Germán estaba dominado por la vocación que le arrastraba á la escena, de la cual no conocía más que las glorias, ignorando las rivalidades y miserias que tras los bastidores se agitan. Partió la compañía O’Loghlin para el Perú, y quedó el joven Mac’Kay como si le hubiesen llevado la mitad de su ser.
Se trató de una jornada que se expresó con firmeza en las calles, situando en crisis a los poderes gubernamentales y oligárquicos del momento. A fines de la década del ´50 y gran parte de la del ´60, los sectores vinculados al pueblo habían desarrollado interesantes acciones, que les permitió una visión clara y completa de la realidad, sólo nacional, sino también de la contradicción histórica entre intereses del país y el poder imperial estadounidense.
La toma de posesión del segundo presidente de la República, José Domingo de Obaldía, consolidaba las instituciones democráticas, y renovaba las esperanzas de un futuro de mayor prosperidad, a lo que también contribuían los acelerados cambios en materia de sanidad y obras públicas que llegaban como subproducto de la construcción del proyecto canalero.