24 Oct
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Alexandre Olivier Exquemelin

Alexandre Olivier Exquemelin, también conocido como Esquemeling, Exmelin u Œxmelin (Honfleur, 1646-Harfleur, 1717) fue un filibustero y cirujano francés conocido por ser el autor de la autobiografía que MÁS detalles ha proporcionado sobre la piratería del siglo XVII: Histoire d'avanturiers qui se sont signalez dans les Indes. El libro apareció por primera vez en 1678 en holandés editado por Jan ten Hoorn en Ámsterdam con el título De Americaensche Zee-Roovers. Un año más tarde apareció una traducción alemana con el título Americanische Seeräuber. A esta le siguieron, tres años más tarde, una cuidada edición en español llamada Piratas de la América y después, en 1684, una traducción inglesa de esta versión española editada por William Crook: Bucaniers of America.

Biografía

Se conjetura que Exquemelin fue un hugonote francés, nacido en Honfleur hacia 1645. Las guerras de religión de Francia finalizaron con el Edicto de Nantes, que impidió la persecución de hugonotes (es el antiguo nombre otorgado a los protestantes franceses de doctrina calvinista durante las guerras de religión.). Más tarde, el Edicto de Fontainebleau de 1685 excluyó oficialmente el protestantismo de Francia, generándose en esta fecha el dilema de la conversión o el destierro.

Otro nombre con el que se lo conoció en traducciones al idioma español fue el de Alex-Olivier Oexmelin, médico y cirujano de piratas, de quien bajo el título Diario, el escritor José María Cañas publicó en 1959 en ediciones Zero de Barcelona, España, un relato con lenguaje modernizado, haciéndolo más ameno que el original para los lectores de la época.

En su época pirática la colonización francesa corría a cargo del ejército y de las compañías comerciales monopolistas, todas las cuales quebraron excepto una, la de los «Cien Asociados», fundada por el Cardenal Richelieu y que obtuvo un monopolio comercial hasta 1663. El cardenal «prohibió la emigración de los hugonotes» a la Nueva Francia, mandó a la Compañía de Jesús e ideó enviar colonos católicos, cosa que no realizó.

Exquemelin, se puso al servicio de la Compañía de las Indias Francesa para dedicarse a la compraventa de esclavos. En 1666, en el barco Saint Jean, se dirigió hacia las Indias Occidentales. Como prologuista de su libro, Hoorn decía:

La primera contiene el principio de su viaje de Francia hacia la parte Occidental de la América, estando por entonces en servicio de la «Compañía de las Indias Francesa», como también la manera de la compra y venta de esclavos que en aquel País se práctica, no siendo obligados de quedar en esclavítud toda la vida (como se hace entre Turcos) más solamente por un tiempo determinado.
El navío fue asaltado por piratas y Exquemelin, tal vez apresado o enrolado, circunstancial o voluntariamente con la pirática, se estableció en la isla de la Tortuga como Matelot, en donde permaneció tres años. Allí parece ser que aprendió el oficio de cirujano, por aquel entonces un trabajo de carácter artesanal y asociado al de barbero) y, tras asociarse en la Cofradía de los Hermanos de la Costa, lo ejerció en barcos al mando de piratas célebres, como El Olonés, Henry Morgan o Bertrand d'Oregon hasta 1674, año en que la flota de la que formaba parte fue derrotada en Puerto Rico. Ese año, durante un breve período, regresó a Europa.

Su nombre aparece, como cirujano, en la lista de enrolados para el ataque a Cartagena de Indias de 1697. Participó también en los asaltos a Maracaibo, Gibraltar (Zulia), la Isla Santa Catalina (Colombia) y Panamá. Más tarde se estableció en Ámsterdam.

La obra
El libro de Exquemelin, en su versión traducida del flamenco al español en 1743 por el doctor de Buena Maison se titulaba: Los Piratas de la América. Se consideró como «un relato verídico de las más destacadas actividades piráticas cometidas en la época en las costas de las Indias Occidentales por los Bucaneros o Filibusteros de Jamaica y la Tortuga». En ella realiza, no sólo un relato de los hechos que vivió, sino que hace una exposición minuciosa de los usos y costumbres de los piratas y corsarios que hostilizaron al Imperio español.

La obra se estructuró en tres partes:

Primera. Contiene el principio de su viaje de Francia hacia la parte Occidental de la América, estando por entonces en servicio de la Compañía de las Indias Francesa, como también la manera de la compra y venta de esclavos que en aquel País se practica, no siendo obligados de quedar en esclavitud toda la vida (como se hace entre Turcos) mas solamente por un tiempo determinado. Esta primera parte contiene también una descripción curiosa de las Islas Española, Tortuga, Jamaica, y de todos los frutos, animales y políticas de sus habitantes, guerras encuentros y casos sucedidos entre Españoles y Franceses, con todo lo más notable de su tiempo.

Capítulo I. La partida del Autor hacia el poniente Americano en servicio de la compañía Occidental de Francia: encuentro de una nave Inglesa: llegada á la Isla de la Tortuga.

Segunda. Contiene los orígenes de los más famosos Piratas, Francisco Lolonois y Juan Morgan. Como también sus principales piraterías y ladronicios que han cometido en América contra la Nación Española. Relatanse las vidas y acciones de otros que han estado en aquellas partes con la misma qualidad.

Tercera. Contiene la tomada y ruina de la Ciudad de Panamá, situada en las costas de la mar Meridional de la América, como también otras plazas todas destruidas por el cruel Morgan.

Incendio de Panamá

La expedición de Morgan contra Panamá es uno de los capítulos más elocuente del libro Piratas de América, publicado por primera vez en 1679, la principal fuente sobre la piratería caribeña en el siglo XVII. Su autor, Alexandre Exquemelin, un francés que participó en la aventura, narra la épica travesía del istmo de Panamá, el combate en las afueras de la ciudad de Panamá y la conquista del enclave. Luego explica la búsqueda obsesiva de botín por parte de los piratas, incluso bajo las cenizas de la ciudad, donde no dejaron de hallar joyas escondidas por los españoles en pozos.

Batalla ante la ciudad

Exquemelin detalla casos de terribles torturas para lograr que los españoles, esclavos e indígenas capturados confesaran dónde estaban sus tesoros. A un pobre hombre que cogieron en casa de un rico propietario, le descoyuntaron los brazos, lo colgaron de los testículos, le cortaron narices y orejas, le quemaron paja en la cara y finalmente lo remataron de un lanzazo (textuales palabras del libro). En estos relatos, como en los referidos a violaciones de mujeres, quizás había un componente de animadversión personal por parte de Exquemelin.

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