11 Jun
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Bolívar Urrutia 

Bolívar Urrutia Parrilla nació el 1 de diciembre de 1918 en La Palma en la provincia de Los Santos. Murió el 2 de junio de 2005 a los 86 años.

Biografía

Fue un militar panameño que mandó con José María Pinilla la junta militar que derrocó el presidente elegido Arnulfo Arias Madrid el 11 de octubre de 1968. Después del golpe de estado, Bolívar Urrutia Parrilla y José María Pinilla asumieron juntos el cargo de presidente de Panamá. Gobernaron hasta que la junta militar fue reemplazado por una junta civil el 16 de diciembre de 1969 con el presidente Demetrio Basilio Lakas.

HISTORIA:

Para 1968, la proximidad de las elecciones presidenciales en Panamá y los Estados Unidos politizó la ratificación de los tratados del Canal llamados tres en uno y fue la causa de que se archivaran.

El ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Eleta, había conducido las negociaciones en secreto y eso había despertado la suspicacia popular. Líderes de sindicatos panameños en el Canal temían que sus condiciones resultaran perjudicadas por el tratado.

Los nacionalistas y los estudiantes exigían el fin inmediato de la ocupación estadounidense.

Las elecciones de 1968

Cuando a finales de 1967 el presidente Marco Robles comprendió que no tenía votos suficientes para ratificar los tratados, informó de ello al Departamento de Estado que inmediatamente interrumpió la mayoría de los programas de ayuda y archivó los tratados.

La coalición electoral de Robles se dividió, lo cual le convirtió en un político derrotado. En septiembre había declarado que respaldaría la candidatura de su ministro de Hacienda, David Samudio, tecnócrata formado en los Estados Unidos que no pertenecía a las antiguas familias. Las propuestas de reforma fiscal de Samudio le ocasionaron el inmediato rechazo del expresidente Roberto Chiari y otras familias de la oligarquía. Robles no pudo apoyar significativamente a Samudio porque en febrero de 1968 estuvo a punto de ser depuesto por la Asamblea.

Las antiguas familias (Arias, Guardia, Arosemena, Chiari, Boyd, Vallarino y otras) habían hecho sus fortunas en industrias oligopólicas (mercados controlados o dominados por pocos actores) como las de refinamiento de azúcar, ganado, cemento, cerveza y materias primas, así como de actividades consistentes en la venta al por mayor de servicios legales. Habían protegido sus intereses por medio de contactos con el Gobierno y vínculos de amistad con funcionarios de la Zona del Canal. Ahora, tropezaban con un grupo (Samudio) que no les merecía confianza y ello les colmaba de incertidumbre sobre el futuro de sus relaciones con los Estados Unidos.

En consecuencia, decidieron abandonar su tradicional oposición a Arnulfo Arias (que contaba con gran apoyo de las masas), creyendo que se había ablandado a sus 70 años y que sería fácil de controlar por el hecho de que no podía ocupar cargos públicos (había sido condenado por extralimitación de funciones en 1951, cometida al derogar por medio de un decreto la Constitución Nacional).

Así, Arnulfo organizó una coalición que incluía a muchos chiaristas, elementos de la Guardia Nacional y la mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional. Obtuvo el 55% de los votos en las elecciones de mayo de 1968.

El carácter sorprendente de las coaliciones electorales de 1968 reveló cierta desesperación en la lucha por el poder. La Guardia Nacional continuaba siendo árbitro principal, pero ya no actuaba al impulso de una sola voluntad (como en tiempos del coronel José A. Remón). La burocracia estaba en manos de figuras como Robles, Samudio y Eleta, que habían surgido recientemente al escenario político y cuyas fortunas tenían su origen en la administración de las finanzas públicas.

Si hubiesen podido sostenerse en el poder, habrían conseguido que se aprobasen los tratados tres en uno, lo que les habría reportado inmensos beneficios económicos. Los elementos reformistas del programa electoral de Samudio en1968, convencieron a la oligarquía que no debían confiarle el poder.

Sin embargo, las elecciones no despejaron el ambiente político. Hubo acusaciones de fraude, riñas callejeras y conspiraciones de cuartel. Lo que auguraba peores males era la política de los oficiales de la Guardia Nacional. El coronel Bolívar Vallarino había rehusado la invitación de Roberto Chiari para que presentase su candidatura a la Presidencia y había intentado permanecer fuera de la pugna electoral, pero no había conseguido impedir que algunos oficiales jóvenes participaran en actividades electorales.

En un principio se les había dicho que apoyaran al candidato de Robles, por lo que muchos se enfadaron cuando les pidieron después que permanecieran neutrales o que respaldaran a Arnulfo, el enemigo tradicional de la Guardia.

Remón siempre había limitado la actividad política a unos cuantos colegas que desempeñaban altos cargos, pero en los años 1950 dicha actividad se había propagado a los mandos medios, resultado de la creciente profesionalización, de acuerdo con un analista.

En septiembre de 1968 los oficiales hicieron un pacto con Arnulfo. Este exigió la renuncia de Vallarino después del 1 de octubre. Vallarino aceptó a condición de que fuese reemplazado por el coronel José M. Pinilla y que la jerarquía permaneciese intacta. Vallarino esperaba que este pacto impidiese la politización de la Guardia y que de ese modo podría protegerle a él y a la oligarquía.

Sin embargo, Arnulfo decidió que una jerarquía intacta no le permitiría gobernar. El 4 de octubre removió a Vallarino y a Pinilla. Muchos oficiales de alta graduación serían trasladados de la capital o enviados a ocupar puestos en el extranjero, todo ello por haber apoyado a Samudio durante las elecciones y después de ellas.

Esto empujó a la Guardia a deponer a Arnulfo el 11 de octubre. Al inicio, los líderes del golpe pidieron al vicepresidente, Raúl Arango, que asumiera la Presidencia. Al negarse, formaron una junta encabezada por Pinilla y Bolívar Urrutia. Las autoridades estadounidenses dieron a conocer inmediatamente su oposición al golpe, pero en noviembre reconocieron a la junta militar.

Tras el hecho, se suspenden las garantías individuales, se disuelve la Asamblea Nacional y se nombra una Junta Provisional de Gobierno presidida por el Coronel José María Pinilla y el Coronel Bolívar Urrutia. No fue hasta 1969 que Omar Torrijos logra consolidarse en el poder.

A raíz del golpe, el Estado Mayor de la Guardia Nacional se convierte en la máxima autoridad, desempeñando funciones ejecutivas y legislativas, el Órgano Judicial, por su parte, se subordina ante estas nuevas autoridades.

El gobierno militar utilizó su poderío para neutralizar a la oposición inicial de los dirigentes comunales, del movimiento estudiantil y de los partidarios de Arnulfo Arias que constituyeron el entonces Frente Cívico. La represión a las manifestaciones masivas encrudeció. Los militares incluso llegaron a ocupar y cerrar la Universidad de Panamá y el Instituto Nacional. Esto provocó aún más encarcelamientos y generó muertes en circunstancias extrañas y enfrentamientos armados.

Con la muerte de Omar Torrijos H., el 31 de julio de 1981, los militares se pasaron el mando entre varios, hasta que finalmente en agosto de 1983, Manuel Antonio Noriega se convierte en el ‘hombre fuerte’ de Panamá.

Algunos consideran que la dictadura termina con la invasión del Ejército de Estados Unidos en Panamá la madrugada del 20 de diciembre de 1989. Sin embargo, la instauración de un gobierno democrático, como tal, no fue hasta enero de 1990, cuando asume la Presidencia del país, el entonces arnulfista, Guillermo Endara Galimany.

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