28 Aug
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Domingo Díaz Arosemena (1875-1949). Político panameño. Presidente de la República de Panamá del primero de octubre de 1948 al 28 de julio de 1949. Exitoso empresario de la industria ganadera y propietario de terrenos cercanos a la ciudad.

Domingo Díaz Arosemena nació en la ciudad de Panamá el 25 de junio de 1875, en época del Estado Soberano de Panamá. Fue hijo de Domingo Díaz y Elisa Arosemena. En Panamá, estudió en el Colegio de los Hermanos Cristianos; en una escuela privada dirigida por el maestro Sofanor Moré y, finalmente, en el Colegio del Istmo. Culminó su formación universitaria en Estados Unidos, en la Universidad de Southern, Nueva Jersey, y en Setton Hall College. Se casó en 1904 con Celia Quelquejeu, de quien tuvo varios hijos.

Afiliado desde joven al Partido Liberal Nacional, su primera actuación política se concretó al ser electo concejal del distrito capital, y, más tarde, diputado a la Asamblea Nacional (1910-1912).

Entre 1910 y 1912 se desempeñó como Alcalde del municipio capitalino. Fue uno de los principales fundadores del Partido Liberal Doctrinario -encabezado por el doctor Harmodio Arias Madrid-, surgido en 1927 a raíz del deterioro político causado por unas elecciones consideradas fraudulentas, que llevaron a la presidencia al ingeniero Florencio Harmodio Arosemena, y que dieron como resultado la fragmentación del bloque liberal. En los primeros años de la década de 1930, caracterizados por crisis económica y de vivienda, desempleo e inestabilidad política, Domingo Díaz Arosemena participó activamente en la política partidista.

En 1932 fue Presidente de la Asamblea Nacional. El Partido Liberal Doctrinario lo designó candidato a la presidencia para las elecciones de ese año, pero depuso sus intereses a favor del doctor Harmodio Arias Madrid, quien encabezó el partido y ganó ampliamente la campaña. Díaz Arosemena fue segundo designado a la presidencia, y ocupó el solio presidencial, ante la ausencia del titular, del 2 al 30 de octubre de 1933.

Durante la década continuaron en Panamá las contiendas partidistas por el dominio del poder presidencial. Hubo trasiego de información entre dirigentes políticos, pactos de caballeros que no fueron respetados, intervenciones de la policía en la política, denuncias sobre la oficialización de alguna candidatura, intentos de golpes de Estado, divisiones y fundación de nuevos partidos, arrestos y exilios. En fin, no se consiguió un replanteamiento de las estructuras políticas tradicionales. Así las cosas, reunida la Convención del Partido Liberal Doctrinario en Penonomé, eligió a Domingo Díaz Arosemena como candidato a las elecciones de 1936, pero su candidatura no se consolidó por muchas razones. Díaz Arosemena y Enrique A. Jiménez se unieron inicialmente para enfrentarse al candidato oficial, Juan Demóstenes Arosemena; sin embargo, después que el Dr. Arnulfo Arias fundara la Coalición Nacional Revolucionaria (CNR) -cuyo candidato era también Juan Demóstenes Arosemena-, Díaz Arosemena respondió con la creación de una alianza opositora denominada Frente Popular, que unió a liberales doctrinarios, demócratas, renovadores, unidos, socialistas y una parte de Acción Comunal, y lo lanzó a la candidatura.

Celebradas las elecciones el 7 de junio de 1936 con acusaciones de corrupción y fraude, los cómputos del Jurado Nacional de Elecciones daban la victoria a Díaz Arosemena; pero la violencia electoral se apoderó de Veraguas, donde al candidato oficial, Juan Demóstenes Arosemena, se le contaron 1,765 votos por encima de Díaz Arosemena, por lo que aquel fue proclamado vencedor el 5 de julio siguiente. Juan Demóstenes Arosemena asumió la presidencia, pero los miembros del Jurado de Elecciones, que habían sido destituidos por el gobierno, invistieron a Domingo Díaz en una ceremonia particular en su domicilio. Se lanzó un comunicado que provocó una crisis de Gabinete, enfrentamientos, éxodo de refugiados a la Zona del Canal, un llamado a la huelga general. Como consecuencia de esas acciones se inició una persecución a los adversarios del Gobierno, y principalmente a los seguidores de Díaz; la Policía Nacional fue militarizada y el Frente Popular reprimido. Tres años después falleció el presidente Arosemena, el 16 de diciembre de 1949, a escasos meses de culminar su período.

El candidato oficial para las nuevas elecciones fue el doctor Arnulfo Arias Madrid. Harmodio Arias, con apoyo de la Policía Nacional, reprimió a la oposición -organizada nuevamente en el Frente Popular-, que proponía la candidatura del doctor Ricardo J. Alfaro.

La represión no permitió participar al FP en el proceso electoral, y Alfaro retiró su candidatura. El oficialismo impuso la victoria de su candidato, Arnulfo Arias, quien fue proclamado el 2 de junio de 1940 y ascendió al poder ejecutivo el 1 de octubre de 1940. La oposición no descansó: sus líderes conspiraron contra el régimen de Arias, y el 9 de octubre de 1941 ocurrió un golpe de Estado. El presidente fue derrocado, y Ricardo Adolfo de la Guardia asumió la presidencia con apoyo de los partidos de oposición y algunos oficialistas. En marzo de 1944, Domingo Díaz Arosemena y los dirigentes de los partidos políticos que respaldaban al gobierno solicitaron a De La Guardia que continuara en el poder hasta 1947. Por su parte, los hermanos Arias Madrid desarrollaron una oposición sin cuartel, hasta lograr un acuerdo, según el cual se convocaría una Segunda Asamblea Nacional Constituyente, que redactaría un nuevo pacto social. La Asamblea sería designada por un nuevo mandatario de transición, quien organizaría elecciones generales para 1948.

Se cumplió este acuerdo, con el apoyo decisorio de los dominguistas y del mismo Díaz Arosemena, y la nueva Constitución fue aprobada el 1 de marzo de 1946, no sin antes haber sido designado como mandatario de transición Enrique A. Jiménez. Su único opositor fue Roberto F. Chiari. Jiménez asumió el cargo del 15 de de junio de 1945, y lo ostentó hasta el 30 de septiembre de 1948.

Nuevamente, las elecciones celebradas el 9 de mayo de 1948, en los inicios de la Guerra Fría, se caracterizaron por la violencia. Se inscribieron siete candidatos a la presidencia, pero el oficialismo jimenista respaldó a Domingo Díaz Arosemena, candidato de todas las facciones liberales. Su opositor era Arnulfo Arias, que reorganizó a sus seguidores en un nuevo Partido Revolucionario Auténtico (PRA). Todos los sectores democráticos se unieron contra Arias. Díaz Arosemena lideró, con sus vicepresidentes Daniel Chanis y Roberto Chiari, la denominada alianza de Unificación Nacional.

Las elecciones se celebraron en medio de enfrentamientos entre bandas paramilitares del oficialismo y la oposición, e intervenciones de la Policía Nacional. El clímax de la confrontación sucedió el 12 de julio de 1948, cuando la Asamblea Nacional intentó un golpe parlamentario contra el presidente Jiménez, para establecer un nuevo mandato presidencial, que se extendería hasta 1952. El órgano ejecutivo reaccionó suspendiendo las garantías constitucionales, y el Órgano Judicial resolvió que lo actuado por el Órgano Legislativo violaba la Constitución.

Finalmente, tras larga espera, y tras desechar la mayoría de los fraudes elaborados entre los bandos en pugna, el Jurado Nacional de Elecciones oficializó el 30 de julio la victoria del candidato de la Unificación Nacional, Domingo Díaz Arosemena, quien se encargó del Poder Ejecutivo el 7 de agosto de 1948, con 72 153 votos a favor, contra 71 037 de Arnulfo Arias. Veraguas y Chiriquí se mantuvieron bajo la suspensión de las garantías individuales, ante la amenaza de movimientos armados del PRA. Todo el peso de las fuerzas gubernamentales cayó sobre la oposición, que fue duramente reprimida, incluyendo a los sectores del pueblo independiente representados por el Frente Patriótico, la Federación de Estudiantes, el Frente Sindical y los gremios de maestros y profesores, que no eran afines al arnulfismo.

Domingo Díaz Arosemena consolidó su gobierno con la firma del Convenio de Aviación Molino-Davis, firmado en 1949 entre Estados Unidos y Panamá con la oposición de las fuerzas populares, ya que favorecía los intereses estadounidenses. Los hermanos Arias Madrid respondieron con acciones desestabilizadoras.

Se develaron dos intentos de derrocar al presidente Díaz: el incidente del 24 de octubre de 1948 -dirigido por Harmodio Arias y el coronel Francisco Aued-, y el complot de la Pascua del 17 de abril de 1949, dirigido nuevamente por Harmodio Arias, con el concurso de mercenarios. Esos intentos golpistas obligaron al gobierno a suspender las garantías y a establecer el estado de sitio.

Domingo Díaz Arosemena esperó que el órgano judicial culminara las investigaciones pertinentes sobre los movimientos golpistas. Mientras estas duraran, quedarían detenidos en la Cárcel Modelo varios políticos, para mantener la paz pública.

Esa espera culminó forzosamente el 23 de agosto de 1949, cuando el presidente falleció en la Clínica San Fernando, luego de solicitar licencia a la Asamblea Nacional el 28 de julio por razones de salud. Se encargó entonces de la presidencia su primer vicepresidente, Daniel Chanis Jr, quien tomó posesión al día siguiente. Domingo Díaz había gobernado nueve meses y veintisiete días.

Los terrenos que le pertenecieron, destinados a la crianza de ganado vacuno, son en la actualidad un gran barrio del Corregimiento de Betania, que está cruzado por la Avenida de La Paz, y recibe el nombre de Domingo Díaz.

El fraude electoral de 1948

Un problema estructural de lo que puede denominarse clase capitalista panameña es su gran dependencia del control del aparato del Estado como medio de acumulación de recursos financieros, acceso y control del poder. Ello explica las feroces disputas políticas, las crisis, los fraudes electorales, los golpes de Estado y el control de los medios que se han producido recurrentemente a lo largo de la historia republicana.

Revela un carácter fundamentalmente parasitario desde 1903, cuando el endeudamiento público se convirtió en forma privilegiada de acumular riqueza mediante el financiamiento de obras y concesión de servicios a los políticos de turno, o bien, directamente mediante peculado.

Consecuencias de esta peculiar estructura han sido las desestabilizadoras disputas políticas que emergen en los períodos electorales y cada vez que una crisis económica ha provocado una crisis fiscal interna.

Así puede explicarse el trasfondo del fraude electoral de 1948 contra Arnulfo Arias y de los enfrentamientos callejeros, con saldo de muertos y heridos. Durante la primera mitad de esa década, Panamá vivió una relativa, pero frágil prosperidad por su dependencia de una economía poco más que de “cantinas y burdeles” para servir a los militares estacionados en las docenas de bases que estableció Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. El final del conflicto y el rechazo del tratado Filós-Hines (permanencia de las bases) en 1947 habían marcado el fin de la prosperidad y desvelaron la cruda realidad de una crisis económica y fiscal.

En las elecciones de 1948, el control del Gobierno para mitigar la crisis de sus negocios era un resorte acuciante de las facciones liberales, coaligadas en la Unión Liberal o Nacional encabezada por Domingo Díaz contra Arnulfo Arias y su Partido Revolucionario Auténtico (P.R.A.).

No vacilaron en recurrir al fraude ni a la violencia contra sus opositores. Arnulfo Arias contaba con apoyo de sectores sociales agrarios y masivas simpatías de sectores populares, pero no con las facciones económicamente importantes del empresariado ni con la policía.

Los conflictos se iniciaron con el proceso electoral. Las elecciones se realizaron el 9 de mayo de 1948 y, según los primeros indicios, Arnulfo Arias ganó por un margen inferior a 2,000 votos. La coalición de Domingo Díaz alegó fraude e impugnó mesas en San Blas. El Jurado Nacional de Elecciones retardó más de mes y medio el resultado oficial. Se sucedieron múltiples manifestaciones callejeras. Ambos bandos se proclamaron vencedores.

El 1 de julio, los paramilitares del liberalismo, conocidos como “pie de guerra”, atacaron la sede del Jurado Nacional de Elecciones, golpeando con garrotes a los arnulfistas. Ese mismo día hubo enfrentamientos entre ambos bandos en los alrededores de la Plaza 5 de Mayo, con un numeroso saldo de heridos a varillazos. La noche siguiente, el 2 de julio, los “pie de guerra” asaltaron el local del P.R.A., hiriendo a 16 personas. Horas más tarde, cuando los arnulfistas acudían a defender sus oficinas, la Policía los dispersó. Se produjo un tiroteo. Murieron dos civiles y un oficial. Para entonces, el jefe de la Policía, José A. Remón Cantera, primo del liberal Roberto Chiari, ya había empezado a jugar un papel decisivo, no como árbitro, sino como garante del bando oficialista.

El 6 de julio, el presidente interino Enrique A. Jiménez suspendió las garantías constitucionales y prohibió las manifestaciones públicas. Se arrestaron alrededor de 300 opositores.

El 30 de julio, la Junta Electoral anunció que Domingo Díaz había triunfado por margen de 1,116 votos. El 17 de agosto fue proclamado ganador y Arnulfo Arias pasó a refugiarse en la Zona del Canal, repudiando los resultados. Díaz asumió la presidencia en medio de una grave crisis económica y fiscal, y un país con garantías suspendidas y decenas de opositores en las cárceles. Para desgracia de los liberales, Domingo Díaz moriría en menos de un año el 23 de agosto 1949, lo que daría paso a una disputa entre la facción en el poder y los oficiales de la policía Remón y Vallarino, conflicto en que el control de negocios, como la matanza de reses y ventas de carne a la Zona del Canal, sería factor significativo.

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