlo para la recolección de perlas en el Pacífico. Sin embargo, menos de un año después de llegado a Panamá, Kroehl murió de una ‘fiebre’, que muchos han atribuido al síndrome de descompresión, también conocido como la ‘enfermedad de los buzos’.
Desde 1867, Kroehl descansa en paz en el que fue llamado el ‘cementerio de los extranjeros’ en el popular barrio de El Chorrillo. Sus restos yacen bajo una cruz de piedra en la que apenas se distingue su nombre.
EL EXPLORER
‘Es un submarino magníficamente construido para la pesca de perlas. Simplemente que en esa época no se conocía sobre el síndrome de la descompresión y muchos tripulantes murieron así. Es la historia de la humanidad: construimos cosas que no entendemos del todo y luego nos toca vivir con las consecuencias’, expresó Delgado.
Tras la muerte de Kroehl, el submarino fue olvidado en una playa hasta 1869, cuando un nuevo ingeniero y equipo lo tomó para la recolección de perlas.
Las profundidades a las que se sabe que bajaron en esas expediciones, inevitablemente les habría causado el síndrome de descompresión. Sin embargo, en esa época se describió el padecimiento y causa de muerte de los tripulantes como ‘fiebre’.
Tras este intento fallido, se abandonó nuevamente el Explorer en una ensenada de la isla San Telmo, hasta que el doctor Delgado se tropezó con él por casualidad del destino en el 2001.
La historia del Explorer refleja de cierta forma la historia de Panamá, como una región llena de riquezas que otros países le querían arrebatar.
Su fracaso nos hace entender que la codicia y el agotamiento de nuestros limitados recursos naturales no beneficia a nadie. En el caso del submarino, los inversionistas perdieron su dinero, la tripulación perdió sus vidas y la gente alrededor de San Telmo perdió sus perlas.